el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 19 de agosto de 2013

19/ 08: SÚPER PUTA

Manel Fontdevila (no me canso de repetirlo) es uno de los mejores autores que dio la historieta española, en toda su historia y en todos los estilos. Habitualmente asociado al humor costumbrista o la sátira de géneros con tintes bizarros, a mediados de la década pasada Fontdevila invirtió todos los ratos libres de casi dos años de su vida para trabajar en una historieta extraña, absolutamente experimental, cuya gracia se limita al título. Súper Puta (2007) no se parece en nada a lo que te imaginás. No es la versión española de The Pro (aquella joyita de Garth Ennis y Amanda Conner), ni nada por el estilo. Se llama así porque el autor quería un nombre potente, directo, que fuera al choque. Pero podría llamarse tranquilamente “Pantera”, “El Hada Amarilla” o “Sombreros Mexicanos”.
Súper Puta tampoco se parece en nada a los otros comics del inmenso Manel. Aquí el autor suelta el lápiz y la rotring y se lanza a dibujar más de 100 páginas directo con pincel, sin boceto previo y además... sin guión! Fontdevila adopta el estilo de los surrealistas, la escritura automática (o psicografía) que utilizaba André Breton, y se lanza a contar una historia extensa y compleja... sin tener la menor idea de qué iba a suceder en la página siguiente. Cada vez que se le ocurría una idea de cómo continuar la historia, la anotaba... para NO usarla! Por supuesto hubo un filtro, y terminó por rehacer o tirar a la mierda entre 20 y 30 páginas que no lo conformaban. Pero la historia se armó a base de improvisar todo, de dejar fluir dibujos y textos hacia donde soplara el viento del subconciente del autor.
Como te imaginarás, el resultado se pasa de críptico. Algunas escenas se extienden demasiado, otras directamente no se entienden y hay puntos importantes de la trama que casi no tienen explicación. Aún así, y aunque parezca mentira, la historia llega a una especie de desenlace bastante coherente y los personajes son consistentes con sus roles, no hacen una cosa y después todo lo contrario. De todos modos, Súper Puta entra en la categoría de “delirios de un autor al que le chupa un huevo laburar de espaldas al público” y sólo por eso, no se lo puede recomendar a los que no somos fans a muerte de Fontdevila.
Lo más raro que tiene esta novela es la forma en la que están integrados el dibujo y los textos. Estos últimos aparecen manuscritos por Fontdevila y además ocupan un porcentaje muy alto del espacio en la página. Hay poquísimas viñetas sin texto y muchísimas que sólo tienen texto. O sea, hay muchísimo para leer. Buena parte de lo que escribe Manel no va a ningún lado, son juegos retorcidos con el idioma, que le sirven a su vez para jugar con las tipografías que –repito- crea él mismo con su puño y letra. Dentro de ese caos, hay textos de gran nivel literario, profundos, elevados, muy interesantes, más allá de su ínfimo aporte a la trama.
Y el dibujo es -como siempre- sublime. Incluso sin boceto, incluso resistiendo en las márgenes de páginas invadidas por ingentes cantidades de texto, el dibujo de Fontdevila es excelente, de punta a punta. Cerca del final hay una secuencia (rarísima) en la que abandona su estética habitual, limpita, ideal para la comedia, y pela unas imágenes oscuras, ominosas, en las que reverberan Igort y José Muñoz. Es uno de los momentos visualmente más logrados dentro de esta extraña exploración por la mente del maestro catalán.
Con Súper Puta, Manel Fontdevila se dio el gusto de escribir y dibujar una historieta no pensada para agradar a las masas que lo siguen semana a semana en El Jueves, sino creada para joder, para probar cosas nuevas y muy limadas. El gesto es, sin dudas, loable. El comic en sí, sin ser un desastre, necesitaba un andamiaje más sólido a nivel guión para sostenerse todas esas páginas. Como esperé a verlo en oferta para comprarlo, no me quejo ni ahí. Sólo con los alucinantes dibujos de Fontdevila, se recontra-justificó la guita que gasté.

4 comentarios:

Rodrigo Lopez dijo...

Andres, recuerdas otras obras hechas de esta misma manera?...o sea improvisando sobre la marcha?...Lapinot de Trondheim no es asi tambien?


Saludos.

Andres Accorsi dijo...

La primera aventura de Lapinot está hecha sin boceto y sin ninguna idea de cuántas páginas podía abarcar, pero creo que Trondheim iba anotando ideas para desarrollarlas, no para descartarlas.
Las posteriores tienen bocetos y guiones ajustadísimos.

Maxi dijo...

La primera de Lapinot es "Slaloms"?

Andres Accorsi dijo...

No, Lapinot y las Zanahorias de la Patagonia.