jueves, 1 de julio de 2010
01/ 07: SPX 2005
La Small Press Expo (o SPX) es una convención centrada en el comic norteamericano alternativo, y tiene lugar una vez al año (generalmente en Septiembre u Octubre) en Bethesda, Maryland. Cada año un autor grosso es invitado a coordinar una antología que es lanzada en la convención. Al frente de la edición 2005 estuvo Brian Ralph (a quien visitamos en su Daybreak) y a lo largo de sus casi 200 páginas, se dieron cita unos 40 autores, todos con historias cortas, autoconclusivas y alejadas de las temáticas más masivas (superhéroes, terror, ciencia-ficción, etc.).
Como suele suceder, alcanza con que el tema sea libre para que más de uno se las quiera dar de Guacho Experimental y termine entregando un bofe impresentable, y la verdad es que esta antología no es la excepción. Hay cinco o seis fiambres irredimibles, que ignoran por completo los rudimentos del dibujo y la narrativa, y algunos tipos de talento, pero abocados a crear historietas herméticas, chocantes o simplemente pasadas de absurdo.
Pero centrémonos en los grossos. Uno que no conocía y me mató es Jesse Reklaw, quien –me entero googleando- hace 15 años publica una tira semanal en periódicos alternativos yankis. Acá se manda una parodia-homenaje a Maus, en un estilo que reproduce milimétricamente el de Art Spiegelman, y encima la historia está bárbara. Jeff Czekaj también me gustó. Es un James Kochalka del Nacional B, pero muy bueno. Scott Campbell (nada que ver con el de Gen13), otro animalito del que nunca había visto nada y que dibuja muy, muy bien, en un estilo humorístico muy personal. Demien Jay, otro pibe ignoto, pero muy notable, sobre todo en el manejo de la narrativa. Sara Varon, hoy figurita en First Second, acá ya demostraba calidad, originalidad y ternura. Y a Kazimir Strzepek lo había oído nombrar, pero nunca había visto trabajos suyos. Acá hay uno que explica por qué acumuló tantas buenas críticas con sus novelas gráficas.
Además de las revelaciones y sorpresas, hay tres o cuatro historietas de esos tipos a los que uno ya los sigue a todas partes y cada vez los quiere más. Jim Rugg la descose con una historia de Afrodisiac, el antihéroe negro y jodido, que acá humilla nada menos que a Hercules. Nick Bertozzi cuenta en formato de comic un hecho histórico sucedido en las gélidas planicies del Polo Norte, con dos viñetas por página y un nivel de dibujo infernal. Scott Morse, genio de los genios, merecedor de infinita más repercusión de la que tiene, demuestra que en blanco y negro y con poquitas páginas también se puede arañar la gloria. Sin dudas, lo mejor de la antología. Jordan Crane, otro monstruo poco nombrado cuando se habla del indie yanki, apabulla en cuatro páginas con la claridad de sus ideas, su ingenio y su destreza para dibujar y contar. Hoy se dedica más que nada a la historieta infantil, pero antes de eso peló dos o tres novelas gráficas y un puñado de autoconclusivas que tienen todo para elevarlo al Olimpo.
Y dejo para el final la frutilla del postre: Federico Reggiani y Angel Mosquito! Sí, la dupla de La Mueca de Dios, Vitamina Potencia y muchas historias cortas (que quiero ver recopiladas en libro YA), demuestran que el sur también existe con ocho páginas excelentes, que no recuerdo haber leído nunca en castellano. Slice of life nacional y popular, en el inconfundible estilo del platense y el moronense que tan bien se complementan.
El resto, o no me gustó, o no me llamó la atención como para destacarlo. ¿Y Brian Ralph? Nada, sólo una portada muy zarpada en la que manda un guiño a Kochalka y varios a Gary Baseman (o a Liniers, andá a saber). Sigo buscando los tomitos que me faltan para completar la colección de catálogos de SPX, semillero de talentos, aguantadero de genios y –a veces- fosa séptica de algún tarado que (por ahí sin malas intenciones) se pasa de vanguardista y no aporta nada.
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