el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 5 de noviembre de 2013

05/ 11: JONAS FINK Vol.1 y 2

Hoy van dos reseñas al precio de una. Lo que pasa es que entre estos dos albumcitos apenas juntamos 90 páginas y bueno, los leí muy rápido. Están realizados por el maestro Vittorio Giardino con tres años de diferencia (1994 y 1997) y son dos tercios de una trilogía de la que me falta el último tomito. Re-daba para reseñarlos juntos.
La temática es bastante áspera: llega el comunismo a Checoslovaquia y el régimen empieza a “desaparecer” a gente a la que se acusa sin demasiado sustento de ser “contra-revolucionaria” o simplemente pro-burguesa. Así cae en la volteada el profesor judío Arthur Fink, y su familia no tendrá noticias de él durante largos y angustiosos meses. Giardino se centra en los padeceres de Edith, la mujer de Arthur, que fracasa en sus numerosos intentos por obtener información acerca del paradero de su marido, mientras lucha por la subsistencia económica, que cada vez se le hace más cuesta arriba. Jonas, el hijo de los Fink, todavía es un borreguito de 11 años, pero a él también se le cierran las puertas y se le baja el techo. Pronto se verá excluído del sistema escolar y deberá salir a hacer changas para ayudar a su madre a parar la olla.
La primera parte es eso: los sueños de un niño hechos mierda por la persecución política que sufre su familia. Y ya en la segunda mitad, cuando Jonas alcanza la pubertad, algún primer escarceo con el tema del despertar sexual, que pinta para comedia pero –a tono con el resto del libro- rápidamente deriva en tragedia.
El segundo librito ya pinta un poco menos opresivo. Jonas es un poco mayor y logra desenvolverse decentemente en laburitos menores, mientras que su madre (que aparece bastante menos) sigue trabajando por sueldos misérrimos, pero por lo menos sabe dónde está su marido y cuándo lo va a volver a ver. El protagonismo que pierde Edith se lo reparten entre los jefes de Jonas (con un encantador Sr. Slavek al frente) y los amigos de su edad que, más tarde que temprano, se empiezan a acercar. En la segunda mitad del tomito, Giardino le empieza a poner fichas a un posible romance entre Jonas y la joven Tatiana, mientras nos deja entrever cuál va a ser el arma que va a esgrimir Jonas para ganarle definitivamente a sus infortunios: se trata de un pibe MUY inteligente y que desarrolla una fascinación por la lectura y el conocimiento. No tengo idea de cómo termina la saga, pero apuesto a que va por ahí: a Jonas lo va a salvar su intelecto.
El dibujo de Giardino arranca muy arriba y entre un tomo y otro mejora mucho. Por supuesto estamos ante un típico “virtuoso-pecho frío”, un tipo con un manejo apabullante de la figura humana, de la composición, de los fondos, del color... al que no le podemos pedir que le ponga huevo o emoción al dibujo, porque no le sale. Giardino (como André Juillard y tantos otros cultores de esa línea clara, realista y sofisticada, inventada nada menos que por Winsor McCay) es un dibujante de hielo, una máquina infalible, pero sin alma. Su repertorio de expresiones faciales es muy acotado y además las usa poco. ¿Con qué transmite algún tipo de emoción? Con el armado de las secuencias, con la forma en que acerca y aleja la cámara, con los momentos en los que decide meter viñetas mudas, o más grandes, o más chicas. Ahí, no sin esfuerzo, comunica un poco más acerca de lo que les pasa a los personajes y estos no manifiestan en los diálogos. Que están muy buenos, por cierto. Donde se ven un par de tropiezos es en el armado de la página, que a veces nos encierra en un laberinto de textos e imágenes en el que no queda muy claro qué viñeta (o globo) se lee depués del anterior. Por suerte hay poco de eso en el primer tomo y una sóla pifia heavy en el segundo.
De la indignación a la esperanza, la saga de Jonas Fink le escapa a la grandilocuencia, a la estridencia, e incluso a la aventura. Esto se puede leer como una biografía de alguien que no existe, documentada, pausada, estudiada, 100% verosímil. Y de paso nos brinda un montón de información acerca de cómo se vivía en Praga (maravillosamente dibujada por Giardino) en los años ´50 bajo el régimen comunista. Si sos fan de este maestro del comic italiano, tirate de cabeza, que esto está muy bien. Si no lo conocés, no te recomiendo empezar por acá, sino por sus obras más light, o más aventureras, como los álbumes de Max Fridman o Vacaciones Fatales. Tengo sin leer otra obra de Vittorio Giardino a la que prometo entrarle antes de fin de año.

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