el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 19 de julio de 2010

19/ 07: 100 BULLETS Vol.7


Bueno, prometí volver pronto y cumplí. Ahora, los que no volvieron son los personajes del tomo anterior! Posta, este tomo es rarísimo: Graves aparece tres páginas, en un flashback. Shepherd aparece (cada día más parecido a Alack Sinner) en una secuencia de 12 páginas. Y el único de los grossos que tiene un rol más o menos importante es un personaje al que en el tomo anterior vimos caer abatido a balazos y a quien yo, como buen salame crédulo y naif, creía boleteado forever. Obviamente no lo voy a nombrar, para no spoilear.
Eso que decía la vez pasada de la pachorra exasperante con la que Brian Azzarello hace avanzar esta ambiciosa trama de corrupción y venganza, en este libro alcanza niveles insólitos. Samurai (así se llama el recopilatorio, sin más sentido que jugar con el título de la famosa película) se compone de dos arcos argumentales. Uno transcurre en una cárcel y está protagonizado por Loop, uno de los reclusos, el de la saguita Hang Up on the Hang Low (Vol.3), un cuatro de copas que –por lógica- debería cobrar protagonismo en los próximos arcos. La segunda historia del libro retoma la historia de Jack, otro perdedor consumado a quien el Agente Graves le entregó el chumbo con las 100 balas imposibles de rastrear (presentado en los números 21 y 22). Hasta ahora no hay muchas pistas de que Jack pueda llegar a ser importante en el desenlace del conflicto entre los Minutemen y el Trust, pero con dos excelentes historias a cuestas, ya sería muy ilógico que no enganchara para nada en el big picture.
Ambos arcos tienen en común la vida tras las rejas. El de Loop, obviamente porque transcurre en la cárcel, un submundo que Azzarello ya demostró que domina como pocos cuando tiró aquella bomba atómica que fue la saga de Hellblazer en la que John iba en cana, aquel dibujado como los dioses por Richard Corben. Y el de Jack, porque gira en torno a una especie de zoológico de la B Metropolitana, en el que un par de tigres viven enjaulados. Y por supuesto, en los dos hay muchísimos momentos sórdidos, violentos, jodidos como enema de chimichurri. Aunque parezca mentira, la historia de Jack y los tigres es más escabrosa, y te revuelve más las entrañas, que la de Loop en la cárcel. A Loop ahora nos lo muestran como un habilidoso, un tipo que con ingenio, chamuyo y huevos se las va a rebuscar siempre para salir más o menos bien parado. Y además tiene códigos: con los amigos no se jode y al enemigo, ni justicia. Jack, en cambio, es un tiro al aire, un heroinómano poco dispuesto a intentar dejar la jeringa, que nunca sabés para dónde va a disparar (en sentido literal). Los dos “héroes” se enchastran de sangre ajena, los dos cobran de lo lindo, los dos van a tener que replantearse miles de cosas antes de poder tomar partido en la guerra fría entre el Trust y el Agente Graves.
Pero vuelvo a lo de antes: las historias están buenísimas, los diálogos son excelentes, los climas están logradísimos, las escenas de acción son recontra-impactantes… El tema es cuánto avanza la trama central en cada arco y la verdad es que la respuesta es: poquísimo. En todo caso la gracia será decir “yo a este pibe lo sigo desde la Novena” cuando Loop o Jack cobren chapa más adelante, pero por ahora la cantidad de páginas que les vimos protagonizar no tienen la menor relación con su injerencia en la trama. Veremos cómo y cuánto aparecen en la segunda mitad de la obra.
Del trabajo de Eduardo Risso al frente de la faz gráfica casi ni tiene sentido hablar. La chapa que demuestra el león de Leones en cada secuencia te deja helado. La cantidad de recursos que pela para darle ritmo y variedad a las extensas escenas de diálogo, o de inacción, es pasmosa. Su aporte al clima pesado y ominoso de la trama es incalculable. La personalidad que le da a cada uno de los cientos de personajes menores que desfilan por la(s) trama(s) es alucinante y su forma de retratar la violencia, escalofriante.
Por si faltara algo, el prólogo de este tomo lo escribió nada menos que Carlos Trillo, otra máquina de generar excelentes historietas con y sin dibujos de Risso. Esto se cocina a fuego lento, muchachos. Pero va largando un olorcito riquísimo…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Andres, que tal? Me salgo del hilo principal y te pregunto si conoces al autor frances Frederic Bezian, que opinas de el? Yo ultimamente estoy obsesionado con sus paginas, pero casualmente lo que mas me interesa de el "Chien Rouge, Chien Noir", (que tiene una onda a lo que hacia Adrian Sibar en Locomotion) no lo tengo. Se puede conseguir aca? en castellano o ingles ni a palos, no? No se edito en alguna cimoc, Heavy Metal o algo de eso?
Saludos
Mart.

Andres Accorsi dijo...

Ni idea. Puede ser, porque es "viejo", de 1994. Habría que buscarlo. En castellano, 95% seguro de que no se editó.
De Bezian lo único que leí es el tomo que dibujó para La Mazmorra: Monstruos, que me pareció majestuoso. Si veo más cosas suyas, no dudaré en capturarlas.