Me cebé mal con el western francófono, nomás. Me pegó tanto Bouncer que empecé a buscar para atrás y me encontré con Comanche, una serie emblemática de la década del ´70, que salía en el Journal Tintin, siempre de a poquitas páginas por semana, y después se recopilaba en lujosos tomos de tapa dura. En total, y con varios parates en el medio, la serie se publicó hasta 2002, pero la pulenta –dicen- son los 10 primeros tomos, que son los realizados por la dupla creadora, integrada por dos belgas de lujo: el guionista Greg y el dibujante Hermann (la dupla sin apellidos, de acá en más). Cuando Hermann dejó la serie, Greg escribió cuatro tomos más, pero no era lo mismo.
En una comiquería de Rosario me encontré varios tomos de Comanche originales, editados en Bélgica en los ´70, obviamente en francés. Compré dos, leí uno, y me guardé otro para el año que viene (sí, ya estoy comprando material que no voy a poder leer antes de fin de año). Yo había leído alguno en castellano, cuando Billiken los editaba como un suplemento dentro de la revista en épocas de verano, allá por el ´77 o ´78, no recuerdo bien (posta, era muy chico). Obviamente no me acordaba nada, excepto que había cowboys y unos dibujos de la San Puta, que en su momento me parecían un poquito más pedorros que los de Antonio Hernández Palacios, cuyos westerns conocía por la revista Trinca. No es que ahora sean mejores (difícil superar a Hernández Palacios a la hora de dibujar un western realista), pero como en los ´80 me hice fan de Hermann, estoy en condiciones de disfrutar mucho más esos dibujos en los que ya se insinuaban muchas de las genialidades que el belga nos regalaría en las décadas posteriores.
Este tomo, Les Loups du Wyoming, es el tercero de la serie, editado en álbum en 1975. La protagonista es Comanche, una chica valiente y un poco cabeza dura que –nunca supe cómo- está al frente del rancho 666. Pero es la protagonista hasta ahí nomás. Está muy claro que la idea es repartir el juego entre Comanche y sus empleados, cinco tipos a las órdenes de una minita, cosa que en el duro far west no sé si era tan frecuente. De los cinco, el que más chapa tiene, o por lo menos al que más bola le da la dupla sin apellidos es Red Dust, el guacho recio y fachero, quien en buena parte de la aventura eclipsa por completo a Comanche. De todos modos, el verdadero artífice de la derrota de los villanos será un personaje creado sólo para esta aventura: Braggshaw, un sacerdote poco ortodoxo, que predica la paz y el amor pero no duda a la hora de pelar el chumbo y disparar. Paradójicamente, es Red Dust quien menos se copa y más choca con quien tendrá el rol más destacado de esta saga.
El argumento de Greg es bastante lineal. No tonto, ni siquiera predecible, pero ni por casualidad tan oscuro, complejo y realista como los dibujos de Hermann. Hay malos muy malos, buenos muy buenos y un montón de guita que no puede caer en las garras de los villanos para que no se paralicen las construcciones en un pueblo vecino al rancho, en las inmensas planicies de Wyoming. Y por ahí pasa el subtexto más sutil propuesto por Greg: se viene el progreso, muchachos! Hasta los majestuosos bosques de Wyoming pronto dejarán de ser terreno salvaje para integrarse a un país moderno, pujante y civilizado. La reacción frente a eso no es igual en Comanche que en Red Dust, y mucho menos en los hermanos Dobbs, los malos de esta película. Por ahora, ese punto está apenas sugerido, pero por ahí más adelante Greg se decide a explorarlo a full. Como en todo western “serio” va a morir mucha gente, más que en cualquier otra historieta de las que recuerdo haber visto en los ´70 en las revistas para chicos. Por lo menos no hay torturas ni gente morfada por los lobos, como en Bouncer, Blueberry y otros franco-westerns un toque más jodidos.
Del dibujo de Hermann ya hablé bastante y me queda por destacar una cosa: que no es tributario del de Jean Giraud, una especie de milagro en el comic de cowboys made in Europe. En todo caso, Hermann mira más a Jijé (el maestro de Giraud) y obviamente a Hernández Palacios. El resultado es muy atractivo, con una narrativa muy ágil y un dibujo que combina rigor documental con mucho margen para darle expresividad y onda a los rostros de héroes y villanos. Lo único lamentable es el color, muy precario para los standards actuales y que desluce mucho el dibujo de Hermann, especialmente en las (extensas) secuencias que transcurren en la oscuridad de la noche.
Greg no tiene ni medio fan en Argentina (creo), pero Hermann seguro que sí. Si sos uno de ellos, fijate si se puede conseguir de algún modo Comanche en castellano (o en el idioma que te guste) y jugale unas fichas, que además de mostrarte cómo dibujaba el ídolo en sus años mozos, te va a entretener con una aventura intensa, con muy buen ritmo y personajes sumamente atractivos.
Ah, en cuanto a lo que decía antes de que ya estoy acovachando material que voy a poder leer recién en 2013, sé que es un poco temprano, pero te tiro igual la bomba atómica: El año que viene hay SEGURO cuarta temporada para este blog.
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7 comentarios:
¡Uh, grosso!...Cuarta temporada de 365 comics. Una buena noticia tirada con anticipación. Nos ahorraste unos cuantos ruegos.
La semana pasada encontré en mi biblioteca unas viejas revistas de "Éxitos Europa", de esas que hacía comprarle a mi vieja -resignada- ante mi interés por todo lo que un puesto de diarios ostentara y pareciera un comic; dos de "Archie Cash" y una de "Jerry Spring". No conocía a Jijé, y de pedo recordé su apellido al leer esta reseña. Ahor me dió curiosidad, siendo que influyó al maestro Moebius. Voy a ver si me la leo en estos días.
Saludos y gracias por las buenas nuevas.
Me voy a escuchar el Podcast sobre historieta argentina; la primera parte fue imperdible.
Jijé no es un apellido, N.N.
Era un apodo. Su verdadero nombre era Joseph Gillain.
Y nunca es tarde para descubrir a quien fuera el maestro de Giraud...
Andres, creo que tenes una adiccion. Y nosotros tambien, claro ;-)
Hablando del Color. Hace poco me compré una pilita de libros de Lucky Luke de Grijalbo y algunos de Abril. Quedé muy decepcionado por el color. Plenos de Color a lo columba, me imagino que no será así también en las ediciones francesas, o si?
Sí, es así en todas las ediciones. Pero bueno, eran otras épocas. Los álbumes más nuevos de Lucky Luke tienen un color mucho más cuidado.
Deberias cambiar el nombre al blog ya que en lo que va este año es mas mentiroso que nunca.
Sí, pero ya quedó así. Sería medio raro cambiarle el nombre.
Igual lo del compromiso de los 365 días seguidos valía sólo para 2010. Con el desafío superado, de ahí en más es todo bonus track. En ese sentido, no se aceptan quejas por los días en los que no hay posts.
De hecho, si le entro al 2013 es porque la variante que exploré este año (no postear durante las convenciones) me resolvió un problema importante. Con la obligatoriedad del post diario sí o sí, caiga quien caiga, ni en pedo seguiría adelante con el blog.
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