el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 10 de octubre de 2014

10/ 10: HAWKEYE Vol.2

Hacía bastante que no leía nada de Marvel, pero acá estoy, con el segundo tomo de una serie cuyo debut me dejó infinitamente cebado. Matt Fraction se plantea contarnos la vida cotidiana de Hawkeye, lo que hace en sus ratos libres, cuando no está combatiendo junto a los Avengers. Y sí, a veces no le queda otra que mostrar peleas de buenos contra malos, pero en la gran mayoría de las historias los conflictos pasan por otro lado. Una inundación, líos de polleras, antenas y cables que andan para el orto… un montón de problemas que no se solucionan tirando flechas con una puntería asombrosa.
Pero hay algo más loco. A Fraction no le alcanza con no hacer énfasis en Hawkeye como héroe. También sube la apuesta cuando decide no indagar en la personalidad de Clint Barton, no aprovechar estas no-aventuras para que el personaje se replantee quién es y por qué hace tantos años que hace lo que hace. Si caés en esta serie totalmente virgen de Hawkeye, no te va a ser fácil describir la personalidad del protagonista. Fraction nos lo muestra como un tipo normal, ni siquiera demasiado altruista, que se mete en kilombos con bastante frecuencia, e incluso a su propio pesar. Y ya está. No se debaten sus motivaciones, sus posiciones éticas, su relación con los otros Avengers… Todo eso Fraction lo da por sabido. Y paradójicamente, cuando se decide a meterse a fondo en la psiquis de un personaje, a explorar a fondo su origen, su motivación y demás, lo hace con un villano, en una historia fuerte, sumamente interesante, casi un Killing Joke, porque es probable que de acá surja ESE enemigo grosso que Hawkeye nunca tuvo en los 50 años que lleva militando en el Universo Marvel.
Entre tantas apuestas arriesgadas, este tomo incluye el ya mítico n°11, esas 20 páginas memorables narradas íntegramente por Pizza Dog (o Lucky), el perro que vive con Clint y Kate. Eso no se puede describir, hay que verlo por uno mismo, porque realmente es increíble. Es un experimento formal zarpado y de demoledora efectividad, que requiere un ingenio en la concepción y un talento en la ejecución de los que uno no asocia con la historieta mainstream “por kilo”, ni mucho menos con un guionista que escribe tres o cuatro de estas series todos los meses.
El final de ese episodio parece crucial para la serie, porque marca el alejamiento de un personaje hasta el momento central (no quiero dar detalles para no spoilear), pero lo realmente definitivo acá es el trabajo de David Ajá en la faceta visual. Esto es historieta, pero también es diseño gráfico. Es pensar a fondo en la representación, en la espacialidad, en complejas metáforas para mostrarnos la “realidad” desde la óptica de un personaje (el perro) que se comunica, se mueve y razona de modo muy distinto a nosotros y a los seres humanos que pueblan las historietas de Marvel. Ajá desparrama su jerarquía (y sus influencias, que van del mejor David Mazzucchelli al Guido Crépax más vanguardista) por casi todos los episodios reunidos en este tomo y logra que Hawkeye tenga la identidad gráfica que casi ningún otro comic americano tiene. Ves… una página, tres viñetas, y ya está, ya sabés que sólo se puede tratar del Hawkeye de Fraction y Ajá. En el episodio centrado en el villano, Ajá descansa y lo reemplaza otro capo, Francesco Francavilla, con una onda totalmente distinta en el grafismo, en los enfoques, en la puesta en página y hasta en el tratamiento del color, porque el tano se colorea a sí mismo con una paleta que no tiene nada que ver con la que usa el gran Matt Hollingsworth para colorear las páginas de Ajá.
Predeciblemente, y a pesar de las excelentes críticas que recibió y los premios que ganó, esta serie se terminó prematuramente, luego de sólo 22 episodios. Era bastante lógico, porque era un enfoque muy atípico, difícil de bancar en el largo plazo, y con una impronta autoral tan fuerte que si Fraction o Ajá decidían bajarse para dedicarse a otra cosa, lo más razonable era ponerle fin a la serie. Así que me falta la segunda mitad, que espero sea tan grossa como esta, con esta calidad tan apabullante en los diálogos y en el dibujo y con esta originalidad a la hora de plantear historias más cercanas a lo cotidiano, al barrio, a la vida “puertas adentro” de un paladín de la justicia.

3 comentarios:

Ernesto dijo...

andrés, se puede leer shankar 2 sin leer el 1 y sin perder parte importante de la historia? gracias.

Andres Accorsi dijo...

Sí, me parece que se puede...
Igual lo ideal sería leer los dos tomos en orden, para lo cual tendría que reeditarse el Vol.1, que está agotado.

Negativo dijo...

Fantástico. Adoro este Hawkeye y coincido en todo tu análisis.

Y me entero con desespero a través tuyo que se termina en el 22 (voy en el 13)
HORRIBLE!!

Qué lástima, este tipo de comics es el que vale la pena seguir en una editorial tan masiva como Marvel.