De a poco, esto se va convirtiendo en un clásico de este blog: mega-brolis gigantes que incluyen material que ya reseñé en otro momento, complementado con material que nunca había conseguido. Allá por Enero de este año, me tocó leer y reseñar los Vol.2 y 4 de Gil Jourdan (rebautizado “Gil Pupila” por un traductor español, habitué de la guardia de toxicomanía del hospital de su pueblo) y poco después, me regalaron este integral, un maravilloso masacote de 240 páginas que trae, además, el Vol.1, el Vol.3, dibujos y material raro y un texto introductorio excelente, a cargo del especialista José-Louis Bocquet.
O sea que la mitad de las historietas ya las había leído. De todos modos, disfruté muchísimo esta edición, empezando por la investigación que ofrece Bocquet acerca de la vida y la carrera del maestro belga Maurice Tillieux (creador de Gil Jourdan) y que sirve para poner a esta serie en el contexto de una época (segunda mitad de los ´50) repleta de transformaciones para el comic franco-belga.
Y después tenemos dos aventuras que no había leído, y que trataré de sintetizar en este espacio. El Vol.1, La Fuga de Libélula, es un gigantesco prólogo al Vol.2 (reseñado el 16/01/14). Sí, la serie de Gil Jourdan empezaba a publicarse en las páginas de Spirou con un díptico, con una aventura pensada para durar dos álbumes, algo muy infrecuente en esa época. Por eso, en estas primeras 44 planchas Tillieux se dedica sobre todo a presentar a los personajes, a establecer la dinámica entre el elenco protagónico, encabezado por Gil, Libélula y el Inspector Corrusco. Hay un conflicto, hay una investigación (me olvidé de decir que Gil Jourdan es investigador privado), hay piñas y persecuciones, pero todo es parte de la introducción, y quizás un poquito del nudo, porque todo lo grosso, incluyendo la resolución del caso y la derrota final de la red de narcotraficantes, la vamos a ver en el Vol.2.
Lo mejor que tiene este primer álbum es la claridad de conceptos de Tillieux. El tipo sale desde la primera página a reproducir la magia de Tintín, pero cambiando al reportero-aventurero por un joven abogado que se gana la vida como investigador privado. El resto, va muy para el lado de Tintín: muchas viñetas por página, fondos muy trabajados y personajes muy caricaturescos, y sobre todo la alquimia perfecta entre la acción, el misterio, los peligros y las secuencias claramente humorísticas. Cuesta encontrar en las páginas del semanario Spirou a un autor que haya seguido tan de cerca los pasos del clásico rival. Por suerte, Tillieux tomó lo mejor de Hergé y lo potenció, lo actualizó. No sería para nada descabellado teorizar que buena parte de la historieta europea moderna arranca acá, en 1956, con la primera serie realmente importante del maestro Tillieux.
Y me quedaba sin leer el Vol.3, El Paso del Ahogado, un excelente relato de misterio, en el que Gil y sus aliados deben desenmascarar a un avechucho que tiene un plan maestro para quedarse con una herencia millonaria y unas obras de arte de incalculable valor. “Los buenos” zafan de un peligro medio imposible, pero la trama está muy bien armada, con las pistas sembradas en los momentos justos y la acción muy bien dosificada. Parece mentira que esto, que se escr¡bió en 1958 para chicos de… 9 a 12 años, hoy pueda ser leído por un adulto y disfrutado plenamente. Tiene que ver con la solidez en la construcción de los personajes, los climas y las tramas, me parece a mí.
No sé si será fácil conseguir los otros integrales de Gil Pupila publicados por Planeta-DeAgostini. Mucho me temo que –en caso de encontrarlos- valgan un huevo y la cáscara del otro. Pero vengo muy cebado y con mucho gusto me clavaría cuatro álbumes más de este abogado, detective, cancherito y cerebral que brilló de la mano de un autor al que en Argentina se conoce poco y al que me parece imprescindible reivindicar. Maurice Tilleux, muchachos. Si le queremos buscar UN padre, un referente fundacional al inolvidable Yves Chaland, me parece que es este.
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6 comentarios:
Andrés, vos crees en la reencarnación? Y en los extraterrestres?
alguien tiene idea qué fue de la comiqueria q estaba en rodriguez peña y corrientes?
Recomiendo ya que estamos hablando de integrales los de Adele Blanc-Sec, tres tomos y en último viene el demonio de los hielos para completar
Primer Anónimo: no creo en la reencarnación y sí creo en los extraterrestres.
Segundo Anónimo: no les renovaron contrato porque el edificio se va a demoler para construir uno nuevo. Están por cerrar trato con otro local de la zona para mudarse.
Súcubo: como siempre digo, no me logro enganchar con Jacques Tardi. Me parece un gran historietista, pero sus historias no me llegan. Lo que más banco de él son las historias bélicas de la Primera Guerra Mundial. Intenté leer Adéle Blanc-Sec, pero no me cerró por ningún lado.
Ah jaja, que capo en responder, y además sabía que estábamos de acuerdo en esta. Esa creencia del Karma y la reencarnación es todavía más perversa y absurda que las mentiras judeo-cristianas, además es una forma fácil de justificar o de ser indiferente al sufrimiento humano, total "algo habrán hecho para merecer esta vida".
Me causa gracia que aún en esas zonas de la India aún así tengan sistemas penales y leyes...si ellos creen que todo lo que te pasa te lo mereces, las leyes humanas serían una limitación para el "flujo kármico", no? Como el Papa viajando en un vehículo blindado por seguridad y después le dicen a la gente con cáncer que "tiene que tener fe" para ayudar a curarse...macho, vos sos el Papa y no tenes fe en que nadie salga a matarte que esperanza le podes dar al resto jaja. Es como creer en el conejo de Pascua, bueno, me voy antes de que se ofenda alguna señorita católica.
De Tardi no he leido la famosa Adele Blanc-Se pero la verdad que toda la serie del inspector Burma es totalmente recomendable, a mi me gustó especialmente "Niebla en el puente de Tolbiac" y "Huele a muerto o que? Por cierto, si he visto la película basada en la historieta y me gusto poco y nada... saludos
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