viernes, 28 de enero de 2011
28/ 01: EL SR: Y LA SRA. RISPO
Hoy nadie discute a Diego Parés. A los 40 años es, sin duda, es uno de los más completos, versátiles y talentosos dibujantes que tiene nuestro país. Sus colegas aprenden de él, porque enseña hasta sin darse cuenta. Es tanto lo que sabe, y lo transmite tan bien, que la conversación más nimia en la que se involucre Parés se convierte –incluso a pesar suyo- en una clase magistral. Por supuesto, no siempre fue así. Hace 20 años, Parés era un borreguito sacado y kilombero que publicaba muchísimo material en las revistas de Ediciones de la Urraca, y cuyo estilo se parecía demasiado al de Bill Watterson. De ahí hasta acá pasaron muchas cosas. Tal vez la más impactante haya sido la recuperación de Parés, después de haber caído en una profunda y peligrosa adicción a las drogas que lo llevó a internarse en un neuropsiquiátrico. Vos lo ves hoy, padre de familia, prestigioso, con su chiste diario en La Nación y no te imaginás ni en pedo el descontrol que gobernó su vida durante algunos años. Pero todo eso está en su obra, porque hecho mierda y todo, Parés casi nunca dejó de dibujar.
Este libro (editado en 2007) recopila casi todo el material de El Sr.y la Sra. Rispo que apareció en la revista SexHumor en los ´90. No está lo de Barcelona, ni lo de Fierro, que es posterior. Y si te bancás la temática (sexo brutalmente explícito con todas las depravaciones e inmundicias habidas y por haber) no tiene el menor desperdicio. Desde los textos introductorios (de Pablo Fayó, Carlos Nine y el propio Parés) hasta los bocetos del final, todo nos muestra (y nos hace sentir en carne propia) esa montaña rusa salvaje por la que el autor pasó mientras dibujaba estas historietas. Y además nos hace cagar de risa, porque (de nuevo, si no te da rechazo la temática) las historietas de Rispo ofrecen unos estallidos de comicidad poco frecuentes en el Noveno Arte.
El dibujo cambia mucho: al principio es prolijito, sintético, no clásico pero tampoco vanguardista. Y en un momento cambia radicalmente: la influencia de Robert Crumb se impone por sobre todas las demás y despunta un Parés mucho más salvaje, pero a la vez más virtuoso, con un trazo descontrolado, desprolijo pero no torpe (tipo Esteban Podetti), con unos cross-hatchings enfermizos, caras (y pijas) exageradas al extremo, ángulos raros, ideas cada vez más extremas… La historieta mejor dibujada es una protagonizada por Horacio (el amigo de Rispo) llamada “Horacio en la Telaraña”. Seguramente porque al tener cuatro páginas para desarrollarla, Parés se jugó por viñetas más grandes, donde todo se ve mejor. Es una de las pocas historietas sin penetraciones ni eyaculaciones, pero también es donde más se disfruta la genialidad de los detalles, las texturas, hasta los olores que dibuja este monstruo fuera de control.
Por supuesto, hay historietas peor dibujadas, que coinciden con las etapas en las que Parés estaba o demasiado dado vuelta, o sedado con medicación como parte de su terapia. Pero no importa, porque en todas hay guarangadas geniales, garches grotescos y un clima de violencia en joda (“cartoon violence”, le dicen los yankis) que recupera lo mejor de la época clásica de los dibujos animados, con cajas fuertes que caen del cielo y todo. Todo es absolutamente extremo, más allá del lógico “zarpe” que propone cualquier historieta pensada para una revista de temática sexual. Porque además Rispo no está pensada para el pajero que compraba la SexHumor (excepto la gloriosa historieta que recorre 20 maneras de hacerse una paja). Está pensada para shockear, para que cuando veas cosas como la orgía en medio de un velatorio, o la lucha de Horacio contra el Hombre Guasca, digas “nah, te fuiste al re-carajo”. Y Parés se sigue yendo al carajo, cada vez más y dibujando cada vez mejor, entoncés te relajás, gozás y sentís que vale la pena terminar todo enchastrado con los más variados fluídos corporales.
Ya parezco Sofovich de tanto que me repito: no son historietas para cualquier lector. Te tenés que bancar sexo extremo, violencia, splatter y dibujos por momentos muy oscuros y perturbadores. Pero si te la bancás, te llevás de premio, además de chistes brillantes, un viaje alucinante por las obsesiones, perversiones, delirios y pesadillas de un tipo de enorme talento que se las vio muy jodidas, pero nunca perdió la pasión por la historieta.
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8 comentarios:
sabes que busque en google y no lo encontre y aca en las calles de lima nunca escuche que alguien usara ese termino ,de ahi mi insistencia con el tema.
Ah, hubieras empezado por ahí. Fuera de Argentina, dudo que quiera decir algo. En Argentina "runfla" es sinónimo de contubernio, de acuerdo espurio entre partes casi siempre malintencionadas.
Aguante Lima, espero poder visitarlos este año.
seria una alegria ya que por primera vez este año vamos a tener un festival de comics grande con invitados internacionales de trayectoria destacable, como olivetti
Que bueno encontrar estas lineas, Andres, bien definiste vos su calidad al decir que "Sus colegas aprenden se el" lejos de ponerme en ese lugar, Parés transmite eso, porque? porque tiene dudas, porque experimenta, porque es culo inquieto ( en el buen sentido, en el malo lo desconozco), porque no se conforma, tiene tantos "Estilos"(?) que uno mira su evolucion y dice "Mira este hijo de puta lo que hizo!!", y es un tipo que mira mucho para atras, tiene gran devocion por la vieja guardia del plumin y es como los Stones, mirando a Robert Johnson.
Creo que Parés, al igual que Max Aguirre, que Fede Pazos, que Ariel LV, son tipos a los que es mejor seguirlos de cerca, porque siempre estan dando una vuelta de rosca, digo estos autores como ejemplo de una lista, no muy larga pero si variada.
Que el tipo este publicando en La Nacion es una alegria, quiero que los laburos de Pares sean tan populares como los de Liniers, aunque nunca va a llegar a ese publico "Minita sensible que vive en Palermo y pone stickers en su diario intimo", pero si, va a hacer que muchos agarren el lapiz con mas respeto.
Personalmente, el flaco me abrió las puertas de su casa para poder mostrarle mis impresentables trazos, y alienta mucho a que uno haga las cosas con criterio, es un gesto de grandeza, como lo tuvo Rovella, Scalerandi, Souto, El Bruno...gente buena y talentosa.
bueh...
me fui al joraca, un abrazo Accorsi!!
Hola Andres, tanto tiempo, y si, Parés dá cátedra con cada un a de sus obras ,al agarrar laburos de él parecen ser 4 o 5 dibujantes distintos pero uno ve que tienen un nexo en común un nosequé, a mí indirectamente( no tengo la suerte todavia de conocerlo personalmente) me enseñó que no hay que casarse con un solo estilo y uno puede seguir siendo el mismo
,gracias Diego !!,un grosso y sigue publicando ,un abrazo Andrés y ya te voy a mandar algunos laburitos que estoy haciendo ,por suerte estoy de colaborador en historieta patagonica y nuevito en dibujantes del litoral ,( me meti en todos lados!!) un gran abrazo y me alegra que la comiqueando haya regresado!!!me encanto Peter Kupper,me gustaria ver una nota de Alan Moore y de las tiras cómicas de antes
este libro hay que tenerlo. está muy copado.
sería bueno otro con lo de Barcelona y Fierro.
Cuando salió este libro, no llegaba a Córdoba, pasaban días y no llegaba... y no llegaba..
Me fuí a Baires y lo compré (de paso hice otras cosas), pero me lo leí entero en el bondi de vuelta, y fué el mejor viaje de vuelta de mi vida.
Que se siga yendo al carajo! que lo hace genial.
Y coincido con Leandro, hay que seguirlo de cerca.
abrazo!
Si no fuera por el amigo conocido como PB, me hubiera perdido esta reseña, hace mil que no paso por acá. Este libro lo tengo y lo estudio, copio dibujos sin que me salgan, una y otra vez. Creo que me mejoró como dibujante, si bien al día de la fecha me declaro incapáz de hacer un cómic.
No sé a qué otro dibujante de este país Carlos Nine le prologa la obra.
Buena reseña, ché.
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