Para los que no festejamos
Navidad, este lunes es un lunes casi como cualquier otro, con el detalle de que
es feriado y además víspera de feriado, con lo cual muy probablemente surjan
salidas de trasnoche. Yo tengo un par de libritos leídos, así que aprovecho la
tarde para reseñarlos.
Arrancamos con el Vol.1 de
Scarlet Traces, de los maestros británicos Ian Edginton y D´Israeli (ya vimos
otra obra de la dupla un lejano 14/05/11), un tomo que incluye el primer álbum
de la serie en cuestión (en su versión de 2003, tal como la publicó Dark Horse)
y su precuela, que no es otra cosa que la adaptación al comic de War of the
Worlds, la famosa novela de H. G. Wells. Básicamente, lo que Edginton se
plantea contarnos en Scarlet Traces es cómo cambia la historia del Reino Unido
a partir del ataque de los marcianos que narró Wells en su novela. De pronto,
el país invadido y devastado por la flota alienígena tiene a su disposición una
inmensa cantidad de artefactos de tecnología avanzadísima para la época
(primeros años del Siglo XX) y una vez que aprenda a manejarlos, se va a
posicionar una vez más como una potencia privilegiada a nivel global.
Scarlet Traces arranca 10
años después del final de la guerra, cuando Inglaterra ya fue transformada gracias
a la tecnología que le carroñó al invasor derrotado. Es una época de esplendor
en materia de infraestructura, edificios, medios de transporte, fábricas,
dispositivos de seguridad… pero claro, el rápido avance tecnológico y
científico tiene su costo: cientos de miles de trabajadores perdieron sus
puestos a manos de la robótica y las otras inovaciones en materia industrial y
ahora se mueren de hambre. El foco principal de la saga está puesto en eso, en
el gran salto cualitativo que deja afuera del sistema a un montón de gente,
condenada a la más abyecta de las miserias.
Está claro que con ese
tono de denuncia social (porque es obvio que Edginton sitúa la acción en el
Siglo XX pero habla el XXI) no alcanza para venderle al gran público un comic
que supuestamente tiene que tener aventuras, y ahí es donde entra la otra
faceta muy atractiva de Scarlet Traces: la conspiración. Tras bambalinas, hay
gente muy poderosa planeando una chanchada muy heavy, y un puñado de hombres
decididos a descubrir qué corno está pasando. Eso está muy bien armado, y
prometo darle un poco más de bola el día que lea el Vol.2 y lo reseñe. Porque
por suerte a esta novela le fue muy bien y además de la precuela, generó varias
secuelas, que intentaré conseguir a la brevedad.
El dibujo de D´Israeli es
excelente, podría estar horas enumerando sus virtudes. Además (como en las
buenas series del mercado europeo) lo dejan colorearse a sí mismo, y en ese
rubro también saca mucha diferencia. Recomiendo a full Scarlet Traces por la
gran vuelta de tuerca que le dan los autores a War of the Worlds y por ese
combo magnífico entre aventura conspirativa y conciencia social.
Me vengo a Argentina,
donde en 2018 apareció La Mejor de mis Ex-Novias, una breve historieta escrita
y dibujada por Brian Janchez. Esta vez, me quedé con gusto a poco. La historia
me sonó más a un rejunte de dos o tres anécdotas que a un relato con una
estructura dramática fuerte y los personajes no me terminaron de enganchar. Me
engancharon, como siempre, los diálogos y los silencios, que son recursos que
Janchez maneja con una solvencia apabullante. Pero la trama en sí, además de
muy breve se me hizo bastante livianita, me generó un impacto mínimo.
Y hablando de mínimo, me
encanta cómo Brian busca la síntesis, como va todo el tiempo hacia el
minimalismo, pero también me doy cuenta que esa estética se aprecia más en un
tamaño más chico, como el de los libritos de Janchez anteriores a El Permiso.
En este formato más grande, queda todo muy pelado, los globos de texto se ven
inmensos y hacen más ruido esas composiciones de página (contra las cuales
nunca dejaré de militar) en las que hay dos viñetas de igual tamaño, una arriba
y una abajo.
Por suerte Janchez no para
nunca de producir, con lo cual seguramente falta poco para que haya revancha. Hoy,
lamentablemente, tengo en la mano un comic que no me animo a recomendar,
firmado por un autor fundamental para entender la década que se termina en un
par de años.
Y eventualmente volveremos
con nuevas reseñas, como siempre, acá en el blog.
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