Sigo con mi recorrida por la historieta latinoamericana reciente y llego a un referente fundamental, la antología venezolana Etnica, que le da cabida a autores de toda la región. Me dio la sensación, sin cotejarlo con los números anteriores, que este número tiene un poco más de texto y un poco menos de historieta. Lo cual no está mal, porque (salvo el mío, que es la clásica berretada para zafar) el nivel de los textos está muy bien. Veamos con qué nos encontramos en materia de historietas.
Hay mucho material argentino. Está la ya clásica El Mago Fulano (de Trillo, Maicas y Lucas Varela), hay dos aventuritas muy cortas de Cazador que hicieran Lucas y Ramírez para sendos comic-books editados por Deux hace unos años, una breve historieta de Alejandro Aguado que bien podría haber formado parte de sus Episodios Patagónicos, tres páginas de El Toto (otro frecuente colaborador de La Duendes) que levantan muchísimo gracias a la posibilidad de trabajar a color, y cuatro páginas de Orquídeo Maidana, de José Massaroli, también con el atractivo extra del color, aunque se nota bastante que la historieta es apenas un fragmento de una serie más larga, realizada por el autor en 1996. Y para mi sorpresa, apareció un autor argentino al que yo desconocía. Se llama Guillermo Fabián, viene del colectivo tucumano Dibutopía (capitaneado por el maestro César Carrizo) y su historieta, centrada en el mítico Ekeko, fue una muy grata sorpresa.
Hay un argentino más, el guionista Pablo Barbieri (a quien ya vimos en alguna antología de La Duendes), esta vez en equipo con Diego Rondón Almuelle, un dibujante peruano con talento para el color digital, al que todavía le falta un poquito de anatomía y sobre todo de narrativa.
Esta entrega de Etnica tiene una importante presencia de autores mexicanos. Ya desde la portada, tenemos una hermosa ilustración de Francisco Herrera y Leonardo Olea. Adentro, hay una historieta muy cortita pero muy buena de Egdar Clement (gran artista e íntimo amigo de Humberto Ramos), una bastante atractiva de Hugo Arámburo (a quien vimos la vez pasada en Comikaze) y una con guión de Bernardo Fernández (ese cuyo aporte a Comikaze me había encantado), pero que no la dibuja él mismo, sino Ricardo “Micro” García. Es una historieta más de bajada de línea que otra cosa (habla sobre discriminación y violencia en el ámbito universitario, o en el CBC, no se entiende mucho si uno no es mexicano), con un dibujo limpito, muy lindo, super profesional.
Como en los números anteriores, Paraguay está representado por el maestro Roberto Goiriz (que acá aporta una breve historieta que ya vimos en su libro de la colección Grandes Humoristas Paraguayos) y Venezuela, al jugar de local, cuenta con dos colaboraciones de Edixon Rodríguez, fundador de Etnica, y una de Yilly Arana, un autor que dibuja bien, narra mejor y al que le falta por un lado un guionista y por el otro zarparse un poquito más en la búsqueda de un grafismo más personal. También participa el venezolano Ramón Siverio, con una historieta que intenta transmitir un mensaje fuerte, de mucho compromiso, pero se tropieza con varios problemas en la narrativa y un traspaso de color a blanco, negro y grises que le resta lucimiento a un dibujo que ya de por sí era bastante limitado.
No sé si este número me gustó más que el anterior. Capaz que no. Pero se nota que de a poco Etnica se va afianzando, ya no hay material desastroso de ese que te hace decir “¿Cómo pueden publicar esto al lado de trabajos de maestros como Trillo, Goiriz o Massaroli?”. Me gustaría que en todos los números hubiesen colaboraciones de autores uruguayos, colombianos, chilenos, brazucas, bolivianos... para que se repitan un poquito menos los países, y para leer más material que no conozco, porque en general, los autores argentinos aportan trabajos que uno ya leyó. Aún así, me imagino el kilombo que debe ser coordinar un proyecto de esta envergadura y digo “Nah, no jodamos. Así está muy bien. Ya habrá más variedad en la próxima entrega”. Etnica todavía tiene margen para mejorar, aunque está clarísimo que hoy no hay ningún proyecto que se le acerque ni que le haga la más mínima sombra en materia de difusión de la historieta latinoamericana. Si te interesa el tema, sabés que acá hay una publicación que lo toma, lo trabaja y lo muestra con una dedicación y un esfuerzo enormes. Aguante.
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1 comentario:
Antes que nada le extiendo un cordial saludo al autor de este blog desde Venezuela. Y agradecerle por ser una persona que me motivó a seguir con la lectura de comics y mangas (en una librería de mi ciudad encontré el libro que editaron de este blog)
Ya dejando de lado la adulación y la etiqueta debo comentar lo siguiente, es bueno saber que la revista étnica salió de las fronteras de la tierra de Simón Bolívar pero el pequeño gran detalle que le noté a la revista es que no apunta a un público específico, historias de humor blanco, para toda la familia y mas adultas comparten páginas dejando al lector, como yo, con una experiencia cercana a beber la mezcla de coca cola con leche y si sumamos el hecho de que la revista en su tierra natal solo llegó a una tercera entrega (o número) y al menos yo no he sabido más del proyecto (y conociendo la historia de este tipo de aventuras en Venezuela, algo me dice que todo se acabó en ese número 3)una verdadera lástima ya que prometía no solo un producto netamente para el mercado venezolano (y un comic de corte biográfico de Simón Bolívar)Lo cierto es que étnica, en caso de que e haya tocado el final de todos los proyectos comics de Venezuela que conozco, ya que en este país en constante crisis no hay tiempo ni dinero para invertir en cultura
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