domingo, 30 de mayo de 2010
30/ 05: Y SE ME PRESENTÓ EN FORMA DE BESTIA
Este álbum editado en Perú en 2008 por la editorial Contracultura reúne TODAS las historietas de Jorge Pérez Ruibal publicadas hasta esa fecha en el fanzine Trulópolis, más alguna limadura inédita, y son 80 páginas imposibles de olvidar.
El fanzine Trulópolis es una especie de hit de culto en el underground limeño, tanto que a su creador comenzaron a apodarlo “Truloboy”. Pero este grosso indiscutido en la escena indie latinoamericana está más allá de toda denominación. De hecho, estamos ante uno de los autores más genuinamente salvajes de la historia del comic. Las historietas de Pérez Ruibal son una especie de oda al asco, una glorificación de todo lo incorrecto, envuelta (y revuelta) en una belleza estética tan bizarra como incontrastable. En sus historias (casi todas breves, de entre dos y seis páginas) no sólo abundan las criaturas abisales y los demonios, también los monstruos de todos los días, los freaks, las deformaciones, los muertos vivos, miembros amputados, volcanes de vómito, tajos a flor de piel, espaldas laceradas, sangre, sudor y semen. No es material para todo público, ni mucho menos.
Una vez que desarrollás el estómago necesario para bancar un comic de Pérez Ruibal, viene el premio: los guiones son redonditos, incluso cuando narran sus sueños. Los diálogos son brillantes. La sobrecarga de detalles, texturas y tramas no empaña para nada la narrativa. Y el dibujo... ma-mita! Pocas veces vi a alguien dibujar así. Este animal combina en su estilo rasgos de Martí, de Julie Doucet y de Hideshi Hino (del que leyó un sólo comic en su vida), pero con la virulencia de Mike Diana y los franceses de Lederniercri y la obsesión patológica por los detalles de Robert Crumb. Sí, ya sé... no es muy normal.
Particularmente traumáticas resultan sus ilustraciones, que son –paradójicamente- las que le permiten ganarse la vida. Acá lo vemos dominar una variedad de técnicas impresionante, y dejar volar hasta el precipicio y más allá sus obsesiones pesadillescas, macabras, demenciales y repulsivas. Muchas de ellas son fruto de la improvisación, mientras que en las historietas trabaja a partir de ideas mucho más elaboradas y pasa por varios bocetos hasta llegar a la puesta en página definitiva.
De la autobiografía al delirio, Jorge Pérez Ruibal explora, sin parar. Y a veces llega a lugares increíbles, como en la célebre Papas al Hilo (que se publicó en un número de Suda Mery K), que tal vez sea la mejor historieta del libro. Pero hay varias que le hacen el re-aguante, entre ellas la inmunda Muñeca de Trapo, la poética El Fantasma de tu Perfume, la casi tierna Koyama o la mega-lumpen Chupete de Veneno. En todas hay algo que te va a impactar o a emocionar, más allá de la calidad del dibujo, que directamente te caga a trompadas.
Claramente, hay que estar muuuuy hecho mierda para crear las cosas que crea Pérez Ruibal, y casi igual de hecho mierda para disfrutarlas. Pero si llegaste a ese punto de destrucción mental, moral y espiritual en el que vale todo menos el “más de lo mismo”, acá está Truloboy, listo para llevarte a recorrer las pesadillas más reales y fascinantes de tu vida.
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5 comentarios:
¡Muy buena reseña, Andrés! A ver si buceando en la red puedo encontrar algo de este autor.
PD: ¿Skin Graft, de Vertigo, que tal está?
Bastante digna, sin ser gloriosa...
estaba esperando este librito desde la vez que me lo habia mostrado berliac (pensaba que lo tendria que pedir) cuando vi el tomito en una casa de comics, me puse muy contento y me la lleve a mi casa y me lo devore en la cama.
un gros este muchacho, espero mas cosas de el
lo compre hoy, gracias a esta reseña, porq ya lo habia visto pero no le habia dado mucha bola, y ya lo lei
muy bueno, me gusta esa onda medio gary baseman que tienen sus dibujos
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