miércoles, 1 de diciembre de 2010
01/ 12: 100 BULLETS Vol.9
Retomo esta adicción que tenía colgada, pero ahora va en serio: de acá a fin de año, me bajo tres tomos, sí o sí. Y me quedarán los dos últimos para 2011, qué le va´cer.
En este tomo de la obra maestra de Brian Azzarello y Eduardo Risso vuelve la pachorra exasperante. Después de un tomo en el que pasaban miles de cosas, en este pasan muy pocas. Para que te des una idea, en las primeras 22 páginas Lono y Loop llegan a Chicago a buscar a Victor (el Minuteman original que nos reveló la historia secreta del Trust en el volúmen anterior) para que se sume a ellos, Victor acepta y se van. ¿Cómo se sostiene eso? Con más personajes, que no aportan nada a la trama mayor (la del Trust vs. los Minutemen del Agente Graves), pero que son los que le dan onda y vida a estos episodios menores, que se podrían haber contado en cuatro páginas. En este caso puntual, nos enteramos de que Victor estaba saliendo con una mina casada y esta blanqueó la relación con su marido, que no sabe si pegarse un tiro, o matar a la mina, o a Victor. Y ahí ya se armó una muy buena historia para 22 páginas.
Otro episodio de 22 páginas nos cuenta a dónde fue a parar Jack cuando dejó la heroína. El propio Graves va a ver qué onda y a apurarlo, a pincharlo, a psicopatearlo para que se sume a su tropa. Jack parece no darle ni pelota. Fin. Imaginate cuánto puede pasar en una saga de 88 páginas… lo mismo que en un comic normal de 20, con toda la furia. En el medio, Azzarello adorna, no sólo con personajes menores (algunos con infinita chapa, como Spain), sino también con extensos dialogos llenos de pistas, de sutilezas, y también de puteadas y de chistes groseros, cuando los que dialogan son los personajes lumpen-barriobajeros que pueblan la saga. Y por supuesto, con altas dosis de violencia, necesaria e innecesaria. A esta altura, vos ya sabés que si aparece un chabón con cara de heavy, tatuajes y demás, va a terminar cagado a tiros, o a trompadas. Si aparece una minita que se hace la sexy, no va a faltar el zarpado que la quiera violar, y el que salte a defenderla, y así. La sangre y las muertes están garantizadas, incluso cuando se podrían evitar.
Pero por más que hayas leído mucho 100 Bullets (o mucho género noir, o incluso cosas más terribles, como Scalped), nada te prepara para la secuencia en la que Lono tortura al pobre Fulvio Carlito. Son 12 páginas (mechadas con una secuencia de Loop y Victor en un cabarulo) estremecedoras, que te ponen los nervios de punta. Posta, no se puede ser tan cruel, tan hijo de puta. Mirá que en el tomo hay decapitaciones, masacres, drogas duras, sexo hadcore y hasta un tipo que se morfa a un perrito. Pero nada supera las atrocidades que le hace Lono a ese pobre infeliz.
Y lo de Risso ya desafía toda explicación, porque se las ingenia para mostrar todas estas animaladas con gran criterio, sin caer en el gore revulsivo, pero sin escaparle al bulto a la hora de que quede claro la magnitud, la intensidad, la grossitud de lo que está sucediendo. De todos modos, lo más notable (ya lo notamos antes) es cómo el prócer se fuma toooodas esas páginas sin acción, esos diálogos infinitos, ya sea en las mansiones y los hoteles 5 estrellas donde paran los chetos del Trust, o en los tugurios abyectos por donde pulula la fauna más sórdida de la obra. Ahí Risso hizo gala de una paciencia santa y de un talento enorme, porque los tipos hablan página tras página y vos nunca te aburrís. Para lograr eso hay que tenerla muy, muy clara.
Despacito, despacito, ya estamos en el número 67, en los albores del tercio final de la saga. Ya está claro el rumbo del argumento (aunque no descarto algún volantazo imprevisto), ya cobraron chapa un montón de personajes que son los que seguramente van a protagonizar este tramo final, y ya quedó claro que cualquiera puede ser boleta cuando menos te lo esperes, sin importar cuánto desarrollo haya tenido hasta ese punto. Mi pronóstico para el Vol.10 es mucho kilombo en torno a Dizzy Córdova, alrededor de la cual revolotean tres tipos dispuestos a todo: Wylie, Benito Medici y Branch, que hasta ahora es el personaje más errático, menos explicable, menos lógico de la historia. Pronto me voy a enterar si la emboqué o no…
Etiquetas:
100 Bullets,
Brian Azzarello,
Eduardo Risso,
Vertigo
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