domingo, 19 de septiembre de 2010
19/ 09: THE TALE OF ONE BAD RAT
Hace un tiempito nombré en una reseña al maestro británico Bryan Talbot y hubo algún comentario de lectores que no lo conocían. Bueno, además de ser un autor importantísimo tanto en la revista 2000 A.D. como en la línea Vertigo, Talbot tiene varias obras que son 100% comic de autor. Una es una saga bastante conocida, llamada The Adventures of Luther Arkwright, con una onda de epopeya a la Michael Moorcock. Y la más ovacionada, la que más revuelo causó y más premios le dio fue esta, The Tale of One Bad Rat, publicada originalmente en 1995, en Dark Horse.
Por ahí leída hoy no es para tanto, pero hace 15 años todavía no había muchas historietas que hablaran abiertamente y sin tapujos de un tema tan espinoso como el abuso sexual de una nena a manos de su padre. The Tale… trata básicamente de eso, de cómo Helen reacciona, escapa y finalmente confronta a los demonios que pueblan su alma, siniestras secuelas de reiterados abusos por parte de su padre, un tipo que la va de copado, de simpático, hasta de canchero, pero es un degenerado, hipócrita y egoísta, al que querés ver muerto cuanto antes. Pero no. Acá no hay muerte, casi ni hay violencia, no hay una historia de buenos contra malos, y la justicia jamás llega a imponerse.
Talbot apuesta mucho más al intimismo, al proceso interno por el cual Helen trata de recomponer su vida tras los tormentos que sufrió en su infancia y primeros años de la pubertad. Helen –con motivos de sobra- es una chica retraída, poco dada a entablar relación con sus semejantes, fóbica al contacto físico, pero de gran inteligencia y sensiblidad. Su conflictuado mundo interior se plasma en dibujos pesadillescos y en sus diálogos, muy bien elaborados, con la rata que tiene como mascota, e incluso con el recuerdo de la rata, una vez que esta muere. Pocas veces un comic logra que nos compenetremos tanto con un protagonista. No van ni 25 páginas de la historia y uno ya se olvidó por completo de que Helen no existe, de que la inventó Bryan Talbot, de que es apenas un dibujo impreso en un papel. Helen existe, de una. Y nos la creemos, la entendemos, sufrimos y nos alegramos con ella y mucho antes de la escena fundamental, crucial, en la que finalmente enfrenta a su padre, ya sabíamos todo lo que le iba a decir, porque era lo que todos sentíamos. No es fácil lograr eso, pero Talbot lo hizo.
Por ahí el “pero”, el obstáculo que me impidió disfrutar la historia al 100% es mi propia ignorancia: The Tale… tiene muchísimas referencias a la vida y la obra de una escritora inglesa, Beatrix Potter, famosísima autora de libros infantiles que ella misma ilustraba, pero a la que yo desconocía hasta ayer. Así es como quedé pagando un montón de veces y me perdí un montón de guiños, en este paralelismo que arma Talbot entre el periplo de Helen y el de la escritora a la que la protagonista venera. No es que si no conocés la obra de Potter no se entiende nada. Se entiende todo, pero te perdés ese “algo más”. Lo mismo sucede con la geografía inglesa. Hay muchos nombres de lugares con los que probablemente no estés familiarizado, y bueno, hay que remarla o leer la obra con un mapa de Inglaterra a mano.
Talbot saca un jugo enorme de las locaciones que elige para su historia. Las dibuja con maestría y a la vez las homenajea. La onda de The Tale… es sumamente realista, y a la vez está la intención de que pueda ser leída por gente que habitualmente no consume comics, con lo cual el maestro controla su virtuosismo, lo adapta a un esquema mucho más documental que épico, donde la tragedia cotidiana le gana a la fantasía y a la estridencia. El dibujo es perfecto, sin mayores sorpresas en cuanto a la narrativa, pero de gran calidad técnica y de alto impacto emotivo. Por supuesto está basado en referencias fotográficas, pero de todos modos es muy notable el trabajo del autor en los fondos, los vestuarios y el lenguaje gestual de los personajes.
Hoy, que estamos re-curtidos de leer historias escabrosas, jodidas, incómodas como tampón de virulana, The Tale of One Bad Rat no causa el impacto que causaba en 1995, pero sin ser predecible ni obvia, sin caer en la sordidez ni en la desesperanza, atrapa, conmueve y baja línea con elegancia. Y eso es grosso en el ´95, en el 2010 y cuando sea que te pinte leerla.
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2 comentarios:
Muy buena reseña de un hecho del que tenemos ahora mas conciencia, que antes al menos yo y la comunidad ataca a la pederastía, antes eso no pasaba como que se era niño hasta los 12 , 13, y ni se discutía mucho. Pero los abusos han estado desde siempre.
Te cito en algo " y la justicia jamás llega a imponerse·", a esta altura yo creo que en la realidad la justicia sólo logra pequeñas victorias, los grandes temas de injusticia criminal en este caso no dan solución a gran escala , el pez grande se come al pequeño, a no ser que sea una piraña. Que estés bien.
PS: Ese Talbot no trabajo con Morrison en la Dooom Patrol?
Si estuvo (cosa qe no creo), hizo algún numerito de relleno. El dibujante titular de la Doom Patrol de Morrison era Richard Case.
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