el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 18 de diciembre de 2018

ESSENTIAL IRON FIST

Otro viaje largo, otro Essential al buche.
Este maravilloso masacote de casi 600 páginas recupera todas las apariciones solistas de Iron Fist desde su debut en el nº15 de Marvel Premiere hasta el punto en que se forma la dupla con Power Man, en el nº50 de la revista de este último. En total son 31 episodios, una animalada.
Al principio, la serie de Iron Fist en Marvel Premiere es tan errática como cualquier otro comic de superhéroes publicado por Marvel a mediados de los ´70. En las primeras ocho apariciones meten mano cuatro guionistas y tres dibujantes, en un desfile bastante caótico. Sin embargo, esos ocho episodios iniciales narran en profundidad el origen de Iron Fist, delinean una misión, un sentido para el personaje y llegan a un final (en el nº 22, escrito por Tony Isabella) que bien podría haber sido definitivo. Si nunca más volvía a aparecer Daniel Rand después de ese cierre, estaba todo bien, nadie se podía sentir defraudado. Y además, los tres guionistas que suceden a Roy Thomas (autor de la primera aparición de Iron Fist) conservan el principal hallazgo del guionista inicial: los bloques de texto escritos en segunda persona, en los que el narrador omnisciente le habla no al lector, sino al propio Iron Fist. Un recurso narrativo de inmenso potencial y sumamente efectivo… que ya había puesto en práctica unos años antes nada menos que Héctor G. Oesterheld en las aventuras de Argón, uno de los personajes que le tocó escribir en su paso por Columba.
Lo cierto es que en el nº22 de Marvel Premiere la saga de Iron Fist no se terminó, sino que encontró a partir del número siguiente a quien sería su guionista definitivo, a cargo del personaje durante varios años: el maestro Chris Claremont, que en ese mismo momento la estaba rompiendo en X-Men. Los dos primeros episodios de Claremont son flojitos, poco trascendentes, pero a partir del tercero, justo cuando forma equipo por primera vez con un joven John Byrne, empieza a levantar vuelo, a tomar lo mejor que le dejaron los guionistas anteriores y combinarlo con ideas nuevas. Siempre habilidoso para escribir personajes femeninos, Claremont le da mucha bola a Coleen Wing y Misty Knight, reformula villanos tomados de otras series y de los back issues de Marvel Premiere y crea a algunos nuevos, entre ellos al celebérrimo Sabretooth. 
¿En qué falla Claremont, o por qué Iron Fist nunca levanta la temperatura que levantaron sus X-Men? Porque lo mantiene siempre a un nivel urbano, con alguna aventura más internacional, pero sin esa dimensión épica que –en sus mejores momentos- va a cobrar Danny Rand una vez formada la dupla con Luke Cage. Estas son aventuras de barrio, con fuerza dramática, con un héroe de apenas 19-20 años que tiene mucho que aprender y mucho que replantearse, pero sin mayores consecuencias y sin siquiera meterse en temas relevantes a nivel socio-político. Apenas hay una referencia no demasiado explícita a la guerrilla irlandesa en Inglaterra y no mucho más.
Los dibujantes anteriores a Byrne son el maestro Gil Kane (a un nivel demoledor), Larry Hama (por entonces asistente de Neal Adams, encima entintado por Dick Giordano, que también compartía estudio con Adams y colaboraba con él en varios proyectos), un muy tosco Arvell Jones y un Pat Broderick con mejores intenciones que resultados. Y después tenemos el privilegio de ver evolucionar episodio a episodio a John Byrne, quien -en las páginas de Iron Fist- pasará de dibujante primerizo recién llegado a las “ligas mayores” a monstruo legendario.
Al principio lo entinta un tal Al McWilliams, que lo achata, lo hace parecer un dibujante mucho más clásico, una especie de Russ Manning con menos onda. Le va a ir un poco mejor cuando lo entinte Frank Chiaramonte y va a llegar a su mejor momento al final de la serie de Iron Fist, cuando las tintas estén a cargo del veterano maestro Dan Adkins, al que le sobra oficio para tapar las ya poquísimas cagadas que se mandaba Byrne. En el número final de Iron Fist y en la trilogía que desemboca en la Power Man & Iron Fist nº50, el gran Dan Green se caga bastante en Byrne, lo tapa considerablemente al poner su sello personal. Pero nada te prepara para los dos numeritos de Marvel Team-Up, en los que Claremont cierra los plots que le quedan colgados cuando se cancela Iron Fist: acá a Byrne lo masacra ese asesino serial de dibujantes, ese verdadero criminal de la tinta llamado Dave Hunt. Incluso con los lápices del prócer anglo-canadiense, esas páginas precipitan la calidad gráfica del tomo al nivel del peor episodio de Arvell Jones (el que entinta otro muerto, Vince Colletta).
Si sos fan de Iron Fist, de las Daughters of the Dragon, de los Heroes for Hire, o de Chris Claremont, o de John Byrne, y querés conocer los inicios de estas leyendas, acá tenés muchas páginas muy disfrutables. En cambio, si lo que te atrae de Iron Fist es el costado de las artes marciales, la verdad que no, que acá le dan mínima bola a ese tema. Creo que sólo en los episodios de Doug Moench y Larry Hama se lo toman más o menos en serio. El resto, lo sarasea bastante.

Tengo sin leer material más reciente de Iron Fist, así que prometo reencontrarme con él en un futuro cercano. Gracias a todos los que se acercaron a saludar en la Colossus Com de Catamarca y volvemos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Este tomo lo he visto a color, he dudado en comprarlo porque no se si he resistido el paso del tiempo. Que me dices al respecto Andrés?

Patricio Córdova

Andrés Accorsi dijo...

Que si sos fan de Claremont y Byrne te lo compres sin dudarlo. El resto sí, envejeció bastante mal.