el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 15 de junio de 2011

15/ 06: GOTHAM CENTRAL Vol.1


Ah, bueno… así cualquiera se hace fan de la policía. Esto es mainstream finoli-finoli, comic 100% de autor, pero ambientado en Gotham y con Batman de personaje casi terciario, de esos que aparecen medio de keruza a hacer un mínimo aporte cuando la trama ya está totalmente cocinada. Ed Brubaker y Greg Rucka plantean esta serie como un comic policial clásico, al estilo de las series de TV tipo NYPD Blues, pero aceptan una regla básica: los canas no le pueden ganar a los villanos de Gotham. Pueden investigar, los pueden acorralar, pero no bajarlos de un tiro ni de una trompada. Para eso está Batman. Y está perfecto, porque si no, le baja mucho la chapa a los villanos. Que te ganen Robin o Batgirl ya es bastante humillante, como para que encima te gane un inspector de policía. Y la onda es que los villanos den miedo, no lástima ni risa. De todos modos, y si bien hay villanos conocidos detrás de todos los casos que investiga la Major Crimes Unit en este tomo, Brubaker y Rucka se esfuerzan porque aparezcan poco, por mantenerlos en las sombras lo más posible, para concentrarse lo más posible en los canas comunes y corrientes, como enseñaran los maestros Kurt Busiek (en Astro City) y Brian Michael Bendis (en Powers).
Todavía no termino de decidir qué es lo que más me gustó de este tomo. Estoy entre la construcción de los personajes y el ritmo elegido para contar las historias. Ambas cosas son muy, muy notables y además muy originales, muy propias de esta serie. Y son los dos elementos que –increíblemente potenciados por el equipo creativo- revierten la sensación inicial que produce la consigna “un comic sobre los canas de Gotham”. Sensación que, a priori, va para el lado de “¿A quién le importan estos losers inoperantes, a los que Batman les vive sacando las papas del fuego?”, encima con el agravante de que James Gordon y Harvey Bullock no son parte del elenco de la serie. Pero está Renée Montoya (a la que acá le darán containers llenos de chapa), está Maggie Sawyer (creada por John Byrne para su etapa en Superman), está Crispus Allen (que tenía roles muy chiquitos en las Detective que escribía Rucka y después terminará laburando de Spectre) y hay un montón de canas a los que yo no conocía y que no sé si fueron creados para esta serie o no. Entre todos se arma un elenco diverso, rico, donde cualquiera puede ser protagonista de un arco argumental. El arco más extenso del tomo tiene a Montoya como estrella indiscutida, pero se nota mucho la intención de trabajar con “el héroe grupal” que impulsaba Oesterheld en los ´50.
Las tramas están perfectamente construídas, sin saltos al vacío, sin exabruptos. Todo respeta un orden, un protocolo, y resulta –por ende- mucho más real que cualquier otro comic ambientado en Gotham. Acá no existe el “palo y palo”. El ritmo es pausado, tranqui. Las historias avanzan a fuerza de diálogos, de silencios, de observación, de paciencia, de investigación minuciosa. Hay tiros y trompadas, pero poquitos, y en los momentos en que se hacen inevitables. Rucka demostró su talento para los comics de investigación y espionaje en Queen & Country y Brubaker logró maravillas en el género policial con títulos como Criminal, así que no me sorprendió para nada el nivel que exhibe la dupla en Gotham Central.
El que me dejó boquiabierto fue Michael Lark, el dibujante, Ya había leído varios trabajos suyos, dentro y fuera del policial, pero nunca estuvo tan afilado como en esta serie. Posta, cada secuencia es perfecta. Las caras, el lenguaje corporal, todo es increíble. El armado de la página casi siempre respeta las cuatro tiras de viñetas y nos recuerda a cuando las tiras de los diarios estaban bien dibujadas. Hay mucha referencia fotográfica, claro, pero está perfectamente integrada al estilo gráfico de Lark, basado en la síntesis, la mancha y los climas tirando a oscuros. A Lark le sientan bárbaro tanto el grado de realismo como el ritmo pachorro que Brubaker y Rucka le dan a las historias. Y está tan cómodo que no falta nunca: se dibuja la vida (supongo que con asistentes) en los 10 episodios del tomo. Muy, muy grosso el aporte de Lark para elevar el nivel de esta serie y dotarla de una identidad propia, a años luz del pochoclo barato y el “más de lo mismo”.
Gotham Central duró apenas 40 números y vendió más bien poco (en revistitas, los libros anduvieron mejor), pero mientras duró fue un chispazo de gloria, amado por la crítica y los jurados de los todos premios. ¿Ves? Ahí hay una serie que valdría la pena relanzar en Septiembre con un nuevo número uno. Pero si la escribieran Rucka y/o Brubaker, porque si se la dan a Scott Lobdell o a Tony Daniel no la leo ni drogado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leí Gotham Central hace poco y me fascinó. Lo mejor que se ha hecho con Batman en mucho tiempo.

Ayer terminé Alias de Bendis, que leí por tu recomendación, y otra maravilla. No recordaba querer tanto en tan poco tiempo a un personaje desde mi amor con el Animal Man de Morrison.

Parece que los superhéroes cada vez se llevan mejor con los segundos y terceros planos.

Otto

Anónimo dijo...

Mira no he leído esta serie , pero no me extraña la calidad por los guionistas, Brubaker-Rucka, hicieron la que para mí es una etapa genial de Batman y hace poco coincidieron junto a lark en Cruel and Unusual D(daredevil 107-110) , historia que es fácilmente la mejor de la etapa Brubaker en DD, o sea trabajan juntos de maravilla.

Anónimo dijo...

Un comic que disfrute mucho, creo recordar de estos primeros numeros que aunque las tramas resultaban interesantes, lo mejor era la humanidad expresada por los personajes y sus interrelaciones, y la trama de Montoya era muy genial (si es la que creo, porque lei la edición de Norma, y los dos primeros tomos abarcaban creo que esto).

Error Macross.