martes, 4 de mayo de 2010
04/ 05: HUMAN TARGET: FINAL CUT
Ah, bueno… Esto es jodido de verdad!
Obviamente, con Christopher Chance en Los Angeles, no se podía hacer esperar la saguita hollywoodesca, en la que el Blanco Humano se sumerja en el mundillo rutilante e hipócrita de las estrellas del Séptimo Arte. Ahí, donde todos juegan a ser lo que no son, donde la ficción tiene más peso que la vida real, el Gran Simulador puede sentirse casi a gusto y volver a encontrarle sentido a la profesión después de la tragedia de la saga anterior. Esta llegó tres años más tarde (en 2002) y en forma de una extensa novela gráfica, 91 páginas sin respiro y sin concesiones.
Acá Milligan ya tiene al personaje armado y lo maneja de taquito: “Todos estamos mintiendo. Toda mi vida es una mentira. Yo no soy nadie”, dice Chance en una de las mejores escenas del libro. Y esta vez, las consecuencias de vivir la vida de otro, y de SER otro, son muy heavies, porque Chance se enamora perdidamente de la esposa de uno de los hombres a los que suplanta. Que en total son tres: un actor veterano, un guionista y actor segundón (sospechoso de haber raptado a un chico que con sólo 13 años es estrella de cine) y un prestigioso productor, hijo de actores y padre del chico desaparecido. El Blanco Humano está acostumbrado a meterse en kilombos y a ser testigo (y partícipe) de relaciones tortuosas, sórdidas y perturbadoras, pero lo que va a tener que ver (y hacer) en Hollywood está más allá de su vasta preparación. Sobre todo cuando le toca encarnar a Davey King, el guionista de un film que ningún estudio aceptó rodar. King está hasta las bolas en más de un kilombo, y casi todos son producto de su relación con Conchita, una bomba atómica, más zarpada y problemática que él, que lo envuelve en un tsunami de sexo, droga y rock´n roll, que Chance trata de entender sobre la marcha, mientras esquiva los corchazos.
En la novela gráfica Milligan no sólo resuelve el misterio de la desaparición de Ronan White: también nos enteramos quién contrató a Emerald (la mercenaria de la saga anterior) para que le volara la cara a Chance. La respuesta es totalmente impredecible, al igual que la resolución del caso de Ronan White. Esta última, además, es totalmente cruel y shockeante. En esa secuencia final se va a la mierda todo ese clima frío, de “todo bajo control”, de investigación detectivesca prolija y bien estudiada. Ahí estalla la emoción violenta, se caen las máscaras que realmente importan y el lector recibe una seguidilla de patadas a la garganta, salvaje y visceral. No es la única escena de alto voltaje, para nada. Esta saga tiene menos machaca que la anterior, pero tampoco es un dibujito del Discovery Kids.
Para reemplazar al difunto croata Edvin Biukovic, llega un gran dibujante español: Javier Pulido. En el trazo de Pulido se ven vestigios de lo mejor de la línea clara valenciana (o sea, Daniel Torres), pero su manejo del pincel y su estilo adusto, austero y a la vez demoledoramente sólido nos remite también a Hugo Pratt y su narrativa tiene bastante de Dave Lapham. Pulido hace gala de un gran manejo de la acción, pero también de los climas más introspectivos. Su Human Target es reflexivo, serio, profundo, lleno de elocuentes silencios. Ni loco se mata en los fondos tanto como Biukovic, pero eso no le resta ni credibilidad ni efectividad a su Hollywood manchado de sol y sangre. El estilo de Pulido, rico en claroscuros e intencionalmente pobre en detalles, requiere un colorista especial, que entienda el planteo estético del dibujante y se acople a él armoniosamente. Ese enorme mérito le corresponde a Dave Stewart, el grossísimo colorista al que ya nos cruzamos en varias reseñas, siempre dispuesto a apuntalar con su paleta mágica los laburos de buenos dibujantes.
Final Cut es otra historieta perfecta por donde se la mire, intensa, arriesgada, potente, capaz de arrancarte una sonrisa, de ponerte los pelos de punta, y de dejarte pidiendo más. Misterio, acción, corrupción y las relaciones humanas más retorcidas del mundo, en una historia llena de vueltas de tuerca alucinantes que no podés dejar de leer.
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3 comentarios:
¡Fenomenal,Andrés!Aguante Chance y su esquizofrenia, es un personaje maravilloso.
PD: ¿Vas a reseñar algo de The Shadow,Doc Savage o Justice Inc?
No creo, estimado... Obviamente amo al Shadow de Chaykin/ Helfer/ Sienkiewicz/ Baker, y al Justice de Helfer/ Baker. Pero es material que no está en libro y que tengo guardado andá a saber dónde...
Y Doc Savage no es un personaje que me resulte atractivo, vaya uno a saber por qué...
Tremendo, un Milligan en llamas. Recuerdo esta saga y me da una bronca terrible la pésima adaptación que está teniendo este personaje en la T.V.
Y también me da bronca ver que aún no traje este tomo del Chaco, la concha de la lora... terminé de leer la reseña y me agarró ganas de leerla de nuevo... y no la tengo. ¡PUTA MADRE!
Saludos.
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