Además de esposa del gran Hideaki Anno (el capo del Estudio Gainax, a quien se le atribuye la creación de Evangelion), Moyoco Anno es una prestigiosa mangaka, con poca obra, pero muy cuidada. Sakuran, de 2003, es su trabajo más reciententemente editado en Occidente y además un gekiga muy logrado en varios aspectos.
La trama es atractiva: Sakuran nos invita a seguir la carrera de Kiyoha, una nena de ocho o nueve años que es vendida a un burdel y que ascenderá en esa perversa estructura hasta convertirse en la prostituta más cotizada de Yoshiwara. Por su carácter díscolo y rebelde, Kiyoha confrontará una y mil veces con sus superiores, con sus compañeras y hasta con sus clientes, lo cual le traerá un sinfín de problemas. Para complicarla más, a los 17 años, cuando lleva poco tiempo ejerciendo la prostitución, se enamora perdidamente de un muchacho y se decide a escapar del burdel para quedarse con él. Sobre esta base, Moyoco Anno construirá una historia dramática, con conflictos fuertes, momentos muy, muy heavies (sobre todo cuando vemos los castigos que le imponen a Kiyoha cada vez que fracasan sus intentos de sublevación) y un ritmo medio errático, que fluctúa entre trámites pachorros y protocolares y aceleradas grossas, en las que de pronto pasan muchas cosas en muy pocas páginas.
De todos modos, el desarrollo argumental signado por las desventuras de Kiyoha no es lo que más me llamó la atención. Me parece que los hallazgos más grossos de Moyoco van por otro lado: Primero, la reconstrucción histórica. La historia no está ambientada en el presente, sino en el período Edo (“estás en Edo”, le dijeron al choborra, y respondió “obvio, elotudo!”), cuando los burdeles de Yoshiwara (la “zona roja” de la ciudad que hoy es Tokyo) eran frecuentados por señores feudales y samurais. El guión saca un enorme provecho de esta ambientación, y además la explica a full. La autora se mató investigando cómo funcionaba la prostitución VIP en esa época y nos transmite toda esa información sin aburrir para nada. Además de enriquecer el contexto de la historia, la ambientación le permite a Moyoco lucirse a la hora de dibujar edificios, kimonos, cortinados, alfombras y peinados de esa época, todos detalles cuidadísimos, que se disfrutan a lo largo de todo el tomo y levantan un vuelo alucinante en las páginas a color, felizmente conservadas por Vertical para esta edición.
El otro hallazgo increíble de Sakuran, lo que a mí más me impactó, es la construcción del personaje protagónico. En poquitas páginas y mucho antes de que Moyoco nos revele cómo cayó en el burdel, ya compramos a Kiyoha, ya nos convenció de que es un personaje único, impredecible, distinto a cualquier otro que hayamos leído en cualquier otra historieta, del país que sea. Hermosa, conflictiva, llena de rabia y dolor, capaz de enamorarse de un imposible, de resistir castigos durísimos, de brindar infinito placer a sus clientes e infinitos dolores de cabeza a las autoridades del burdel donde (a pesar suyo) trabaja. Kiyoha es tan tridimensional que uno sufre con ella, se enoja con ella, se enamora con ella, se rebela con ella. Creo que hasta aprendí a chupar pija con ella, aunque no tengo intenciones de comprobarlo en la práctica. Posta, el trabajo y el cariño que le pone Moyoco Anno a este personaje es formidable, a tal punto que te hace dudar de que se resigne a terminar su historia en la página 300.
Sakuran es un manga distinto, que te mete en un mundo glamoroso y perverso del cual yo desconocía todo, que nos seduce desde el carisma apabullante de un personaje increíble al que vemos evolucionar página a página, que no le juega todas las fichas al erotismo (se habla mucho de coger y se coge bastante, pero se ve poca carne) y que encima está muy, muy bien dibujado. La narrativa es un poquito retorcida, alguna vez te puede llegar a confundir (entre otras cosas porque a las prostitutas las producen para que se vean prácticamente idénticas), pero no tiene tropiezos mayúsculos. Si te gusta el gekiga y querés descubrir a una autora que lo domina con jerarquía, osadía y sofisticación, date una vuelta por los burdeles de Yoshiwara y enamorate vos también de Sakuran.
domingo, 10 de marzo de 2013
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2 comentarios:
Andres, se edito en castellano? lo estoy buscando y no lo encuentro...
Es muy probable que no, Anónimo. Lamentablemente en España no se edita todo el gekiga que uno quisiera y así es como se hace imprescindible caer en las ediciones yankis de algunas obras.
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