el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 4 de diciembre de 2010

04/ 12: ALEX MAGNUM


Arranca el DeLorean, nomás, para un nuevo retro-trip a mediados de los ´80, cuando en España había muchas y muy buenas antologías de historietas para adultos y una industria que funcionaba en torno a ellas. A la industria había que alimentarla y para eso había que tener a cuatro o cinco guionistas laburando a pleno y además, promover constantemente a nuevos dibujantes, surgidos del under, o de donde pintaran.
Uno de los que menos duró en el spotlight fue Alfredo Genies, hijo del legendario Manfred Sommer, que después de publicar muy poquito en fanzines, apareció con Alex Magnum en las páginas de Metropol, pasó de ahí a Zona 84 y un par de años más tarde le perdimos el rastro, porque le pareció más copado dedicarse a la ilustración. Al principio el dibujo de Genies era un poquito crudo, pero ya mostraba las dos principales cualidades de su padre: un gran manejo del blanco y negro y un talento nato para la narrativa. A la influencia de Sommer, se le suman dos más, muy fuertes: la de Hugo Pratt y la de Horacio Altuna. O sea que los primeros trabajos de Genies son una mezcla entre Sommer, Pratt y Altuna (más sutiles toques de José Ortiz y Cacho Mandrafina) a la que le falta un toquecito de cocción, pero que está muy por encima de lo que se podía esperar de un novato. Con el correr de los episodios, Genies mejora y –sin renunciar a un cierto salvajismo underground- se empieza a perfilar como un gran dibujante de estilo realista, no a la altura de los maestros a los que estudiaba, pero muy notable. Una lástima que después de Alex Magnum no haya vuelto a dibujar historietas.
Y si bien fue Genies quien concibió al personaje, este no tuvo nombre, ni profesión, ni demasiada onda hasta que el consagradísimo Enrique Sánchez Abulí aceptó formar equipo con el dibujante para convertir esos diseños en una serie. Abulí fue a la fácil: Alex Magnum es como Torpedo, pero del lado de la ley. Corrupto, cínico, violento, inescrupuloso y canallesco, pero con licencia y arma otorgadas por el gobierno. Y para maquillar un poco el auto-afano y potenciar esa estética cyber-punk y mugrienta de Genies, en vez de en la década de 1930, Alex Magnum opera en la de 2030: un futuro cercano (más para nosotros que para los lectores de 1985), con niveles de decadencia y sordidez urbana similares a los de la época de los gangsters, pero con la posibilidad de incorporar elementos de ciencia-ficción (autos voladores, androides, drogas de diseño, etc.) a los que Abulí y sobre todo Genies, le sacan muy buen provecho.
Como Torpedo, Magnum vive breves historias autoconclusivas manchadas de un humor negro y malalechístico como pocos, pero a diferencia del inigualable Luca Torelli, no cuenta con un elenco de personajes secundarios recurrentes. Los compañeros, rivales, enemigos y transas no se repiten de un episodio a otro y si bien no es algo que se perciba como falencia (por lo menos en estos nueve capítulos que incluye el álbum), le pone un techo un poquito bajo a la serie. Que igual funciona muy bien, dentro de parámetros muy ochentosos, pero que no han envejecido demasiado.
A la hora de buscar en la web la portada del libro, me encuentro con que en 2009 salió un tomo integral de Alex Magnum, de casi 200 páginas. Eso significa (me acabo de enterar) que además de estos nueve episodios hay unos cuantos más (seguramente 10 ó 12) que no tengo y que en una de esas leí en Zona 84, pero no me los acuerdo. La edición de Toutain, que es la que tengo, es difícil de encontrar, así que si te resulta interesante el planteo de la serie, tirate de una a la edición más reciente (creo que es de Glénat), que debe ser más fácil de encontrar y además trae la obra completa. Si lo ves barato, chiflá y me lo compro yo también…

1 comentario:

Junior dijo...

que buen rescate,Andrés!!!¡cómo me gustaba Alex Magnum!...una perla enterarme que es hijo de Manfred Sommer.Esa imperfección en el dibujo lo hacía muy atractivo.Muy lindo recuerdo.