Vampiros, zombies, fantasmas, inmortales, un pibe que se transforma en terrier, una especie de Frankenstein soviético, un cerebro que vive dentro de una cafetera, un viejo cuya mente habita en el cuerpo de un chimpancé, una agencia gubernamental secreta integrada por freaks sobrenaturales y una corporacion con su propio ejército de cazadores de monstruos, armado con ninjas, francotiradores y artistas marciales. ¿No será mucho? ¿No nos habremos ido demasiado al carajo?
Y no, la verdad que no. De alguna manera, Chris Roberson se las ingenia para que por los costados de este incesante desfile de criaturas una más bizarra que la otra, avance un argumento lineal, fácil de seguir, con conflictos bien definidos, e incluso para que entre medio de todo el kilombo avancen sub-argumentos como el del romance entre Gwen (la protagonista) y Horatio, o el misterio de Gavin (el hermano de Gwen), o las extrañas vueltas de tuerca en la trama que involucra a Galatea (la villana), Claire y el cadáver de Francisco.
Es una especie de milagro irrepetible, porque casi cualquier otro guionista se armaría tanto kilombo con tantos elementos, tantas facciones cruzadas y tanto para explicar (como para que cada bizarreada resulte mínimamente digerible) que la serie sería imposible de seguir. Por ahora, y a dos tomos del final, todo parece muy coherente, todas las sub-tramas parecen avanzar hacia un desenlace bien pensado. Claro, en este devenir de las tramas también hay giros sorprendentes, como el que Roberson le pega en este tomo a Amon, o a la relación entre Gwen y Horatio y entre este último y Diógenes. La idea –creo yo- es que no nos distraigamos de lo fundamental: esto está lleno de criaturas extrañas, pero en el fondo, son todos humanos, y siempre por encima del kilombo y las luchas (bastante sangrientas, cabe aclarar) se imponen los conflictos que tienen que ver con los sentimientos, con las pasiones. En función de eso, Roberson cuida muchísimo los diálogos, cuyo realismo contrasta brillantemente con lo estrambótico de los personajes y de ciertos aspectos de la trama.
Este por ahí es el tomo más virado a la machaca de los tres que leí hasta ahora, pero hay un equilibrio muy logrado entre la acción, el misterio, el romance y la comedia. Incluso hay bastante machaca en el episodio que habitualmente Roberson le dedica a la exploración del pasado de algún personaje secundario. Esta vez elige revelarnos el origen de Diógenes en una historia fumadísima y muy intensa, ambientada en Brasil, con vampiros, ninjas y hombres-jaguar en la que el Carnaval de Río –por contraste- casi parece una escena de rutina, de algo normal que se ve cualquier tarde de Agosto caminando por Florida.
El flashback al pasado de Diógenes cuenta –una vez más- con un invitado de lujo: el inmenso Jay Stephens, un tipo al que se le dio poca bola en sus años de historietista y después optó por la animación, un campo en el que se consagró con su serie The Secret Saturdays. Stephens (cuyas historietas son todas de muy buenas para arriba) dibuja este episodio en su estilo más “superheroico”, limpito, sintético, muy dinámico, y a la vez con una impronta más rara, más oscura, tipo Beto Hernández. Una belleza.
El resto del tomo está todo dibujado por el cada día más grosso Mike Allred, el dibujante más groovy, más cool y encima uno de los más facheros que tiene el mercado yanki. Allred vuelve a lucirse en el dibujo y en la narrativa como si los guiones los escribiera él y como si tuviera cuatro meses para dibujar cada episodio. En una de esas tiene 134 asistentes, ni idea. Lo cierto es que en cada viñeta de iZombie el ídolo pone todo y mucho más. Y sin repetir! Por ahí en X-Statix las escenas de combates entre seres superpoderosos nos remitían al toque a cosas (maravillosas) que ya habíamos visto en Madman o The Atomics. Acá no. Yo soy muy fan de Allred, lo sigo a todas partes y nunca lo vi dibujar escenas de machaca ni remotamente parecidas a las que pela en esta saga. Monstruoso lo suyo.
Y bueno, iZombie se termina en el Vol.5 y no está mal. Las revelaciones jodidas de este tomo seguro van a servir para que el desenlace sea impactante, impredecible, bien climático. Veremos cómo se las ingenia Roberson para cerrar tantas puntas y encauzar a tantos personajes hacia un final satisfactorio. Por lo visto hasta ahora, le tengo mucha fe.
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4 comentarios:
Perdón, vuelvo a lo de Daredevil del posteo anterior. Quería preguntarte algo. Tanto Bendis como Brubaker, al irse, dejan al personaje en una situación complejísima, pensando quizá en qué carajo hará el guionista que les seguirá para sacar las papas del fuego. Esto por un lado es, para el escritor que reemplaza al que se va, un estímulo de seguir ciertos pasos y de llenar unos zapatos muy grandes. Pero por el otro, es como que el autor no le da un final a su historia, propiamente dicho. Y tengo como un conflicto interno en decidir si eso está bueno o si es lavarse un poco las manos onda "y bueh... a mi me lo entregaron para el orto, ahora que se arregle el que sigue". ¿Me explico? Más allá de si leíste los finales de ambas colecciones (que creo que aún no), ¿qué pensás de esta actitud de un guionista? ¿Es algo que presiona en un buen sentido a su sucesor o es un atajo a la hora de irse a la mierda? ¡Adieu!
Lo más probable es que Brubaker haya propuesto un final muy radicales, muy brutal para sus respectivos runs en Daredevil y alguien en Marvel le haya dicho "Bajemos un cambio, maestro, pensá que después de que te vas vos, la serie tiene que seguir".
Así es como a veces estos finales de etapa tienen gusto a "salida negociada", a un punto medio entre lo que el autor saliente propone y la editorial deja hacer.
En el caso de Bendis, creo que sabía que la serie pasaba a manos de Brubaker y charló con él para ver qué convenía cerrar y qué no de las tramas que venía trabajando Brian Michael. Fue una transición más consensuada entre el que se iba y el que venía, me parece.
Puede ser, no lo había pensado. Pero como ambos tenían un final similar, me pareció que era una especie de "a ver qué hacés ahora, cagate". Pero en fin, tenés que leer el final del de Bendis y todo el de Brubaker, son uno mejor que el otro.
a mi me encanto esta serie,lastima que solo la pude leer traducida(tradumaquetada)solo el primer numero.
el resto lo habia visto en ingles y la trama asi como las historias de los personajes estan interesantes.
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