domingo, 20 de junio de 2010
20/ 06: DOCTOR 13: ARCHITECTURE AND MORTALITY
Y sí, a este siglo le faltaba un buen comic que hablara del comic. No, no me refiero a un texto teórico en formato de historieta, tipo Understanding Comics, sino a una buena metaficción, una aventura en la que uno de los elementos centrales pase por el hecho de que los personajes son eso: personajes ficticios, partícipes de una ficción pergeñada por un escritor. Como el Giuseppe Bergman de Milo Manara, la She-Hulk de John Byrne, o –el más notable de todos- el Animal Man de Grant Morrison.
Paradójicamente, esta excelente historieta se publicó en 2007 como complemento de otra espantosa: la saga del Spectre que encabezaba la miniserie Tales of the Unexpected. Por suerte después salió el TPB, como para no tener que comerse el garrón de tener esas revistas, ocupadas en un 60% por un comic pedorrísimo. Architecture and Mortality toma su nombre de Architecture and Morality, un disco de 1981 que puso a Orchestral Manouvres in the Dark (O.M.D., para los amigos) a la vanguardia de la corriente synth-pop del movimiento new wave. De hecho, los títulos de cada uno de los capítulos hacen referencia a nombres de canciones del rock/pop ochentoso.
Acá me encontré con el primer trabajo de Cliff Chiang que no me pareció desastroso. Era un dibujante que no me gustaba para nada, pero –sin dejar de ser un Michael Allred del Nacional B- acá lo descubrí más sólido, con más onda y a la altura de un desafío bastante importante, porque estamos hablando de un comic difícil de dibujar.
Racional y escéptico al mango, el Doctor Terrance Thirteen es un personaje de los años ´50 (ocasional contrafigura del Phantom Stranger) que desconfiaba sistemáticamente de los supustos fenómenos paranormales que involucraban a fantasmas y seres etéreos. Luego de miles de años en el freezer, regresó para esta saga, ahora rodeado de su hija Traci (una adolescente que, paradójicamente, tiene poderes sobrenaturales) y todo un rejunte de desclasados y marginetas cuasi-olvidados, como Infectious Lass (de la vieja Legión de Superhéroes), Captain Fear (de un comic de piratas), Anthro (el chico cavernícola), JEB Stuart (del Haunted Tank), un gorila nazi de la Primate Patrol, Genious Jones (un chiquilín de una historieta cómica de los ´40) y el vampiro Andrew Bennett, que tuvo su serial en House of Mystery a principios de los ´80.
Con el correr de las páginas, los personajes se dan cuenta de que son parte de un complejo universo ficcional, que está a punto de ser re-escrito por Los Arquitectos (que –oh, casualidad- tienen las caras de Geoff Johns, Greg Rucka, Mark Waid y Grant Morrison, los guionistas al frente de 52 y sus secuelas que desembocarían en Final Crisis). Y no tardan en deducir otra obviedad: en la nueva “realidad”no hay lugar para ninguno de ellos, excepto para Traci, porque “está buena”. Thirteen y sus rejuntados intentarán torcer su destino de olvido y oprobio retroactivo, en una aventura intensa, con mucha y muy buena interacción y con muchísima bajada de línea acerca de cómo las grandes editoriales manejan el tema de la continuidad, para un lado y para el otro, siempre tomándose a sí mismas demasiado en serio.
Y me guardé para el final el dato más bizarro, dentro de toda esta gran bola de bizarrez: el guionista es Brian Azzarello! De verdad! Azzarello, el as de la mala leche, el señor de la sordidez, cambia completamente de registro (aunque sin resignar su característica inteligencia) para hablar de cómo DC manosea, ningunea y viola a los personajes que él leía en su infancia. El guionista cruel, heavy y jodido, de pronto pide limosna, ruega piedad, para con estos personajes de cuarta, cuyo único pecado es estar enrolados en géneros a los que la editorial ya no les da bola. Es muy loco ver a Azzarello en ese lugar, como también es muy loco que esto se haya publicado, porque es un alegato contra los manejos de DC. Pero en vez de burlarse de lo bizarro, lo pasado de moda y lo que no encaja ni a ganchos con la reescritura “adulta” del DCU (como hacía Keith Giffen en los ´80 en las páginas de Ambush Bug), Azzarello propone buscar la posibilidad de reivindicar a estos personajes y estos géneros, simplemente porque de chico lo hicieron feliz. Y, coincidas o no con la postura del guionista, si te gusta el DCU, Architecture and Mortality te va a conmover, o por lo menos a entretener y a dejarte pensando un rato. No es poco.
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3 comentarios:
¡Andrés, mil disculpas por no comentarte las notas!Tengo una compu antigua y blogger a veces anda y a veces no...coincido con lo que decís: Chiang es un muerto de frí (pero acá está muy bien), la historia central del Spectre era un desastre total (aunque las portadas eran geniales). I, Vampire tuvo una aparición en el Dr.Fate de De Matteis y Haunted Tank tiene una miniserie en Vertigo, si mal no recuerdo...Traci apareció en los títulos de Superman y creo que ahora va a tener un back-up en los Titans junto con Raven y Black Alice (el trío gótico). La verdad que este es un comic excelente, y es rarísimo que sea del mismo tipo que 100 Bullets! En fin, este blog sigue excelente como siempre, y es una lectura fundamental para cualquier seguidor de la historieta en todas sus vertientes. ¡Gracias por eso!
PD: Una consulta...¿que te pareció Ambush Bug: Year None?
No leí Year None... o sí, leí un par de episodios sueltos cuando salían las revistas y me olvidé por completo de qué se trataba...
Otra que pinta muy pero muy buena! Abrazo! Colo
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