Hoy voy a hacer un poquito de trampa. Mi tía, que vive en Italia, nos vino a visitar hace unos meses y me trajo el Gipi Omnibus, un mega-broli de 370 páginas que recopila tres álbumes del gran Gipi: un tomo de historias cortas y dos novelas gráficas. Pero vamos a hacer de cuenta que no, que hoy sólo tenía para leer el tomo de historias cortas y más adelante le vuelvo a entrar al Omnibus para leer y comentar las novelas gráficas.
Esterno Notte (o Exterior Noche, como lo tradujo acertadamente la editorial Sins Entido para la edición española) reúne seis historietas realizadas por Gipi entre 2001 y 2003, todas con una técnica de dibujo muy rara, muy innovadora, en base a óleos. Además de las viñetas con su dibujo “de siempre” (que suelen ser aquellas en las que se ven de cerca los personajes), estas seis historias te detonan las retinas con unas viñetas más grandes, a veces del tamaño de la página completa, en la que Gipi dibuja paisajes, no gente, y ahí es donde logra las imágenes más memorables. Los paisajes son etéreos, casi fantasmagóricos, todos engamados en un azul grisáceo, plomizo, ominoso, que opera sobre la referencia fotográfica y la convierte en parte de un lienzo, parte de algo distinto, de enorme belleza plástica. Aunque las historias no tuvieran el más mínimo interés, cualquier estudioso de las técnicas pictóricas aplicadas al comic debería comprarse este libro para tratar de descular la técnica que exhibe Gipi en estas páginas, algo que yo jamás había visto, ni siquiera en zarpados como Bill Sienkiewicz o Ben Templesmith.
La primera historia cuenta la vida de “el Faccia”, un matoncito de la B Metropolitana que existió en la vida real y al que la suerte nunca lo acompañó. Más allá del dibujo (perfecto e impredecible por donde se lo mire), no ofrece mayores sorpresas. Por ahí el uso ingenioso y atrevido de los bloques de texto, pero no mucho más.
La segunda historia tiene que ver con el momento más traumático en la infancia de Gipi (no lo vamos a contar, así cuando lo leas te sorprendés). Con muy buen tino, el autor no recrea esos violentos hechos, sino que describe con frialdad y distancia, con mucho detalle, la vida de este niño durante el día previo a la fatídica noche.
La Facce Nell´Acqua es una historia rara, casi de ambientación post-holocausto, que originalmente se pensó para una película con actores. Está repleta de grandes diálogos y tiene algo raro en la obra de Gipi: mucho protagonismo para un personaje femenino. Al final por ahí le falta una vueltita más de tuerca, pero está muy bien.
La historieta más corta, además es la mejor. Se llama Mácchina Sotto la Pioggia (Auto bajo la lluvia) y en apenas siete páginas plantea y resuelve una situación tensa, que te logra poner nervioso, desarrolla muy bien a un par de personajes y baja una línea muy inteligente que la pone al borde del meta-comic. Una verdadera joya.
La quinta también tiene apenas siete páginas y una cierta onda autobiográfica. El argumento es blandito. Lo que le interesa a Gipi es bajar línea acerca del peligro que rodea a las carreras ilegales de motos en la ruta que une a su pueblo (él vive en un bosque, en lo alto de una montaña) con la ciudad.
Y la última historia, mucho más larga que las otras (32 páginas dibujadas como la hiper-concha de Dios) le disputa la medalla de oro a Mácchina Sotto la Pioggia. Esta es la única que es 100% ficción, que no está basada ni en la vida de Gipi ni en ninguna historia verídica. Todo transcurre a bordo de un barco petrolero alemán durante la Segunda Guerra Mundial y si bien tiene un tono intimista, pachorro, muy de contemplación, también hay algo así como una aventura, un conflicto con buenos y malos (obviamente los nazis). En las últimas cinco páginas, el guión pega un giro totalmente inesperado (y brillante) como para terminar muy, muy arriba, con un fuerte simbolismo y con un broche de oro para una historieta realmente formidable.
Nunca había leído historias cortas de Gipi y la verdad es que el promedio de estas seis es muy favorable. De todos modos, cuesta evaluar fríamente las historias, porque el dibujo y la narrativa son tan, pero tan espectaculares que producen escalofríos. La próxima vez que lea a Gipi, será una historia mucho más larga, como Garage Band y Apuntes para una Historia de Guerra, que son las que me hicieron fan de este genio italiano. Arrivederci!
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5 comentarios:
Hola Andrés. ¿Cómo estás? Muy bueno tu laburo en este blog. Lo leo siempre en ms ratos libres. Te cuento que soy Periodista De Espectáculos y me llegó una información que podría interesarte a vos y a los lectores de este sitio y de la comiqueando, ahora que estamos celebrando 100 años de historieta argentina.
Te paso el link:
http://dentrodelespectaculo.blogspot.com.ar/2012/08/miguel-angel-sola-vuelve-la-television.html
Un abrazo.
Sí, sabía porque el guionista de la serie es mi amigo Luciano Saracino, que además escribe historietas.
Andrés, te quería preguntar. ¿Qué es lo mejor que escribió Paul Dini en materia de cómics? Que no sea del universo animated, digo. ¿Hay algo que sea potable? Gracias!
Ni idea, nunca leí lo que hizo para DC por afuera del universo animated. O sea que te diría Jingle Belle...
Yo leí la de Harley Quinn que dibujó Yvel Guichet(confieso que tuve que buscar el nombre porque ni lo conozco), la que tiene la tapa con Harley y Joker hecha por Alex Ross. Me pareció buena, pero a mi me vendés cualquier cosa que tenga a Harley.
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