jueves, 21 de octubre de 2010
21/10: IN MY DARKEST HOUR
Wilfred Santiago es un autor portorriqueño que vive en EEUU y que suele aparecer en las antologías de Fantagraphics con historias cortas de todo tipo y tenor. Cada tanto, la editorial de Seattle le publica una novela gráfica, pero rara vez repercute, gana premios o vende una cifra razonable de ejemplares. Lo cual resulta una injusticia casi agraviante, porque este tipo es un maestro, con CAPO con todas las letras.
En esta novela gráfica, Santiago nos cuenta un slice of life típico, pero no por eso menos asombroso. Omar es un tipo que ya pasó los 30, que luce una buzarda importante y que jamás terminó sus estudios, con lo cual está virtualmente condenado a laburos chotos y mal pagos. Tiene una relación con Lucinda y de a ratos está todo bien, pero eso no le impide jugarle fichas a tres minitas más que lo calientan, con resultados bastante lamentables (onda “seamos amigos”). En algún punto la propia mediocridad de Omar le va a empezar a activar a Lucinda ciertas alarmas que las mujeres tienen incorporadas y la onda entre ambos se deteriorará para dejar paso al intercambio de facturas (no precisamente de dulce de leche) y la posterior ruptura.
Ahí la historia cambia de ambientación y de elenco, porque Omar deja los suburbios de Chicago para probar suerte en New York. Pero le va muy mal y tiene que volver, con la frente marchita y algunos kilos menos, producto del alto costo de la birra en la Gran Manzana y de las largas caminatas buscando laburos que nadie le da. La vuelta al barrio no es fácil y el final feliz no llega nunca. El climax tampoco. La obra no tiene nada parecido a un climax. Todo es pachorro y mediocre, como Omar, y avanza cuando no le queda más remedio, como Omar.
En el medio, estalla el delirio. En breves e inconexas secuencias oníricas, que nos muestran los sueños de Omar, el Santiago tranqui y parsimonioso le deja espacio para lucirse al Santiago virtuoso, a un genio del descontrol gráfico que pela unas imágenes escalofriantes, dignas del mejor Dave McKean. Tipografías, texturas, las más variadas técnicas pictóricas, los más delirantes efectos de Photoshop, todo junto y sin frenos, a matar o morir. Pero guarda, que el Santiago tranqui también la descose: en un estilo donde se encuentran Ted McKeever, Ho Che Anderson (amigo y ocasional colaborador del autor) y los dibujantes españoles vanguardistas de los ’80, Santiago pilotea con elegancia y onda todas las escenas de gente que habla, fuma, chupa o coge cuando no está trabajando, o incluso cuando está trabajando. La mezcla es rara, pero efectiva y la verdad es que, si bien pasa poco, no podés parar de leer hasta el final.
Por ahí las otras novelas gráficas de Wilfred Santiago son mejores. Realmente no lo sé, porque esta es la primera que consigo. Pero me parece que recontra-alcanza para poner a este autor en el mapa de los narradores interesantes, intensos, con algo para decir y a los que vale la pena seguir. Si sos fan del slice of life, tirate de cabeza. Si querés descubrir a un gran, gran autor injustamente poco conocido, también.
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3 comentarios:
Andrés ¿Cuales son, a tu criterio, las mejores historias de Green Lantern? Me interesa leer miniseries o historias cortas de este personaje pero no tengo idea.
Por este tipo de cosas me gusta tanto este blog. Así dan ganas de leer.
Un abrazo.
La verdad es que es cebador.
Habría que ver si se editó en español.
Salud.
PB
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