Hace ya mil años, un 27/10/11, me tocó leer aquel primer TPB de Batwoman, con las historias escritas por Greg Rucka para Detective Comics, antes de que llegara el polémico reboot de toda la línea de DC y el guionista se esfumara sin dejar rastros. Para el lanzamiento del New 52, se puso finalmente en marcha la serie mensual de Batwoman, ahora con J.H. Williams III compartiendo los guiones con W. Haden Blackman.
En aquella ancestral reseña yo especulaba con qué elementos estaría bueno conservar y cuáles no para aprovechar el cambio de continuidad. Y no, el maestro Williams no me dio pelota y conservó a esas criaturas híbridas (mitad humanas, mitad animales) que eran lo que menos me cerraba de los guiones de Rucka. Por otro lado, mandó al banco de suplentes al papá de Katherine Kane que acá casi no aparece (aunque sospecho que volverá) y condenó al limbo de los “desaparecidos” a Renée Montoya, un personaje al que Rucka había laburado muchísimo, y que en la continuidad del New 52 hasta ahora sólo aparece en una especie de “cuadro de honor” de la policía de Gotham. Williams III y Blackman refuerzan el elenco de secundarios con tres minas que ya tenían su historia en el antiguo DCU: la capitana de policía Maggie Sawyer (me parece que re-escrita para que sea más joven y no tenga hijos), Bette Kane (originalmente presentada como Batgirl, sidekick de Batgirl, y luego reconvertida en Flamebird, miembro tercerón de algún que otro grupo de Titans) y la más interesante: Cameron Chase, la implacable agente de la DEO, cuya efímera serie mensual tuvo como dibujante al mismísimo J.H. Williams III, allá por 1998, antes de consagrarse con Promethea.
Supuestamente, el plot central de este tomo es la lucha contra La Llorona, una especie de amenaza sobrenatural. Pero hay una idea argumental que los guionistas urden para que avance “por detrás” de la trama principal, y es tan atractiva que termina por eclipsarla. Con pocos meses de trabajo en Gotham, Batwoman recibe una oferta de Batman para unirse a Batman Inc., mientras que en paralelo la empieza a acosar la DEO (a ella y a su sidekick) para que acepte unirse a la agencia que dirige el siempre ambiguo Bones. Esta tensión, estas roscas paralelas entre dos equipos que quieren comprarle el pase a la nueva estrella del DCU, me resultó mucho más atractiva que el conflicto con “la villana” de turno.
Aunque, en rigor de verdad, lo más atractivo es la compleja personalidad de Kate Kane, algo que Williams III y Blackman lograron conservar de la breve y apasionante etapa de Greg Rucka. Los recuerdos de su madre, la relación con su malograda hermana melliza, los pases de factura con su padre, los escarceos románticos (y eróticos) con Maggie, los diálogos afilados con Bette, ese trato extraño que se establece entre Kate y Batman, son todos detalles que no tienen que ver con la machaca ni con la aventura, pero que hacen de Batwoman un personaje con muchísima carnadura, muchísima tela para cortar, cada vez más lejos de “la versión berreta y lesbiana de Batman” que pudo haber sido en manos de autores menos competentes.
Quizás lo más notable de todo sea que J.H. Williams III se animó a hacerse cargo de los guiones sin mezquinarnos ni un milésimo de su enorme talento como dibujante. Todos los prodigios que le vimos hacer en la faz gráfica del tomo escrito por Rucka se ven de nuevo en este, escrito por él mismo. Distintas aproximaciones a la línea, que varía de secuencia en secuencia, una simbiosis alucinante con la paleta del maestro Dave Stewart, un trabajo impresionante en caras, cuerpos y fondos, y sobre todo esa personalísima forma de plantear la página, de hilvanar la secuencia en viñetas que cambian de tamaño, de contorno, de recorrido. Los recursos narrativos de Williams III son muchísimos y además son propios, no son repetidos. Por eso sorprenden tanto y le agregan tanto impacto y tanto placer a la lectura de estas historias.
Como tantos otros artistas, J.H. Williams III se fue de DC luego de un choque con los coordinadores. Pero antes de despedirse nos dejó una interesante cantidad de historietas de Batwoman en las que logró hacer comic de autor dentro del mainstream, en un nivel muy, muy infrecuente. Volveremos en unos meses a revisitar a Kate Kane.
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7 comentarios:
Como que se fue? Yo pensé que estaba en Vertigo laburando con Gaiman.
No nos engañemos muchachos, que la Bond es Didio versión mina gótica...
Tengo los pocos numeros que se editaron aca en Argentina y debo decir que el arte de J.H. Williams III es de lo mas original que he visto ultimamente, un placer para los ojos
Parece que se viene el fin de los new 52, ojalá que no masacren esta serie, que es de las pocas que valen la pena.
Como lo cagaste a Norm Breyfogle,le diste pesos que no le sirven para un carajo,que culodado que sos
Sí, Anónimo, JH Williams se fue de Batwoman, pero sigue en Vertigo. Algún día terminará la mini esa de Sandman y ahí sí, tengo entendido que se va a otra editorial.
Hola, no soy un gran entendedor del mundo de los comics pero he leído "Batwoman" (new52) y me encantó. El último nº que leí fue Batwoman #34 ¿Alguien me podría decir si va a continuar la colección? gracias y saludos desde Tenerife.
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