domingo, 23 de octubre de 2011
23/ 10: EL DOMICILIO DE LA HISTORIETA
Ya hace más de dos meses que estuve en La Paz, pero hay una imagen que no me logro sacar de la cabeza. Es la del C+C, el centro cultural dedicado a la historieta que administra la fundación Simón Patiño. Me quedó grabada a fuego esa esquina de Ecuador y Belisario Salinas y sueño con ella muy a menudo.
La fachada ya te gana por goleada: Hay cinco o seis paneles en los que conviven personajes de historietas famosos de varias latitudes. Superman, Mafalda, Astérix, Alack Sinner, John Difool, Wolverine, Corto Maltés… y muchos menos obvios, más de culto. Es obvio que el que armó esas imágenes la tenía muy clara. La fachada ya te lo advierte: estás por entrar a un templo comiquero sin parangón en Latinoamérica.
Pero uno es comiquero, entonces entra. Y ahí, agarrate. El C+C tiene un piso entero dedicado a una exposición de trabajos de distintos artistas de todo el mundo, que van rotando. A veces se exhiben originales, a veces reproducciones, pero siempre hay material interesante para ver, en una sala perfectamente pensada para ese fin. Y también otro piso donde están las aulas en las que los principales historietistas e ilustradores bolivianos dan sus talleres para todos aquellos que quieran inscribirse y aprender el oficio. Por supuesto, las aulas son totalmente idóneas, no hay improvisación, ni “lo atamo´con alambre”. En ese mismo piso hay un auditorio que se utiliza básicamente para proyectar material audiovisual relacionado con el comic, desde documentales hasta películas y series animadas basadas en personajes del Noveno Arte.
Y todo eso empalidece frente a la planta baja, que es donde está la biblioteca de historietas. Ahí cualquiera puede entrar sin pagar un mango, sentarse en un cómodo sillón, servirse agua de un dispenser y quedarse todo lo que quiera a leer comics. Las paredes están decoradas con los afiches de las distintas ediciones del Festival Viñetas con Altura (el evento comiquero más importante de Bolivia) y además con dibujos originales, realizados en las paredes del C+C por los dibujantes que llegaron a La Paz invitados por el Festival. Ahí hay trabajos alucinantes de grandes nombres del comic latinoamericano y europeo, hechos a mano alzada, sin boceto ni planificación previa. A mí me tocó ver cómo hacían su aporte a las paredes del C+C monstruos como Rafael Grampá y Salvador Sanz, pero hay un montón más (no quiero enumerar para no dejar a ninguno afuera). O sea que la biblioteca también se puede recorrer como si uno fuera a ver una muestra de originales, sólo que no están enmarcados, sino dibujados de una en la pared.
Pero es hora de leer comics. ¿Por dónde empezar? Imposible decidirse. En los estantes hay toneladas de comics de todas partes del mundo, hay material en castellano, inglés, francés, italiano, portugués y japonés, para que cada uno se le anime a los idiomas que maneja. Por supuesto, hay obras que están en más de un idioma. El material sólo para adultos tiene su estantería aparte, a un costadito, y sólo se puede acceder a él si sos mayor. También hay muchísimos libros de teoría de la historieta y revistas de información de varios países, obviamente con la Comiqueando presente (y encuadernada en tomos de tapa dura, justo para mi, que no me cebo con los hardcovers ;). Lo más interesante es que todos los meses se suma material nuevo, tanto novedades como títulos editados hace tiempo.
La tarea de dirigir esta locomotora hacia el nirvana del COGA es Francisco “Paqui” Leñero, nacido en Chile pero radicado hace mucho tiempo en Bolivia. Paqui fundó una de las primeras comiquerías de La Paz, pero después la vendió y pasó a estar a cargo del C+C, donde maneja un muy buen presupuesto, provisto por la Fundación Simón Patiño. O sea que parte del trabajo de Paqui consiste en gastar forrrrtunas en comics, para hacer crecer la ya vasta colección de la biblioteca. Y además, organizar los talleres y las exposiciones y la presencia del C+C en ferias, en escuelas y demás actividades que le muestran al público (sobre todo a los chicos y adolescentes) lo fácil y lo copado que es acceder al mundo de la historieta a través del C+C. Sin dudas, un laburo al que uno iría todos los días con la mejor onda, aunque se tenga que fumar una hora de viaje en el Sarmiento y otra media hora en el Subte hecho una sardina, oliendo chivo ajeno y escuchando el reggaeton de los subnormales que no entienden que para escuchar música en los transportes públicos tienen que usar audífonos.
Mal y tarde, entonces, vaya mi eterno agradecimiento por los gratísimos momentos vividos en Ecuador y Belisario Salinas, y por supuesto, los votos para que algún día podamos tener algo parecido acá, en nuestro país, que nos enorgullezca como enorgullece a nuestros hermanos bolivianos el majestuoso C+C.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
Qué buena onda un espacio así. Hay que organizar alguna movida para hacer algo así acá.
Abrazo
Andrés vos habías hecho algo así en el 2002, creo. Qué fue de esa experiencia? Te chorearon muchos comics?
no puedo mas que sentir la mas profunda de las envidias
¡Dios! Si viviera en Bolivia me verían allí entre 4 y 8 horas, todos los días. No exagero. Yo soy peruano, y hace poco un amigo estuvo en este local y me mostró unas fotos: la biblioteca es realmente alucinante, los títulos son variados y abarcan todas las escuelas y nacionalidades. Un día puedes leerte un cómic de Daniel Clowes, al siguiente uno de Marvel o DC, al siguiente algo de Moebius, y terminas la semana con algo de Crumb o de Trillo. Muchos dicen -quizá con razón-, que en cosas como economía o fútbol Bolivia se encuentra entre los países más atrasados de nuestra región. Pero con la existencia de este increíble espacio demuestran que, en cuanto a difusión del cómic y en lo que a cultura comiquera en general se refiere, Bolivia está más adelantado que cualquier otro país de Sudamérica.
No, Miyagui, lo que hice yo no se parecía en nada. Yo alquilaba libros de comics como si fuera un video club. Esto es otra cosa, totalmente distinta, con un enfoque cultural y de difusión mucho más marcado.
!Uh¿ que envidia, no veo la hora de que en mi país (Paraguay) tengamos una libreria, así.
Andrés, y cómo te fue con esa experiencia de alquiler? Me da curiosidad.
Relativamente bien. Me permitió subsistir con lo justo en un momento muy duro, en plena crisis del 2002, y bueno... zafé. Seguramente, si hubiese tenido la Comiqueando, o algún otro medio para difundirlo, me habría ido mucho mejor, pero dentro de todo anduvo bien.
Fue maravilloso. Quiero volver.
Publicar un comentario