Bueno, ahora sí puedo
contar públicamente qué me pareció la película de Aquaman.
Lo más importante es que
la disfruté muchísimo, mucho más que cualquier otra película con personajes de
DC que haya visto en años recientes.
A lo largo de 143 minutos,
el director James Wan te bombardea con una cantidad de situaciones que casi
daba para dos películas. Eso por un lado garantiza el ritmo, el palo-y-palo
incesante, casi sin respiro. Y por el otro hace que ciertas cosas se
simplifiquen un poco, como en un cuento de hadas, y puedan quedar al borde de
los lugares comunes. Muchas de las cosas que suceden en Aquaman ya las vimos en
otra películas: el héroe canchero y medio cabeza al estilo de Thor, el mentor
que lo entrena para que sea grosso al estilo Daredevil, el combate para
reclamar el trono de un reino ancestral al estilo Black Panther, algo que pasa
al final que lo emparenta con Wasp… Digamos que el guión (en el que metió
muchísima mano Geoff Johns) va más bien a lo seguro. Así es como hay “grandes
revelaciones” pensadas para impactar al espectador, que si tenés unos cuantos
comics de superhéroes leídos no te van a sorprender en lo más mínimo. Y por
supuesto, peripecias extremas, de recontra vida o muerte, en las que vos sabés
que el héroe va a salir ileso, como si estuviera jugando un partido de tute con
tres viejitos en el Parque Rivadavia. Pero la película logra que vos compres
ese relato, que aceptes sin cuestionar demasiado ciertas obviedades.
Durante un largo tramo del
metraje, Aquaman combate a un temible enemigo (al que no voy a nombrar) en la
superficie, se enfrenta a toda una civilización subacuática, rosquea con una
criatura mitológica de inmenso poder, descubre el misterio más grosso de la
historia de Atlantis y queda cara a cara con un personaje que se suponía que
estaba muerto… en remera, pantalón y alpargatas. Eso debe haber sido lo único
que me hizo ruido. Son escenas tan fuertes, tan inmensas, que daba para que
Arthur se vistiera de modo un poco más heroico.
El argumento tiene
bastante que ver con Throne of Atlantis, uno de los arcos más recordados de la
etapa de Geoff Johns al frente del comic de Aquaman (ver reseña del 16/08/16) y
no son pocos los elementos creados por mi doppleganger que aparecen en el
film: el Dr. Shin, Murk, los barrabravas submarinos de The Trench… Si te gustó
esa etapa del comic, sospecho que la peli te va a encantar. Por supuesto el
guión le reserva un rol muy importante a Mera (diosa total Amber Heard) y a
otro personaje femenino que en los comics nunca tuvo demasiado desarrollo pero
que en la peli ocupa un lugar central. Los villanos están muy logrados, con sus
motivaciones perfectamente explicadas.
Pero vamos a lo mejor que
tiene la película: la forma alucinante en la que Wan aprovecha la posibilidad
de contar una aventura subacuática en la que todo el aspecto visual está por
inventarse. La acción no se parece a la de otras pelis de superhéroes, porque
transcurre en buena medida bajo el agua. Y lo más lindo: la espectacularidad
imponente y demoledora de los reinos, las criaturas, los trajes, las armas,los vehículos, los
paisajes, las civilizaciones que aparecen bajo el mar. Esa mezcla entre
ciencia-ficción y fantasía medieval le da a la peli una estética única, nunca
vista, realmente superlativa. Es para verla varias veces, sólo para apreciar
todos estos detalles en el diseño de producción, que es absolutamente fastuoso.
Hasta tiene un homenaje a Kingdom Come, tan explìcito que seguramente el
maestro Alex Ross pasó por Warner a buscar un cheque.
¿Hay chistes? Sí, es obvio
que si tenés a un actor con el carisma de Jason Momoa algúnos chistes tenés que
clavar. Pero no son tantos, ni están fuera de lugar. ¿Hay hitazos en la banda
de sonido? Sí, en un momento hay un amague de cover de “Africa” (de Toto) y en
otro momento arrecia como un huracán “It´s No Good”, de Depeche Mode. ¿Hay
escenas post-créditos? Hay una justo después del elenco (la clásica “el villano
empieza a planear su revancha”) y nada más. No te quedes cuatro horas viendo
pasar letritas, porque al final te vas con las manos vacías, como los jubilados
que votaron a Macri y esperan el bono de Navidad.
A fuerza de acción, fantasía,
comedia, romance, epopeya y sutiles pinceladas de rosca política, Aquaman te
sumerge en una experiencia única, que a mí (hardcore fan del personaje hace
décadas) me dejó muy conforme. No sé si habrá secuelas, no sé si Aquaman
volverá en otra peli de la Justice League, tampoco me importa. Pero sí banco
mucho esta película, en la que pasan muchísimas cosas y en la que este eterno
segundón es tratado como un héroe recontra-grosso, el verdadero epicentro de
toda una mitología con un enorme potencial para seguir explorando y seguir
pelando historias capaces de maravillar a chicos y grandes. All hail the king!
4 comentarios:
pasa entonces como con Wonder Woman que no dábamos un peso y terminó pagando guita... me alegra por este personaje que cargaban como si fuera el novio de la sirenita.... voy a verla, saludos...
Me gustó bastante más que Wonder Woman.
143 minutos, me la baja! y en unos meses unrated extended directors cut, dos semanas viendo al pejerrey de Aquaman,,,
x fin el universo dc en cine esta encontrando la manera de hacer las cosas bien..tendría que hacer un reinicio de superman y demostralo como es. y no el amargo de henry cavill
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