
Cumplo la promesa de revisitar la recordada etapa de Joss Whedon y John Cassaday en Astonishing X-Men y me encuentro con la típica historieta en la que se enfrentan Guión vs. Argumento en una lucha absolutamente desigual.
El Argumento propone lo siguiente: La Sala del Peligro (de aquí en más Peligro, a secas) resulta estar viva. Se le retoba a los X-Men, de quienes sabe absolutamente todo, y se propone boletear a su “padre”, al hombre que la diseñó y la programó: el mismísimo Profesor Xavier. Se enfrentan y obviamente gana el Profe, ayudado por sus X-Men. Fin.
Como planteo no está mal, pero no se sostiene ni en pedo seis episodios. Esto daba, como mucho, para una mini de cuatro capítulos con el Profe como protagonista, Peligro como villana y cameos para los X-Men. Pero veamos cómo un buen guionista hace magia con un argumento apenas competente.
Whedon (ya lo dijimos) la rompe con los diálogos. Acá hay unos cuantos realmente brillantes. Otro punto fuerte, sin duda la caracterización, con grandes momentos sobre todo para Cyclops, Kitty Pryde y el Profe. Otro hallazgo: el misterio, las dudas que se siguen sembrando acerca de la lealtad de Emma Frost. El subplot que avanza: si bien tiene cero peso en esta trama, sigue latente la amenaza del Breakworld. La machaca: si te divierten las peleas de los héroes (con villanos, con monstruos, entre ellos), Astonishing tiene muchas. Casi todas están al pedo (de hecho, la única lucha decisiva es la última contra Peligro), y se nota que Whedon las pone porque no puede omitirlas, pero tienen ritmo y entretienen. Y por último, lo más interesante: el dilema moral, que siempre le da sustancia y matices a los conflictos entre buenos y malos.
Whedon hace hincapié en la faceta más sombría del Profe X. Como tantas otras sagas de X-Men, esta sería imposible si el Profe no se hubiera mandado una flor de cagada en el pasado. Pero además Xavier SIEMPRE la va a pilotear para que todo parezca ser un dilema ético en el que él optó por el mal menor, o sea, hizo lo correcto. Y encima va a lograr que nadie lo cuestione, o que si lo cuestionás, te sientas mal por hacerlo. Posta, si yo fuera Cyclops, ya le habría quitado el saludo… o la cabeza de arriba de los hombros. De todos modos, es un placer ver al Profe en acción, en la machaca a todo o nada, y –como ya dije- Whedon le regala algunos diálogos realmente magníficos.
Tanto en los combates inconducentes como en las escenas tranqui que exploran aristas interesantísimas de los personajes, se luce el colosal dibujo de John Cassaday. Por suerte el Facha maneja de taquito los dos registros: el del relato chiquito, lento, ajustado, y el de la montaña rusa descontrolada, a toda grandilocuencia y espectacularidad. En ambos logra secuencias potentes, emotivas, que te meten en la historia, que te atrapan y te maravillan. La colorista Laura Martin, además, lo complementa a la perfección a la hora de los climas y de los efectos más jugados. Si te gusta el dibujo académico/realista, lo que hace Cassaday en esta serie es una cátedra absolutamente fundamental.
Este tomo de Astonishing X-Men no está ni cerca del nivel del primero pero, si no te aburren las peleas, seguro te va a enganchar. Y se complica que te aburran las peleas cuando están tan pero tan bien coreografiadas y dibujadas por un Cassaday prendido fuego. Con más oficio que ideas grossas, Whedon llevó a esta saga a buen puerto, o por lo menos a la instancia de que me juegue a leer los dos que faltan.
Gracias por estar ahí, y la seguimos el año que viene!