Uh, qué complicado es esto... Yo lo entiendo: el maestro Ted McKeever estuvo ocho años sin trabajar en historietas con guiones propios y cuando retomó la senda de la producción autoral, personal y con control absoluto sobre su obra, se pasó un poquito de rosca.
Lo cierto es que Meta 4 se postula como “un comic alegórico” y termina por ser un comic por momentos demasiado pretensioso. Okey, por ahí hay que dedicarle más tiempo, leerlo más de una vez. Yo, obviamente, no tengo tiempo, y por eso me quedo con una primera lectura que me dejó más interrogantes que certezas. No estoy para nada en contra de las historietas que exigen un poco más de los lectores, en absoluto. Es algo sumamente importante y más que bienvenido. Pero bueno, se corre el riesgo de –como en este caso- dejar medio arafue al que sólo tiene tiempo para leer una vez la novela gráfica.
La consigna, de entrada, no parece taaan críptica: un tipo aparece en Coney Island vestido de astronauta y sin ningún recuerdo de su pasado. Tendrá que salir en busca de su identidad y lo acompañará una mina grandota (un elemento ya habitual en las obras de McKeever, la mina tamaño ropero, con tubos de camionero y menos cintura que Bob Esponja) que se disfraza de Papá Noel todo el año y habla con íconos, no con palabras. Sin embargo, las alegorías, las metáforas de las que habla el título de la obra, le ganan la pulseada a la claridad en el relato, que no naufraga ni pierde interés, pero sí te deja –como ya dije- con el culo lleno de preguntas.
Como en los diálogos de la extra large co-protagonista, lo más importante acá son las imágenes. Estas se repiten de modo sutil y muy probablemente sean ellas las encargadas de darnos las pistas para descifrar los enigmas. La narración sucede en dos tiempos paralelos: el presente y la infancia del astronauta y es en esas “coincidencias” de ambientes, de objetos, de imágenes, donde McKeever construye la identidad del protagonista. En un momento hay un amague de introducir un elemento aventurero, de hecho hasta hay una escena de tiros, pero esto pronto deriva hacia más misterio y más ambigüedad. Pareciera como si después de muchas obras que lo emparentaban con Terry Gilliam, McKeever hubiese elegido pasarse al bando de David Lynch, pero en su vertiente más extrema. Y sí, el resultado es demasiado extraño hasta para mí, que lo sigo incondicionalmente hace más de 20 años .
Por el lado del dibujo, McKeever también se propone innovar, no hacer de nuevo lo mismo. Y ahí la rompe, mal. Por un lado, incorpora una faceta más realista, sobre todo cuando dibuja al astronauta (que por momentos parece de Salvador Sanz) y a la minita de los pelos locos (que parece de Tony Harris). Después, suma unas texturas (creo que logradas con pincel muy finito) que no le habíamos visto nunca. Mediante unos raspados, le agrega profundidad, volumen y hasta vuelo poético a las masas negras. Hay viñetas logradísimas en las que se nota que dibuja con témpera blanca sobre papel negro. Y finalmente, las poquitas páginas en las que la narración se concentra en los tipos que monitorean a los protagonistas desde una oficina, son el hallazgo más notable (entre tantos), con un clima totalmente surreal y unos efectos rarísimos en la iluminación, que por momentos recuerdan a las técnicas más zarpadas de Thomas Ott o Peter Kuper.
No sé si alguna vez McKeever superará lo que hizo a nivel dibujo en Meta 4. Por ahí pega otro salto cualitativo en Mondo, la obra que está serializando actualmente en Image. No me extrañaría. O por ahí vuelve a su claroscuro de siempre, a esa onda grotesca, recontra-expresionista de sus trabajos más conocidos. Acá, sin dudas, experimentó. Y así como en el guión se pasó un poquito de vanguardista con tanta metáfora y tanta alegoría, en el dibujo abrió las puertas a un estilo nuevo, que me detonó las retinas tanto como la primera vez que vi un trabajo suyo, allá por el ´89, creo.
Si nunca leíste nada de McKeever, ni se te ocurra empezar por acá. Y si lo venís siguiendo obra tras obra, bancalo también en esta, que el prócer puso todo.
domingo, 12 de febrero de 2012
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4 comentarios:
Siendo un autor tan grosso , con que me recomendas que comience a leer McKeever
Y, por ahí por lo que hizo para Vertigo en los ´90, que es comic de autor, pero zarpado hasta ahí: Junk Culture o Industrial Gothic seguro te van a gustar.
Si te parece demasiado fumado, empezá por la trilogía de Superman (Metropolis), Batman (The Cabinet of Dr. Arkham) y Wonder Woman (Amazon), que no están escritas por él y son homenajes al cine expresionista alemán.
Y si querés ir directo a lo más tranqui, te recomiendo el numerito de Ultimate Marvel Team-Up que hizo con Bendis, o su saguita de Tangled Webs.
Hey Andrés, sé que no leés series, pero conseguite Mondo, lo último que está haciendo McGuiver. Arranca este enero por Image.
Y al muchacho anónimo que preguntaba por dónde empezar, que arranque por The Extremist, con guión de Peter Milligan... un festival pa'l ojo.
Uh, The EXtremist es DEVASTADORA!
Y no, Renzo, hasta que no salga el TPB, no empiezo a leer Mondo.
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