Al final fueron 13, no 12, los episodios que duró esta estremecedora serie del sello MAX, cuyo primero tomo reseñamos el 15/09/13. Recomiendo repasar esa reseña, porque esta vez no pienso agregar una sola palabra acerca del trabajo del dibujante, Goran Parlov. Todo lo que opino sobre el desempeño del croata en esta serie está expresado en la reseña del Vol.1.
Este tomo está compuesto por dos arcos argumentales de tres episodios (como el Vol.1), al que se le suma un epílogo. El primer arco nos lleva a Vietnam, en 1970, para una misión en la que Nick Fury formará equipo con un joven pero ya curtidísimo Frank Castle. Como en las dos saguitas del tomo anterior, lo que más le interesa a Garth Ennis a la hora de escribir estas historias es mostrar el lado oscuro, sórdido, revulsivo de estas heroicas epopeyas de los EEUU en el Tercer Mundo. Son las Fuerzas Armadas, sí, pero el telón de fondo lo pone la CIA, y eso significa que detrás de la guerra hay gigantescos negocios que tienen que ver básicamente con el narcotráfico. Muy en sintonía con el memorable aporte de Alan Moore a Brought to Light (lo vimos el 12/01/12), Ennis se compromete con la denuncia, le pone todas las fichas a explorar mediante estas historias las atrocidades que la CIA hizo y bancó no por la libertad y la democracia, sino por la guita y el poder que implica la guita en una sociedad capitalista como la yanki.
La segunda historia va para el mismo lado, pero esta vez el escenario es Nicaragua y el año es 1984. Fury va a ser testigo de los escabrosos crímenes de lesa humanidad y los gigantescos negocios vinculados a la droga que se esconden detrás del entrenamiento de los contras por parte de la CIA. Con la excusa de no dejar crecer a los comunistas en el patio trasero de los EEUU, esta guerra de guerrillas cobrará miles de vidas, costará miles de millones y terminará con las roscas más espurias finalmente expuestas ante la opinión pública.
Como en los arcos del Vol.1, uno ya sabe cómo va a terminar la participación de los yankis en cada uno de estos conflictos y Ennis acierta al respetar los resultados del mundo real. Sin embargo, encuentra la forma de que el rol de Fury no sea irrelevante, sino que sirva para algo. O que por lo menos se preste para aventuras al límite, tensas, de las que sabemos que va a salir con vida, pero que nos mantengan entretenidos mientras Ennis baja línea. Para esto es muy importante el tratamiento que le da el irlandés al elenco de secundarios (ya lo desarrollé en la reseña del Vol.1), a los que hace avanzar con mucho huevo hacia un final inesperado, de altísimo impacto, que vemos en el epílogo. A lo largo de todo el tomo hay diálogos brillantes, afiladísimos, que plantean en términos incontrastables el espesor y la urgencia de los conflictos que nos muestra Ennis, y sin embargo, los diálogos más tremendos, los más categóricos, están en el epílogo ambientado en 1999, cuando los personajes ya son viejos y hace tiempo que no se meten en ninguna guerra sucia. Ahí el guionista le saca jugo a otros combates, igual de cruentos, pero librados en el fuero íntimo de Nick, Shirley, George y el senador McCuskey.
Un final a todo trapo para un comic muy jodido, muy jugado, que debería usarse para enseñar historia en las escuelas de los EEUU, si no fuera por la sobredosis de puteadas, los garches, los destripamientos y las masacres de las que no se salvan ni mujeres, ni ancianos ni bebés. Si el festival de la mala leche y las atrocidades no te ahuyentan, si te bancás a un Nick Fury tremendamente cínico envuelto en runflas siniestras con gente mucho más hija de puta que él, acá vas a encontrar una obra excelente, con inmensos hallazgos en la caracterización, en el andamiaje dramático que sostiene a las aventuras y sobre todo en la revisión de hechos clave en la historia del Siglo XX, en los que invariablemente Garth Ennis detecta la mano negra de los servicios de inteligencia de los EEUU, soretes jodidos si los hay.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
De los mejores laburos de Ennis. No se descontrola nunca ni se pone pavo como le pasa a veces. Y lo de Parlov es excelente.
Publicar un comentario