Hoy cortito, que tengo poco tiempo.
Lejos, el mejor tomo en lo que va de esta serie. La cantidad de llaves se sigue incrementando, los secundarios que cobran chapa también, y el misterio que nos proponen Joe Hill y Gabriel Rodríguez ya se hace tremendamente adictivo. No sé cómo voy a hacer para aguantar hasta mediados de Mayo, cuando sale en softcover el cuarto tomo.
Algunas novedades de este tercer arco: Ellie y el tío Duncan ni aparecen, hay un episodios (probablemente el mejor) muy centrado en Nina (la mamá de los chicos) que en el tomo anterior casi no aparecía, y –lo más impactante- en un momento estalla la machaca, pero heavy de verdad. Cero sutileza, nada “sugerido”. Machaca de la buena, con gente que se caga a palos y se arranca miembros.
A todo esto hay que sumarle excelentes diálogos, momentos exquisitos de comedia y toda la acumulación de cosas extrañas e imposibles que se van acumulando en torno a esta casa (Keyhouse) y esta familia (los Locke) que –sin duda- tienen en su pasado un montón de secretos siniestros.
El gauchito Hill sigue afiladísimo para mechar los flashbacks, para intercalar las secuencias tranqui, para generar los climas espesos y ominosos, y Gabriel Rodríguez está cada vez más afianzado, más que capacitado para bancarse los ambiciosos desafíos que propone el guión. Realmente, esto es un lujo de punta a punta, desde el prólogo de Brian K. Vaughan hasta la última ilustración.
Revolvé cielo y tierra para conseguir esta serie, rosqueá con dealers, hinchá las bolas en las comiquerías... de última, preguntá si la tienen en la cerrajería :P Pero no te quedes afuera, que esto es papa fina de verdad.
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1 comentario:
Dejate de joder, Acorssi!!! No me cebés más! Estoy al filo de entregar a mi jermu para trata de blanca. Después entregaré a mis hijas. Yo ni entro en la ecuación porque ya me baquetié hace rato. Escribí una reseña con algo pedorro. Leerte es todo un éxtasis de lujuria y placer. Con eso basta y sobra.
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