sábado, 26 de junio de 2010
26/ 06: GLACIAL PERIOD
Nicolas De Crécy, uno de los genios definitivos del Noveno Arte, ese dibujante francés al que tantos, pero tantos colegas suyos tratan de parecerse, tiene –por suerte- mucha obra editada en castellano, y hasta una historieta editada en Argentina, el n°5 de la inolvidable antología Suda Mery K. Pero acá lo conocen sólo los dibujantes, que lo estudian para tratar de clonarlo con mayor precisión.
La principal virtud de las miles que tiene De Crécy es que nunca se queda quieto. Podría haber robado toda la vida con el estilo que nos volatilizó el bocho en Foligatto (esa mezcla perfecta entre Mattotti, Muñoz y Boucq) y sin embargo, empezó a buscar por otros rumbos. En León La Came sigue fuerte la influencia de Muñoz, pero el tratamiento del color ahora remite a Miguelanxo Prado, y la línea vira hacia el estilo del pintor Egon Schiele y los historietistas que lo siguen (Kristiansen, Abranchis, etc.). Y para cuando aparecen Salvatore y Période Glaciale (Glacial Period en la edición yanki de NBM, que es la que nos compramos los crotos como yo), nada de eso queda en pie, porque cambia tanto la línea como la forma de encarar el color.
Période Glaciale, de 2005, fue realizada a pedido del Museo del Louvre y contiene un montón de elementos que reaparecen todo el tiempo en la obra de De Crécy: el absurdo, el huequito por donde se cuela el descontrol y tira todo a la mierda, la anti-lógica en la que casi cualquier cosa puede pasar, y todo teñido por una mirada pesimista, en un punto lacónica. A pesar del absurdo que lo caracteriza, De Crécy nunca deja de tirar centros al área para que los cabecee el desconsuelo, la amargura, o la resignación.
Période Glaciale se enrola en la gloriosa tradición del post-apocalipsis, aquel género tan ochentoso, en una nueva era glacial en la que un grupo de arqueólogos desentierra los tesoros del célebre museo parisino. Si te gustan las artes plásticas, se disfruta el triple. Y si no, el absurdo y la sensación de derrota que impregnan esta bizarra epopeya, sumados a las maravillas del dibujo, harán que te cebes igual.
Por ahí, si buscás su biografía en la web, te preguntarás cómo es que De llegó a levantar una lista tan larga de premios, y por qué los críticos no nos cansamos de hablar de su fastuoso tratamiento de la línea y el color. Bueno, en Glacial Period todo eso queda clarísimo. El dibujo es perfecto, la paleta de colores apagada y sobria, la narrativa ajustada, para resaltar la pequeñez de lo que se nos narra, el guión filoso, en la cornisa entre el disparate y la mala leche (un registro que me recuerda al Patito Saubón de Carlos Nine), un intento de aventura encarado por personajes demasiado losers como para llegar a levantar un vuelo épico y, por si faltara algo, algún toque de ternura y muchas referencias a los grandes de la pintura clásica.
Te propongo un ejercicio medio limado: Cuando leas El Gran Lienzo (podés buscar la reseña, titulada La Grande Toile), jugate y leete también Période Glaciale. Son obras primas (“hermanas” sería mucho), en las que un montón de elementos similares se combinan de modo muy, pero muy diferente. El contrapunto seguro te va a resultar interesante, y si no, igual te vas a haber encontrado con la magia inimitable de Nicolas De Crécy, y de eso sí que no te vas a arrepentir nunca en tu fuckin´vida.
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2 comentarios:
Es realmente maravillosa! Yo la compré hace tiempo cuando la recomendaste en comiq y la verdad que no tiene desperdicio. Soberbio hacia el final cuando encadena diferentes cuadros del museo como si fueran viñetas de una historieta. Abrazo! Colo
Gracias a tu recomendación compre esta obra y es increíble, no podía dejar de leer, el absurdo es el gran gancho que no te deja ir y te lleva hasta el final. Me podrías recomendar alguna otra de De Crecy. Saludos
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