Este es un típico libro-trampa. Majestuosa edición, hermosas tapas duras, pero adentro tenemos sólo 88 páginas, de las cuales apenas 50 son de historieta. Una ecuación disparatada, sobre todo si pensamos que es un libro que cuesta u$ 35 (por suerte lo conseguí a mucho menos). A favor de la edición, debo decir que de todas esas páginas que no tienen historietas, 15 son ilustraciones en las que el maestro británico Rian Hughes juega a imaginar portadas de revistas de historietas, en la línea de “las de monstruos y bizarreadas” que dibujaban Jack Kirby y Steve Ditko a fines de los ´50 y principios de los ´60, pero con un twist: en las portadas de Hughes todas estas apariciones de criaturas extrañas y fenómenos inexplicables están claramente ambientadas en Inglaterra. Y por supuesto, como todas las ilustraciones de Rian Hughes, son alucinantes, con el típico virtuosismo, la sutileza y la fina mala leche de este genio de la línea clara posmoderna.
El núcleo duro del libro, los relatos a los que hace referencia el título, son ocho historias cortas, originalmente publicadas en 1992 en el semanario 2000 A.D., todas dibujadas por Hughes y repartidas entre tres guionistas. Dos las escribe Alan McKenzie (que era el coordinador de la revista), dos están a cargo de John Smith (un guionista bastante respetado en el Reino Unido, al que nunca le fue bien cuando intentó laburar para EEUU), y las cuatro restantes las escribe un muy joven Mark Millar, a quien no hace falta presentar, me parece. En cada una de las historias, el anfitrión Hilary Tremayne nos presenta una especie de mini-documental acerca de un caso extraño e increíble, de esos que la ciencia no logra explicar. Veamos qué tal salieron.
La primera, escrita por Millar, es seguramente la más floja. Tiene un cierto olorcito a The Invisibles (aunque es anterior) y te logra poner nervioso, pero está claro que no era una historia para desarrollar en seis míseras páginas. En la segunda, McKenzie decide explorar la variante más festiva, y con una historieta claramente en joda logra un resultado excelente. Acá sí, seis páginas era la extensión justa para la idea que se le ocurrió al guionista.
Para la tercera historia, Millar se juega a dale un giro perturbador y sobrenatural a una historia real, la del italiano Guglielmo Marconi, el inventor de la radio a transistores. La historia tiene un ritmo parecido al de los Big Books y cerca del final, Hughes se zarpa con una puesta en página que bien podría haber inspirado a Chris Ware para su Acme Novelty Library. En el cuarto relato vuelve McKenzie, de nuevo con un tono más liviano (y un muy lindo gaste a Star Trek), pero la trama es más finita y a duras penas logra llenar las seis páginas. Por suerte lo tiene a Hughes haciendo magia en el dibujo y el color.
Las dos historias de John Smith son excelentes. La primera es la más espesa, la que crea más tensión, y la que –de nuevo- maneja más conceptos de esos que veríamos más tarde en The Invisibles y otros comics de Vertigo. La segunda (un gran chiste cinéfilo) es más brutal, mucho menos verosímil y más bizarra. Pero también funciona.
Y cerramos con dos de Mark Millar, en la que levanta mucho la puntería. The Secret Month Under the Stairs es, me parece, la mejor historia del tomo, una idea absolutamente genial muy bien desarrollada en esas poquitas páginas, que se podría retomar perfectamente para una miniserie de seis episodios. Y la última historieta es la única de ocho páginas y la única publicada en 1994. Esta es la más cruda, la más asfixiante y sin dudas la que más se emparenta con The Invisibles, con su trama de conspiraciones y meta-realidades. Parece un delirio plantearse algo así en 8 páginas, pero a Millar le salió más que bien.
Y por supuesto, tanto las historietas como las ilustraciones y las páginas de relleno tienen la magia gráfica de un Rian Hughes imbatible, un distinto, un exquisito, el equivalente inglés de Daniel Torres, Sento, Michael Cherkas, Serge Clerc, o cualquier autor de “estilo atómico” que quieras sumar a la lista. Si te cierra la estética de Hughes, su tratamiento del color, de la línea y de la tipografía, visualmente este libro te parte la cabeza. Y si además te causa gracia la mirada posmoderna a aquellos comics repletos de freakeadas y bizarreadas, seguro que lo vas a disfrutar a full. No se lo recomiendo a los junkies de Mark Millar que se quieran comprar todo lo que escribió el escocés, porque hay sólo 26 páginas escritas por él y se parecen poquísimo a sus trabajos más populares.
Igual, si tengo que elegir entre tirar abajo de un bondi a Hughes o a Millar... nos quedamos sin Wanted y sin Kick Ass, me parece.
viernes, 25 de octubre de 2013
25/ 10: TALES FROM BEYOND SCIENCE
Etiquetas:
antología,
Mark Millar,
Rian Hughes,
Tales from Beyond Science
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5 comentarios:
Al ver la tapa, por un segundo pensé que era de Daniel Torres.
¿Es trofeo de New York?
andres me consegui un libro del cobra dibujado por arturo del castillo y guiones de ray colling, una orgasmo visual, de guion zaffa, ahi mas obras del dibujante
Rodrigo, los trofeos de New York se acabaron hace rato. Esto salió hace no muchos meses en el Previews y lo conseguí barato en Amazon.
Andrés, leiste algo de un autor español Max?
Sí, casi toda su obra. Es un genio, así, de una. Para el año que viene prometo reseñar dos libros suyos.
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