el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 12 de abril de 2010

12/ 04: HISTORIAS DEL BAR Vol.3


Con este título genérico (y bastante mentiroso, porque hay historietas que no tienen nada que ver con los bares), Planeta-DeAgostini recopiló en hermosos libros un montón de historias cortas de los maestros José Muñoz y Carlos Sampayo, muchas de ellas hasta ese momento inéditas en castellano.
Las cinco historietas que componen este tercer álbum son bastante distintas entre sí, pero están unificadas, o más bien hermanadas, por el dibujo de José Muñoz, el monstruo máximo del claroscuro, el tipo que hace 35 años revoluciona el blanco y negro en cada historieta que dibuja. Lo que hace Muñoz con su pincel no tiene límites. Cada página es una danza alucinante de manchas negras y espacios blancos, donde las figuras, los fondos y hasta los globos se entreveran de un modo absolutamente único y genial. Muñoz tiene un repertorio de enfoques ya habituales en su obra y rara vez mete uno nuevo. Acá hay varias de esas raras veces, y una rareza más, que es la acción. Cuatro de las cinco historias tienen piñas y persecuciones y ahí Muñoz recurre a una estilización todavía más extrema que la habitual, para presentarnos a los personajes en movimiento y que estos tengan dinámica y plasticidad. Hay páginas que directamente te dejan helado, no lo podés creer. Como si esto fuera poco, varias de las historias ofrecen flashbacks a tiempos pasados y Muñoz los refleja con un detallismo documental intachable.
A veces, entre flashbacks sin previo aviso y lo alucinante de cada viñeta, nos distraemos un cachito y al toque cuesta retomar el hilo de la trama, pero esto es así: Muñoz y Sampayo siempre exigieron del lector un poco más de atención y de compromiso que los autores más comerciales. Cuando entrás a una obra de la dupla, sabés que se te viene encima una experiencia intensa, brava, arriesgada, casi una ordalía. Pero es impresionante cómo los maestros aciertan siempre, incluso en las apuestas más improbables.
Los guiones de Sampayo –decíamos- son muy distintos entre sí. El primero transcurre en el conurbano bonaerense y habla de las miserias humanas y de cómo la gente mediocre se acostumbra a convivir con la corrupción más abyecta. La segunda narra en paralelo las desventuras en Europa de dos muchachos de hoy, y de sus abuelos, que eran el guitarrista de tango Oscar Alemán (argentino y mulato) y el guitarrista de jazz Django Reinhardt (belga y gitano). Obviamente, la discriminación y la xenofobia juegan roles importantísimos. La tercera historia tiene por protagonistas a cuatro viejitos catalanes, que recuerdan anécdotas de la Guerra Civil Española y de otros momentos importantes en sus vidas, todo teñido por la nostalgia y por una memoria a veces dudosa. Sampayo también aprovecha para invitarnos a reflexionar acerca de cómo la sociedad de hoy trata a sus ancianos.
La cuarta historieta gira en torno a una desparecida argentina, que luego de ser secuestrada y torturada en la ESMA durante dos años, vive oculta en el camarote del barman de un lujoso transatlántico. La historia de la mujer, la del barman y la de otros pasajeros clandestinos se entralazan de modo absolutamente genial. Y para el cierre, una ambientada en New York en Septiembre de 2001, donde un pintor de graffitis italiano profetiza la catástrofe de las Torres Gemelas horas antes de que se produzca el ataque. En el medio, un poeta bizarro y casi surreal subvierte desde la palabra, el pensamiento y la acción el mundo confortable y mesurado de un periodista y un profesor. Ah, y Alack Sinner hace un pequeño cameo.
Como siempre, las historias de Muñoz y Sampayo van para el lado contrario de la epopeya grandilocuente y tienen mucho más que ver con los conflictos reales, los de la gente común y corriente, que con los de héroes y villanos. El material que compone este libro no es para nada la excepción. También como siempre, no suelen alcanzar las palabras para explicar lo bien que le hace a la historieta como medio que haya autores como Muñoz y Sampayo, firmes en la lucha por un comic realmente adulto, y por supuesto, lo importante que es que esto se edite y que los lectores lo compren. Papa muuuuuy fina, de verdad.

6 comentarios:

Rodrigo Terranova dijo...

Todavía recuerdo tener 13 años, mirar las páginas de Sudor Sudaca en el primer número de Fierro y pensar "¿QUÉ MIERDA ES ESTO, POR DIOS?" Instancia previa ineludible a cualquier revelación trascendente.

No sabía que existían estos libros, Andrés. Me dejás como el tigre que olfateó sangre.

Martin Fucci dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Andres Accorsi dijo...

No, la edición local de Billie Holday funcionó muy decentemente y aún hoy se sigue vendiendo.
La editorial no continuó con otros títulos, porque es un emprendimiento paralelo de alguien que se dedica a otra cosa y tiene poco tiempo para concentrarse en la labor editorial.

Berliac dijo...

Al margen del contenido, quiero resaltar cómo Planeta consigue, en comparación con otros productos de su pais e incluso de la misma editorial, imprimir barato, a dos tintas, papel sin satinado ( y esto se refleja en el precio final: estos volumenes cuestan menos de 10€), y aún así hacer de estos libros de Muñoz/Sampayo algo bellísimo.Bueno y barato, muchachos, es posible. Al mismo tiempo, si lo de adentro es bueno, no hace falta adornarlo con papel brillante, solapas y precios exhorbitantes.

Anónimo dijo...

Excelente reseña

El chavez

Anónimo dijo...

Excelente reseña


El chavez