Ah, bueno… Pensé que el
cachito que nos mostraron al final de la peli de Venom me había preparado para
lo que iba a ver unos meses más tarde en Into the Spider-Verse, pero lo cierto
es que no. NADA te puede preparar para lo que vas a ver en estos 117 minutos de
magia animada fuera de control. Into the Spider-Verse tuvo tres directores: Bob
Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman, este último co-autor del guión
junto a Phil Lord, y se hizo con 90 millones de dólares, que ya se convirtieron
en casi 300 a medida que la película se estrena en más y más países.
Sin spoilear demasiado,
digamos que la película cuenta cómo Miles Morales reemplaza a Peter Parker en
el rol de Spider-Man, en un universo que vendría a ser una mezcla entre el de
las tres primeras películas de Sam Raimi y el Universo Ultimate de los comics.
En paralelo con eso, la dimensión donde sucede la gran mayoría de la trama se
ve invadida por otras dimensiones, en un caos de realidades alternativas
generado por un villano y eso abre la puerta para que entren en acción otras
versiones de Spider-Man y entre todos le expliquen a Miles en qué consiste ser
el arácnido favorito de New York.
El principal villano,
Miles y su padre son los personajes mejor trabajados por los guionistas, los
que además de lucirse en escenas de acción y/o chistes, tienen más carnadura,
más profundidad. Y también hay unos cuantos personajes esbozados de modo más
superficial, con brocha más gruesa, que están ahí porque resultan funcionales al
argumento… y seguramente para vender un par de muñecos más. La única
caracterización que no me sedujo fue la de la Tía May, que de la nada acá se
convierte en una especie de Alfred Pennyworth+ Lucius Fox, en un giro
sorprendente pero poco verosímil. De todos modos me queda claro que los
guionistas no están buscando conservar el verosímil, sino contar una aventura
bien zarpada, grandiosa en su planteo y en su alcance, y por supuesto darle
infinita chapa a Miles Morales, quien –ahora sí- está destinado a ser el
Spider-Man definitivo de por lo menos una o dos generaciones.
Como esta es una peli bien
para toda la familia, hay más chistes que en las películas con actores de
Marvel, y todos funcionan muy bien. También hay sutiles toques de ironía, que
nos invitan a pensar qué cosas funcionaron y cuáles no en las distintas
versiones de Spider-Man que conocimos a lo largo de los años, infinitos guiños
a los comiqueros, homenajes a Stan Lee, Steve Ditko, John Romita padre e hijo,
Bill Sienkiewicz, Frank Miller, Erik Larsen, el propio Brian Michael Bendis
(co-creador de Miles), Dan Slott (que fue el que empezó a desarrollar el concepto del "Spider-Verse") y muchos más. Y escenas más tranqui, más intimistas,
pensadas para el desarrollo de los personajes y su entorno. Todo esto con un
ritmo muy logrado, donde nunca te aburrís y donde la comedia nunca desplaza a la
aventura del centro de la escena.
Pero falta lo más
importante, que es el aspecto visual. A ver, te lo digo así, sencillito: al
lado de Into the Spider-Verse, cualquier otra película animada que hayas visto
es uno de esos cartoons de Marvel de los ´60 que hacían Gantray-Lawrence con
dos pesos con cincuenta. Sí, las de Pixar también, las de Miyazaki también,
todas. Acá los 142 animadores de Sony (responsables de películas que no vi,
como Hotel Transilvania, The Emoji Movie, Lluvia de Hamburguesas y las dos
últimas de Los Pitufos) llevaron el cine de animación a otro nivel, a otra
dimensión. Visualmente, parece una película traída del futuro, bajada de un
plato volador. La cinta mezcla todas las técnicas que se te ocurran para
sumergirte en una especie de realidad virtual en la que los fondos son
completamente reales y los personajes… no sé, no lo puedo explicar. Esto es lo
más parecido a un comic que cobró movimiento y sonido que vi en mi vida. Tiene
texturas, sombreados, detalles en el color que sólo había visto en los comics,
efectos loquísimos de iluminación, momentos donde todo es tan real que uno
siente que está viendo una peli con actores, pero en el medio aparecen cosas
que claramente no encajan en esa estética… No me alcanzan las palabras,
realmente.
Into the Spider-Verse es
animación moderna, fresca, revolucionaria, respetuosa y a la vez superadora de
los comics. Es para verla varias veces, en 2-D, en 3-D, en pantalla gigante,
como sea. Ojalá todos los superhéroes que me gustan algún día tengan una película
como esta, con esta onda, este amor a los personajes (y a la ciudad de New
York) y estas ganas de irse al carajo y patear el tablero. Posta, una
genialidad.
6 comentarios:
La puta madre, no quiero que me traicione el nivel de manija que vengo arrastrando,,,
Para mi tiene menos chistes q las de actores... o están tan bien puestos y no tan “hay q hacer reír a la gente” q no los note. Lejos la mejor película de Marvel.
Si mal no recuerdo en los primeros trailers no tenían ese look " cómic " . Era una peli animada más. Por ahí por el apuro de lanzarlo no lo terminaron. Andá a saber.
me re cebaste
El primer tráiler completo si parece tener un look de comic. Se puede ver los cuadros de diálogo y las onomatopeyas de sonidos, además de los rayitos del sentido arácnido alrededor de la cabeza de Miles.
¿Cómo que no viste Lluvia de Hamburguesas? ¡¡¡Es lo más drogado que podés estar sin estar droigado!!!
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