Este es un compilado de historias cortas realizadas por los maestros Ricardo Ferrari y Oscar Capristo (ya los vimos trabajar juntos un lejano 02/04/10), entre 1999 y 2006, para las antologías italianas de la ex-Eura Editoriale. Es una serie rara, porque está compuesta por historias autoconclusivas y por sagas extensas, con un cierre al final de cada episodio, pero con una trama central que continúa. Se podrían haber publicado dos libros separados: por un lado, todos los episodios autoconclusivos y por el otro, los dos arcos más extensos, ambos protagonizados por Salma, la amazona.
¿Por qué tiene sentido publicar todo junto? Porque todas las historias de este libro están ambientadas en un mismo lugar y una misma época: Buenos Aires y el conurbano, en un futuro en el que el clima se descontroló, el petróleo se terminó y las selvas se comieron a las ciudades. La humanidad no se extinguió, pero se acostumbró a una vida post-civilizada, en la que reaparecieron los clanes, las tribus, la estructura social más básica y obviamente un brutal retroceso en materia de tecnología, educación, salud, confort, etc. Esta ambientación imaginada por Ferrari y dibujada por Capristo es uno de los dos mejores elementos que ofrece Planeta Jungla.
El otro elemento que me pareció alucinante es el de los temas que toca la serie. Por un lado, la lucha entre el hombre y la naturaleza; una lucha con las reglas cambiadas, porque ahora las máquinas no funcionan más. Y por el otro, la lucha de las mujeres contra los hombres, muy presente en casi todos los conflictos que arma Ferrari para animar sobre todo a los arcos argumentales más extensos.
Las historias en sí me entusiasmaron un poco menos. Creo que de las unitarias, las que me más me gustaron fueron La Clave (un chiste efectivo, muy ingenioso, que seguramente impactaría más si durara menos de 14 páginas) y la última, El Arma, que es la única en la que además de la machaca y la ironía se filtra un cierto vuelo poético. El resto de los unitarios, o me resultó predecible, o no me terminaron de enganchar los conflictos, como si no estuvieran aprovechadas al 100% las posibilidades que ofrecía este mundo, a priori tan fértil para las aventuras.
En cuanto a las dos sagas extensas, los planteos están buenos, pero el desarrollo tampoco me convenció. Por momentos aparecen tantos elementos, tantos personajes, tantos diálogos, que el relato se hace denso. El propio personaje de Salma me dejó un sabor amargo: para la cantidad de páginas que protagoniza, debería tener más sustancia, más tridimensionalidad, plantearse más cosas. Todo lo que sabemos sobre ella es que es orgullosa y valiente… como todas las otras amazonas que aparecen en Planeta Jungla. ¿Cuáles son sus rasgos distintivos (además de estar recontra-fuerte)? No me quedó muy claro, me parece que ahí faltó un poco de profundidad por parte de Ferrari.
El dibujo de Capristo cambia bastante a lo largo de las más de 230 páginas que incluye el libro, lo cual es bastante lógico si pensamos que se trata de material dibujado a lo largo de muchos años. En los primeros tramos, me hizo acordar mucho a Alberto Saichann, con ese equilibrio tan atractivo entre el dibujo más realista, más aventurero, y esa cosa más cartoon, más exagerada, más grotesca. Más adelante, Capristo prueba con aplicar un mayor realismo, con limpiar un poco más la línea, con dibujar un gorila como lo dibujaría Jorge Zaffino, con eliminar texturas y tramitas para volcarse más al claroscuro… la verdad es que el quilmeño prueba de todo y todo le sale muy bien. Lo único criticable es que hasta cierto punto del libro, se ve en las viñetas una cantidad de elementos un poquito excesiva, lo cual sumado a la abundancia de texto que ya señalamos, contribuye poco a una lectura fluída. Y ya para los últimos episodios, me encuentro con el Capristo que más me gusta: el que simplifica a full y se juega entero al claroscuro, a veces con yeites que ya le vimos a Eduardo Risso o a Carlos Meglia, pero siempre con un manejo alucinante de la narrativa, la composición y el juego entre blancos y negros en toda la espacialidad de la página. Y con esa plasticidad en rostros y cuerpos tan característica de los buenos alumnos del inolvidable maestro Oswal.
Y sí, a veces sobran personajes, a veces peripecias, a veces diálogos, e incluso sobran culos y tetas que podrían tranquilamente no estar. Planeta Jungla es, como la jungla, exhuberante, avasallante, por momentos desmedida. No es una obra maestra, no te cambia la vida, pero baja una línea muy interesante, toca temas fuertes, parte de un planteo con un potencial inmenso y está dibujada como la hiper-concha de Dios por un Oscar Capristo decidido a dejar la vida en cada trazo. Sin aspirar al canon ni a la chapa de “clásico definitivo de la historieta argentina”, Planeta Jungla es una saga muy potente, con méritos de sobra para editarse en el idioma en que fue pensada, aunque sea muchos años después de su publicación original en Europa.
miércoles, 25 de marzo de 2015
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4 comentarios:
Ha Ferrari lo conozco desde que tomaba el relevo de los guiones de Wood en Editorial Columba... y me acuerdo que en "Mi novia y yo" que Robín siempre jodia conque los guiones de "ferrati" eran inentendibles...
Buena la nota, el contexto de la obra importa siempre y por lo general es un detalle que suele pasarse por alto.
Ferrari sigue siendo en mi opinion el mejor guionista Argento, hay que moverse para traer mas obra de estos dos al país (y tengo la posta de que material hay de sobra)
Lo compré sin saber mucho de qué iba (aunque viendo que estaba super bien dibujado). Lo compré y no decepcionó para nada. Me resultó muy atractivo por muchos motivos, varios de los cuales están mencionados en el artículo. La verdad se recomienda, y aunque tenga sus fallos, marca un lindo nivel de calidad que la historieta argentina debería tener como objetivo (a veces lo logra, a veces no).
el dios, tambien de esta dupla, es buenisimo:
https://revistakirk.wordpress.com/tag/ricardo-ferrari/
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