Sigue la ola de calor en Buenos Aires (lo ilógico sería que tuviéramos esta temperatura en Julio, no?) y yo sigo acá, al pie del cañón, con nuevos libros para reseñar.
El Vol.1 de Jupiter´s Circle retoma a varios de los personajes “viejos” de Jupiter´s Legacy (ver reseña del 09/03/17), pero nos lleva 40 ó 45 años al pasado, cuando Sheldon, Walter y el resto de los superhéroes todavía son jóvenes y están en su mejor momento a nivel popularidad. Es una especie de Silver Age en la que este mundo imaginado por Mark Millar vive un idilio con sus superhéroes, considerados celebridades e idolatrados como si fueran los Beatles.
Acá el siempre astuto Millar hace un pase de magia digno de Astro City y, en vez de centrar los conflictos en las luchas de estos héroes con villanos, alienígenas o catástrofes naturales, pone el foco en la vida privada, más precisamente en la vida sentimental de los impolutos integrantes de The Union. Los dos primeros episodios están centrados en Blue Bolt, un héroe al que diversos factores le complican blanquear su homosexualidad. En los dos siguientes, nos metemos en la intimidad de The Flare, un casi cuarentón, casado y con hijos, que se enamora de una chica de 19 años sin superpoderes. Y para el final, un triángulo amoroso que enfrentará a Skyfox con Brainwave, o en realidad con Walter Sampson, cuando la novia del primero lo deja para casarse con el segundo.
A esta altura, Millar ya es un especialista en buscarle a los superhéroes vueltas que los otros guionistas no encontraron o no supieron explotar, y esta obra no es la excepción. Con unos diálogos maravillosos y un equilibrio exquisito entre drama y comedia, el escocés nos ofrece toda otra mirada, le agrega toda otra dimensión al clásico grupo de héroes de la Silver Age en el que todos son copados, intachables y confían plenamente el uno en el otro. Si no te hiciste fóbico a las capas y los antifaces, no tengo dudas de que te va a atrapar.
El dibujo se lo reparten Wilfredo Torres y Davide Gianfelice, dos muchachos de comprobada solidez, ambos jugando a encontrar la dosis justa de homenaje a Mike Sekowsky o Carmine Infantino, como para que se note la referencia retro, pero sin espantar a los lectores jóvenes, que descubrieron a los superhéroes en este siglo. Ni bien vea barato el Vol.2, lo capturo.
Me voy a la jungla de Chiapas, en México, de la mano de uno de los libros más raros editados en Argentina en 2017. En las 110 páginas de Subcoman-
dante Marcos, Ian Debiase se propone convertir en historietas fragmentos de discursos, cartas y comunicados atribuídos al líder (o por lo menos a la “cara visible”) del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, un personaje cautivante, que no sabemos si existió en la realidad, o si fue una construcción colectiva del EZLN.
El dibujo de Debiase es hermoso, y capta a la pefección la belleza de los paisajes en los que transcurren estas no-historias. Ahí está lo raro del proyecto: la mayoría de los textos no cuentan historias, sino que son mensajes a los pueblos sojuzgados, bajadas de línea adornadas con una prosa increíble, con un nivel de elaboración y un vuelo poético impensado para lo que habitualmente nos muestran los medios cuando aparece en escena una organización guerrillera del Tercer Mundo. Y claro, por más florida y sofisticada que sea la prosa, siempre está la dificultad de fragmentarla para convertirla en bloques de texto, y de elegir imágenes que las acompañen, y de armar con eso viñetas que se ensamblen entre sí para componer una página de historieta.
Debiase se mete en un berenjenal importante al elegir textos no narrativos, y sobre todo al decidir que no va a ilustrar simplemente estos textos, sino que los va a convertir en historietas. Y se la banca bastante bien, la lectura no se hace densa ni farragosa. El mejor momento llega cerca del final, con la aparición de Don Durito, en cuatro páginas donde por fin los diálogos reemplazan a los bloques de texto y Debiase puede encarar una narrativa más típica de comic, sin dejar de hablar de los ideales revolucionarios del EZLN. Y el último segmento, esa historieta de 29 páginas en las que el Subcomandante Marcos anuncia el fin de sus apariciones públicas y pone en duda su propia existencia, es también memorable por la calidad de los dibujos de Debiase y porque es el texto menos “inspiracional”, menos chamuyero, más explícito, en el que más claro queda por qué y contra quién se sublevó este ejército.
Si sos fan de estos tipos que un día decidieron hacerse soldados para que ya no sean necesarios los soldados, y te conmueve el mensaje de dignidad, de lucha, de confrontación a todo o nada contra la miseria, la deshumanización y el sometimiento que nos propone todos los días la derecha neoliberal, ponete el pasamontañas y unite a Ian De Biase en esto que más que una novela gráfica es un canto de esperanza, de rebeldía, de amor por los semejantes.
La seguimos pronto, ni bien tenga un par de libros más leídos. ¡Hasta entonces!
jueves, 11 de enero de 2018
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1 comentario:
Aguante millar carajo !
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