Aleluya, hermanos! Los dioses de todos los panteones dejaron de lado por un rato sus diferencias y se mandaron un hiper-team-up para permitir el milagro que mucho estábamos esperando: que LARP publicara en un lapso realmente breve los dos tomos de Death Note que faltaban para terminar con la saga de Takeshi Obata y Tsugumi Ohba. Hoy el milagro es increíble, pero real.
El Vol.11 es un poco extremo: hay una pequeña persecución de vehículos en las últimas cuatro páginas y el resto, todo chamuyo, conjetura, especulación. Un altísimo porcentaje de las viñetas nos muestra un plano detalle de las caras de Light o de Near (su contrincante en esta etapa de la serie), con textos superpuestos así, de una, sin globo de diálologo ni de pensamiento, que nos cuentan qué está elucuburando cada uno. Páginas y páginas de eso, de mentes trabadas en un duelo a muerte y textos (a veces redundantes) que nos cuentan qué pasa por esas mentes.
La mejor secuencia del tomo está cerca del final y son esas ocho páginas mudas en las que los autores recorren la vida cotidiana de los protagonistas durante una semana (o un poquito más) en la que lo único que pueden hacer es dejar correr el tiempo para poner en marcha su siguiente jugada. Sobre el final, será Near quien cante “quiero retruco” y vuelva a acorralar a Light con una propuesta muy arriesgada, pero que el protagonista absoluto de Death Note no podrá rechazar.
No quiero contar mucho más para no spoilear, pero está claro que todo avanza hacia un final definitivo. Lo que me sorprende es cómo Ohba sigue sin echar mano a un recurso fundamental, que para mí debería ser decisivo en el desenlace: los shinigamis. Acá se los nombra... 15 cuadritos, y Ryuk aparece en ocho o nueve, pero completamente pintado al óleo, sin el menor amague de recuperar algo del protagonismo perdido hace ya muchos tomos. ¿Cometerá el guionista el error de mantener a los shinigamis relegados incluso en el último tomo? Me cuesta creerlo, pero muy pronto me voy a enterar.
El dibujo de Obata, magistral como siempre, con una perfecta integración de la referencia fotográfica y millones de recursos para que no se haga soporífera la lectura de un manga donde lo único que se ve es gente que piensa, escribe o habla. Un prócer.
Y hasta acá llego. En poquitos días más tendré en mis manos el Vol.12, lo leeré, lo reseñaré y –lo más importante- me enteraré cómo carajo termina esta historia que me tiene agarrado de los huevos hace años. Aleluya!
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2 comentarios:
Vuelvo a romper las bolas acá porque los de Larp ni siquiera me contestan: Y Monster? Está bien, gracias.
Ni idea, maestro...
Si no te saben responder los de LARP, yo mucho menos.
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