el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 15 de octubre de 2019

EL DIA Y LA NOCHE

Hoy tengo para reseñar dos libros creados con sólo un año de diferencia, tan distintos entre sí que sirven para ejemplificar con una elocuencia contundente lo diverso y variado que es el mundo del comic.
En 2015, cuando se cumplían los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, se publicó en Japón el libro que luego ECC España lanzaría en 2017 con el nombre de Trágica Derrota. Es un recopilatorio con seis historietas en blanco y negro, íntegramente realizadas por Nozoe Nobuhisa. El mangaka crea estas historias en base a testimonios de hombres y mujeres que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial, o sea que -70 años después de la misma- tienen todos más de 85 ó 90 años. Nobuhisa toma los recuerdos de estos viejitos y viejitas para darle forma a historias muy humanas, que nos invitan a ver el lado menos épico de la contienda, a revivir esos días históricos desde una mirada más íntima, más cercana, pero no por eso menos escalofriante.
Son todas historias tristes, crepusculares, repletas de sacrificios, padecimientos, injusticias, pero también nobleza, resilencia, perseverancia en los valores y en las convicciones. Y amor, también, ¿por qué no?. Nobuhisa narra a un ritmo ágil, sin colgarse en detalles innecesarios, sin resignar la creación de climas hostiles, agobiantes. Son historias con poco énfasis en la acción y mucho en la reflexión, en la recreación de hechos traumáticos, que marcaron para siempre a estos hombres y mujeres.
El dibujo es de una belleza infrecuente, con unas texturas alucinantes, tonalidades agregadas en el photoshop, fotos retocadas para mostrarnos barcos, aviones y tanques, efectos locos en los fondos de algunas viñetas, una reconstrucción barroca y preciosista de decorados y paisajes… Realmente es increíble la magia que le saca Nozoe Nobuhisa al lápiz, que a veces conserva la frescura del trazo sin entintar. Visualmente esto es tan hermoso que compensa ampliamente el sabor agridulce que te dejan las historias, en su mayoría muy bajoneras. Si no te ahuyenta esa impronta testimonial con rienda suelta para la amargura, con Trágica Derrota no podés perder. Y si sos fan de la Segunda Guerra Mundial, o del manga adulto, profundo, sin chistes ni elementos fantásticos, tenés la victoria asegurada.
En 2016, del otro lado del mundo, una editorial cordobesa lanza otro comic 100% basado en hechos reales: la biografía en historieta de Carlitos “la Mona” Jiménez, a cargo del gran Karlo Lottesberger, quien toma como “guión” una biografía del ídolo del cuarteto escrita por el periodista Jorge Cuadrado. Esto es a todo color, y en vez de varias historias autoconclusivas tenemos el primer episodio de una serie que (creo) nunca continuó.
Estas 52 páginas narran la infancia de la Mona, sus inicios en el mundo de la música cuando todavía era un adolescente, sus primeros éxitos y sus primeras grandes conquistas en materia de mujeres. Lottesberger opta por diálogos breves, casi siempre graciosos, y complementa cada secuencia con una aparición de la Mona ya adulto, que acota en primera persona algo acerca de la anécdota del pasado que acabamos de presenciar. Es una lectura fresca, dinámica, que logra captar el interés de quienes (como yo) somos absolutos desconocedores del cuarteto, sus grandes figuras y su gran impacto en la sociedad cordobesa. Este primer tramo de la biografía (titulado El Tarzán del Barrio) hace bastante hincapié en cómo el éxito le cambia la vida a un pibe de 15 ó 16 años, cómo esa búsqueda de la consagración artística modifica su forma de vincularse con la familia, los amigos, las noviecitas, el futbol, etc. O sea que están muy enfatizadas las emociones, tanto las alegrías como los sinsabores. El hecho de que la Mona aparezca narrando o comentando en primera persona me hace sospechar que se trata de una biografía autorizada, en la que probablemente el ídolo haya decidido dejar afuera las escenas en las que no queda demasiado bien parado. Pero por ahora, en este primer tramo, todo suena sumamente auténtico y verosímil.
El dibujo de Lottesberger acompaña a la perfección este festival de las emociones a flor de piel. Es dinámico, muy expresivo, con la cuota justa de grotesco, con algunos lugares dibujados al detalle, para que sean reconocibles por los lectores que compartieron ciudad y época con esta Mona adolescente, vital, explosiva. El color está muy bien, el cambio de estilo para que la versión adulta de la Mona se vea más realista está muy logrado, y lo único raro es esa escena en la que Carlitos y la chaqueña garchan vestidos. Será para que los padres se animen a comprar el libro y dárselo a los chicos, digo yo…
En fin, El Tarzán del Barrio no me dio ni la menor gana de ponerme a escuchar canciones de la Mona Jiménez, pero sí me generó el interés suficiente como para comprar un segundo tomo (el día que se publique) y para recomendar este a los fans del astro cuartetero, de las biografías de músicos hechas en historieta, o del maestro Karlo Lottesberger, a quien descubrí hace ya mil años en una antología de Loco Rabia y me sigue sorprendiendo cada vez que encuentro un trabajo suyo.

Nada más, por hoy. Gracias a todos los que se acercaron a saludarme y a sacarse fotos conmigo en la Crack Bang Boom, y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

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