el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 24 de diciembre de 2017

ESSENTIAL DEFENDERS Vol.7

Estoy sumamente al pedo, así que aprovecho para clavar el post nº100 de este año, cumpliendo esa meta que me puse hace unos meses y que espero volver a superar también en 2018.
Este masacote de 528 páginas trae los nºs 126 al 139 de Defenders (o en realidad, New Defenders) y dos miniseries: la de Iceman, y Beauty and the Beast, co-protagonizada por Dazzler y el querido Hank McCoy, todo material originalmente publicado entre 1983 1984. ¿Cómo me animé a entrarle a una cosa así? A ver… 1) estaba muy barato, 2) trae muchos números escritos por J.M. DeMatteis y 3) Beast es mi ídolo desde que tengo memoria y acá tiene muchísimo protagonismo. 4) Tengo desarrollada una enorme tolerancia a los títulos tercerones de la Segunda Era de Oro de Marvel (1980-85). ¿Qué me encontré una vez que me sumergí en el libro? Ese es otro tema…
A partir del nºs 126, cuando Defenders pasa a ser New Defenders, DeMatteis (que ya llevaba varios años al frente de la serie) decide ajustarse a la fórmula más existosa de aquel entonces, la de los X-Men de Chris Claremont. Eso implica trabajar con personajes que NO tengan ni puedan tener serie propia, para laburar sobre todo la interacción entre ellos y el desarrollo de la caracterización. Así es como se saca de encima a Dr. Strange, Hulk, Namor y el Silver Surfer (la espina dorsal de los primeros 125 números de Defenders) para armar un rejunte que incluye a tres ex-X-Men (Beast, Iceman y Angel, mejores amigos casi desde la infancia), una militante de los Defenders casi de la Línea Fundadora (Valkyrie), un personaje de su propia creación (Gargoyle) y un personaje fascinante, enroscado, conflictivo, que abría puntas para todos lados (Moondragon). Con esos ingredientes, DeMatteis cocina seis números muy ricos, en los que las peleas con los villanos tienen mucho menos peso que la dinámica interna entre los héroes, y se va.
Lo reemplaza Peter B. Gillis, quien se quedará en la serie hasta que esta cierre en el nº152, en una línea muy fiel a la de DeMatteis, con el experimento de probar con historias más extensas, esparcidas a lo largo de varios números. Gillis además ofrece más desarrollo para personajes secundarios como Candy Southern (por entonces amigovia de Angel) y Cloud, un personaje casi de relleno creado por DeMatteis, a quien su sucesor le pega la bizarrísima vuelta de que sea varón y mujer al mismo tiempo… Sí, maestro, un transexual en 1984.
En cuanto a las miniseries… la de Iceman, se me hizo apenas pasable. Me pareció un argumento muy genérico, aplicable casi a cualquier otro superhéroe. Años más tarde (y en DC) veríamos a DeMatteis refinar muchísimo el oficio de darle chapa a un héroe segundón en una miniserie de cuatro numeritos. En la de Beauty and the Beast (escrita por Ann Nocenti) hay muchas cosas que suceden medio caprichosamente, pero –sin ser fundamental ni mucho menos- es interesante en cuanto a exploración de las personalidades de Hank y Alison, y por la bajada de línea acerca de la falsa cultura del éxito que reina en Hollywood.
El gran problema que tiene Beauty and the Beast es que, al igual que unos cuantos episodios de Defenders, cuenta con los dibujos de Don Perlin, un obrero del lápiz muy limitado, sin onda ni talento, un verdadero rústico. Dentro de todo, las tintas de Kim DeMulder (un capo que nos dejará sus mejores páginas cuando entinte a Phil Hester en Swamp Thing) esconden algo de la torpeza de Perlin y aportan ciertos climas, ciertos hallazgos en materia de iluminación, cierto atractivo en algunas expresiones faciales. La miniserie de Iceman y el resto de los números de Defenders están dibujados por Alan Kuppeberg, dueño de un lápiz sobrio, correcto, un tipo que nunca descolló no por choto, sino porque le tocó dibujar series regulares en la época en la que en las series regulares tenías todos los meses a asesinos seriales como Byrne, Pérez, Miller, Simonson, Sienkiewicz o Paul Smith. Ah, también hay un numerito en el que está Mike Zeck como dibujante invitado, lejos el más logrado a nivel visual.
Esto es más raro que bueno, pero si te gustaban los Outsiders en la etapa post-Batman, te tiene que gustar porque tiene un tono muy similar. A mí me enganchó lo suficiente como para ir por el Vol.6, todo escrito por DeMatteis, aunque estén los personajes de la formación “clásica” y dibuje todo el muerto de Don Perlin. Después, los números del 140 al 152 (que no están reeditados en blanco y negro) me interesan bastante menos... aunque nunca se sabe, viste cómo es esto...