el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 9 de diciembre de 2019

EL FIN DE LA CHETOCRACIA

Y ahora sí, se terminan cuatro años de un gobierno horripilante y nada de lo que venga de acá en más puede ser peor que lo que vimos y sufrimos estos cuatro años. Eso, por sí solo, es motivo de celebración y allí estaremos mañana, cantando en la Plaza hasta tener que tirar la garganta a la basura. Mientras llega ese ansiado momento, comparto las reseñas de los últimos libritos que leí.
Retazos de Vida es una breve historieta (44 páginas) realizada por el maestro Ralf König en 1989. Inspirado por una situación muy grotesca que escucha en la radio (y nos narra de modo graciosísimo con sus dibujos), König se propone a contar en forma de historietas anécdotas graciosas o zarpadas de la vida real, aportadas por sus amigos, que son mayormente muchachos homosexuales de clase media/alta que viven en las grandes urbes de Alemania. El propio König aparece entre historia e historia para ponerlas en contexto, contarnos a quién le sucedió, o quién se la contó a él, mientras interactúa con su pareja o con algún otro amigo gay que lo visita en su estudio.
Hay cuatro historias muy buenas, con gran poder humorístico y que además sirven para ilustrar aspectos interesantes, quizás polémicos, de lo que era la vida de los varones gays en Europa a fines de los ´80: la historia de los predicadores evangelistas que se inmiscuyen en el departamento de los putos después de una noche de descontrol, la del gay experimentado que tiene una cita con un jovencito que se las da de punk y guacho-pistola, la de la pareja que se ve obligada a blanquear que son “más que amigos” durante la visita a la casa de la madre de uno de ellos, y la más desopilante, la que más juguetea con el grotesco, que es la de la marcha del orgullo gay. Y después hay algunas breves anécdotas más, que podrían tranquilamente no estar.
König arma la página en cuatro tiras, con tres o cuatro viñetas por tira, o sea que hay bastante para leer en 44 páginas. Casi no tiene viñetas mudas y varía muy poco los enfoques, como si estuviera narrando con la cámara fija. Eso me transmitió una sensación rara, como de obra de teatro, o sketch de los viejos programas cómicos. Me parece que esto originalmente fue hecho a color, y la edición de La Cúpula cambió esos colores por distintos tonos de grises, de un modo no muy convincente. Pero dentro de todo, el trazo de König resiste con aguante esos grises empastados, ya que su atractivo pasa –claramente-por otro lado.
Breve, sobrecargada de información sobre la vida íntima de estos muchachos y repleta de coqueteos con la autobiografía, Retazos de Vida no es ni en pedo la mejor obra de este ícono de la comedia. Pero si sos muy fan de König o si nunca leíste nada de él y querés ver qué onda “ese alemán que hace historietas cómicas con protagonistas putos”, lo más probable es que por lo menos algunas de estas anécdotas te atrapen o te arranquen una sonrisa.
Con sus exiguas 70 páginas, El Ziggurat también corre el riesgo de ser considerada “una obra menor” dentro de la exhuberante bibliografía de Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena. Pero si le das una oportunidad (cosa que los fans de la dupla suelen hacer con TODAS sus obras) te vas a encontrar con una muy buena historia en la que Mazzitelli nos invita a reflexionar acerca de lo fácil que es manipular pelotudos para que crean que son capaces de gobernar, de ostentar poder, autoridad, majestad. El Ziggurat es una especie de remake de Being There (conocida en castellano como “Desde el Jardín”) con monstruos y demonios zarpados. De hecho, el personaje que cree ser el protagonista de la trama también es jardinero, como el inolvidable Chauncey Gardiner de la novela (y el film) de Jerzy Kosinsky.
Poderosos exorcistas, sensuales sacerdotisas, eunucos y cortesanos varios llevan y traen, juran lealtades que luego traicionarán y se entreveran en una historia que siempre gira sobre el mismo eje: el poder. Los sacrificios que hay que hacer, lo garca que hay que ser, lo clara que la tenés que tener para tener el poder y que el poder no te tenga a vos. Todo esto condimentado con guerras, masacres y un clima bastante más violento que en la serie promedio de Mazzitelli y Alcatena. Hay un sólo personaje al que Eduardo le hace pegar demasiados volantazos (Inanna) y el resto no sólo es realmente imponente sino que llega a ponerte muy nervioso.
La faz visual nos muestra a Alcatena encendido como pocas veces. La ambientación elegida (una versión mítica, despojada de todo rigor histórico, de la antigua Mesopotamia) le da a Quique material para desplegar las alas de su inagotable imaginación y ametrallarnos con una sucesión interminable de criaturas, palacios, monumentos y demonios de esos que te hacen caer la mandíbula al piso varias veces por capítulo. La narrativa es excelente (no así en el episodio autoconclusivo que completa el tomo, donde el relato no tiene ni a palos la fluidez que vemos en El Ziggurat) y los recursos gráficos que nos obsequia el plumín mágico de Quique son infinitos. Te juro que me compraría el libro sólo por las carátulas (en formato splash-page) con las que Alcatena abre cada capítulo.
Obviamente recomiendo a full El Ziggurat, a los fans de la dupla, de la historieta fantástica de alto vuelo, o de las obras que –disfrazadas de aventuras “de género”- se animan a indagar en temas espesos, de real trascendencia para el alma y la mente de la Humanidad toda.  

Chau, chetos, gracias por hacer todo tan mal. Caricias significativas en el orto, que ojalá les duela por años.

2 comentarios:

Luq dijo...

fua, me parece que es la primera vez que te veo postear sobre König acá.
Tengo el libro esperándome desde hace más de un año junto a otros de König, así que leí muy por arriba la reseña. A mí me condena haber leído demasiado temprano Lisístrata, y me dejó la bara demasiado alta.
Ah, hoy me pareció verte cerca del congreso pero era solo un tipo con tu misma cara

jorge dijo...

abrazo grande andres, te leo desde que tenia 13 en skorpio luego perfil , la radio comiqueando etc, hoy tengo 43, siempre estubiste del lado correcto de la vida. abrazo