Hoy me como otro “cero comments”, pero bueno, es lo que hay. Me toca reseñar otra obra de guionista francés con dibujante hispanoparlante y esta vez el equipito está integrado por Nicolas Pona (ya vimos otro trabajo suyo en el blog) y el gran Sergio Bleda, uno de los autores españoles con más continuidad en el mercado francés. Dolls Killer se pensó como una trilogía, pero como las ventas no fueron buenas, se canceló luego del segundo álbum. Felizmente, la edición española ofrece los dos álbumes y una síntesis escena por escena de lo que Pona había planeado para el tercero.
La saga está protagonizada por Juliette Desanges, una francesa transplantada a EEUU y convertida en una policía dura, infalible, de mucha presencia en los medios por su afición al gatillo fácil. Juliette deberá confrontar con un asesino serial que deja muñecas junto a sus víctimas, y con sus propios fantasmas, vestigios de cosas muy heavies que le pasaron en su niñez. Y acá hay que hacer un corte, diferenciar muy bien ambas partes del argumento.
Por el lado de la trama policial, de la investigación, las pistas, el informe del forense, etc., Dolls Killer hace bastante agua. No atrapa, no convence, a lo sumo impacta cuando pintan las secuencias de acción (persecuciones, tiros, cuchillazos, trompadas) o cuando el dibujo chorrea sangre. El misterio no está bien llevado, el lector nunca tiene la más mínima pista de quién puede ser el asesino (dependemos de que él mismo, una vez acorralado por la cana, revele su identidad y sus motivaciones), todas cosas que empañan el desarrollo de la trama y que se evidencian más en el segundo álbum. En el primero, más o menos la piloteamos con el plot de La Voz, y con la trama romántica que envuelve a Juliette con la mamá de Stevie. El segundo se juega más a resolver el misterio de los asesinatos y las muñecas y lo hace, pero tropezando demasiadas veces.
Ahora, por el otro lado, el del desarrollo de Juliette como personaje, el trabajo de Pona es impecable. Elige con mucha astucia dónde meter los flashbacks al pasado de la protagonista y qué revelarnos en cada uno, usa con gran criterio el recurso de mostrarnos lo que sueña, de a poco logra sumergirnos en la psiquis de Juliette y compartir incluso sus patologías. Cuanto más claro nos queda que a Juliette le faltan un par de jugadores (y por qué) más mérito y más logica tiene lo que hace el personaje en cada una de las situaciones límite que le propone el guión. No te digo que la trama policial “moleste” al desarrollo de la protagonista, pero sin duda no es lo que más me interesó. Me cebé mucho más con lo otro, con bucear en los mambos que convirtieron a esta mina en un bicho raro, impredecible, con serios problemas a la hora de vincularse con otros seres humanos y con la capacidad de convertir a esos problemas en armas para sobresalir en la profesión que ejerce. Eso me pareció muy, muy loable.
Y el dibujo de Bleda, como siempre, me encantó. Lo banco en todas. Cuando se zarpa con la estilización, como si quisiera dibujar a Aeon Flux, también. Y cuando va para el lado más clásico, más tradicional, más cerca de Alfonso Font o Alfonso López, me parece una maravilla. Bleda mezcla muchas cosas muy distintas en su estilo, tantas que te marea. Y además se permite cambiar bastante, no sólo de obra a obra, sino incluso dentro de un mismo trabajo. Acá hay secuencias que parecen narradas por Boucq o por Loisel, viñetas que parecen entintadas por Frank Miller en un comic de Sin City, escenas que recuerdan al Bleda de la etapa más under, el de El Hijo de Kim... y lo bueno es que todo se integra armónicamente para darle forma a un trabajo muy sólido. El color también está muy bien planteado, pensado para acompañar los distintos climas del guión, y el tema de las infinitas páginas de más de 7 cuadros parece no afectar para nada a la narrativa que, como en todas las obras de Bleda, es impecable.
Si sos fan del dibujante, entrale sin dudarlo. Si no, fijate. Te tiene que atrapar un policial duro, violento, con mucha sangre, mucha mala leche, con un misterio no del todo logrado, y con una protagonista atípica, muy bien presentada, cuyos rayes mentales amenazan con superar a la intriga que genera la trama del asesino serial.
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7 comentarios:
En relación al "No comments", en mi experiencia personal te cuento que gracias a recorrer este blog este verano disfruté: Kriptonita de Leandro Oyola, El invierno del dibujante, El Hipnotizador, y me animé a dos no reseñados pero si comentados: Adolf de Tezuka (que siempre le tuve ganas pero es medio carito) y Barrio Lejano. Así que este comentario no es sobre la reseña, pero si para brindar aguante a este espacio comiquero único.
Hola Andrés, en su momento te consulté si valía la pena comprar el Thor de Simonson. Siguiendo tu consejo lo hice y me encantó. Ahora te pregunto: sabés si es buena la serie de Hourman de Tom Peyer (25 nros)? Desde ya muchas gracias, Nicolás. Tu opinión será de lo más papable.
Me sumo al pedido de opinión de Hourman, yo también le tengo ganas, y lei un par de reseñas positivas pero no se...
Nacho.
No leí completo el Hourman de Peyer, pero tiene pinta de estar bueno. Lo poco que leí me gustó, pero no me volvió loco.
andres basura lei tu noticia en comiqueando online y ya se quien muere en una muerte en la familia,sorete ojala racing se funda otra ves aaaaaaajajaja....
te lo puedo cagar mas y decierte que eso pasa despues de muerte en la familia :P
No calienta quien palma. Para cuando lo editen en la argentina, en la edición yanqui ya lo revieron. Los muertos en los comics de superheroes se parecen a Victor Suerio.
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