martes, 8 de junio de 2010
08/ 06: TOMB OF DRACULA: DAY OF BLOOD! NIGHT OF REDEMPTION!
Tomb of Dracula es una serie que genera adicción. No importa si la descubriste a través de los 70 numeritos de los años ´70, o en los Essentials, o en la edición española, o en los majestuosos Omibus que salen actualmente. En algún punto, la vas a completar, vas a querer más y vas a descubrir (oscuras artes mediante) la secuela de 1991.
Day of Blood! Night of Redemption! es una serie de cuatro libritos prestige (nunca recopilados en TPB) que salió a través del sello Epic de Marvel. Para la secuela se reunieron dos de los tres artífices de la etapa clásica: Marv Wolfman y Gene Colan (nada menos) y nos quedamos con las ganas de Tom Palmer, quien fue reemplazado por otro monstruo, el virtuoso Al Williamson. El pase de Marvel a Epic fue un acierto en un punto central: sangre, gore y tetas! Tres cosas fundamentales en el género de terror para adultos que no se podían mostrar en un comic apto para todo público podían aparecer en un formato más finoli, lejos de la censura del Comics Code Authority. Por otro lado, le permitió a los autores una movida arriesgada: no hacerse cargo de un montón de apariciones de Drácula en el Universo Marvel, todas posteriores a 1979, cuando la mítica Tumba cierra en su n°70.
Esta saga retoma al elenco clásico en tiempo real: pasaron 12 años desde que Quincy Harker murió para acabar con el Príncipe de las Tinieblas. En el medio murió también Rachel Van Helsing, también del equipo protagónico, pero de algún modo se va a hacer presente en esta historia. El rol central esta vez le corresponde a Frank Drake, un personaje casi segundón en la serie clásica, al que acá Wolfman trabaja a fondo y le otorga mucha chapa. Lo secundan su nueva esposa Marlene, y Blade, el semi-vampiro caza-vampiros que tanta fama logró gracias a sus aventuras hollywoodenses. Pero buena parte de la gracia de la Tumba reside en que el verdadero protagonista, el pulenta, el que moviliza a las masas, no es otro que el villano, el viejo y querido Vlad Tepes. O sea que, mucho más importante que saber con qué formación sale a la cancha el equipo de los buenos, es cómo carajo vuelve a la vida el otrora dictador de Valaquia.
Y la verdad es que el truco de Wolfman para resucitarlo está muy bien orquestado. La trama en general está un poco estirada, por ahí le sobran 50 páginas. Pero como la interacción entre los buenos está muy lograda y las maldades que hace Drácula son mil veces más escabrosas que las de los ´70 (por esto de que ahora hay sexo y sangre mucho más explícitos), la lectura se hace sumamente llevadera y los momentos de alto impacto pegan justo donde tienen que pegar. Es obvio que Wolfman ama a esos personajes, que los maneja de taquito y que la secuela estaba meloneada hacía años, con cero margen para la improvisación.
Lo de Gene Colan es, como siempre, monumental. No lo ayuda para nada el colorista (el habitualmente digno Lovern Kindzierski) y en el primer episodio las tintas de Williamson no se complementan bien con los lápices del prócer. Pero a partir del segundo librito, los dos grossos sintonizan la misma onda y Colan sale a desparramar violencia, morbo, sensualidad, vértigo, sutileza, grotesco, todo sin piedad y sin guardarse nada. Acá lo vemos jugarse a ángulos muy exagerados, en los que todo se deforma y se vuelve más expresionista y escalofriante que de costumbre. Entre esos contrapicados extremos y unos primeros planos escabrosos, fluye una narración impecable, con un despliegue de viñetas de las más diversas formas y tamaños y unos splash-pages para enmarcar y colgar en el Louvre. Esto te pone los pelos de punta, de verdad.
No era fácil plantear en los hiper-hiteros ´90 una secuela a una serie de culto de los ´70 (el propio Wolfman hace que los personajes subrayen lo mucho que cambió el mundo entre 1979 y 1991), pero Tomb of Dracula merecía una vueltita más, aunque sea para los nostálgicos, o para separarla de un Universo Marvel que en 1991 tampoco se parecía en nada al que habían habitado Drácula y sus némesis en los ´70. Un par de años más tarde, Blade, Drake y algunos otros ex-tumberos volverán en los infaustos títulos de la línea Midnight Sons, pero en manos de otros autores, mientras que Wolfman y Colan afilarán nuevamente los colmillos recién en 1998, en una bizarra cuasi-secuela publicada por Dark Horse. Pero eso ya es otra historia…
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6 comentarios:
El que tumbea último se ceba mejor!!
Me alegro mucho que te haya gustado cabezón, ya vere el año que viene con que te conformo.
Slds
Qué bestia Gene colan, de pìé señores- Tomb of Dracula es demasiado.
Escuché que el año pasado colegas y amigos del medio andaban juntando plata para bancarlo en un asunto de salud medio jodido- No supe más nada después...
Está mucho mejor, por suerte. Postea en su blog, tiene Facebook, volvió a ir a convenciones... Parece que superó el mal momento.
Un monstruo legendario, con 83 años y un talento inagotable. Ojalá haya Colan para rato...
La verad Colan es notable ya lo era en la Daredevil clásica, para mi gusto de esa epoca junto a Steranko, son mejores que Kirby( tal vez porque el rey producía demasiado material en esa epoca y se descuidaba). En cuanto a Tomb solo me conseguí los dos primero tomos en B/N y para la epoca no son malos PD: Rachel Van Helsing murío en un Annual de los X_Men y finalmente Andrés si es tan desocnectada esta saga de lo que se publicó después por otros autores queda fuera la saga DR. Strange vs. Dracula de Roger Stern,la del darkhold? , porque en verdad era fenomenal, en realidad da igual , solo pregunto. Saludos.
A ver... dicen que Rachel murió, pero no cómo murió. O sea, no se hacen cargo de que los X-Men lucharon con Drácula en ese anual, porque para ese entonces, Drácula estaba muerto.
Lo del Darkhold, igual: eso pasa en el lapso entre el 79 y el 91, y en esta "continuidad", Drácula estuvo muerto TODO ese tiempo. Pero sí se menciona el hecho de que no hay más vampiros, aunque sin explicarlo demasiado...
Gracias por el comentario troesma.
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