el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 17 de noviembre de 2014

17/11: TRICENTENARIO

Bancado con fondos concursables que entrega el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, este año se publicó en el país vecino Tricentenario, un muy buen comic de Enzo Nicolini y Claudio Bergamin.
Se trata de un thriller futurista, con un clásico detective medio loser que investiga la desaparición de una chica, un caso en el que no hay que ser un genio pra olfatear una espesa runfla de poder y corrupción. Lo más interesante es que esta aventura de Vicente Lobos transcurre 100 años en el futuro, cuando Chile se aproxima al festejo de sus 300 años como nación independiente. Como en las buenas historias ambientadas en el futuro, Enzo Nicolini aprovecha para bajar línea acerca de la sociedad y la política chilenas de hoy. Y acierta al mostrar (amplificadas con la lupa de los 100 años de distancia) las consecuencias de ese fanatismo que hay en Chile por el capitalismo salvaje, la privatización de cualquier cosa, la farandulización extrema de todo, incluyendo la política. Este futuro a simple vista resplandeciente y próspero tiene un costo alto, y Lobos de a poco descubre que los que pagan ese costo son (como en todo capitalismo salvaje) precisamente los que menos tienen.
Por supuesto, si Tricentenario se limitara a bajar línea no sería un comic tan atractivo. Acá hay, además, un relato apoyado en una estructura clásica, con muy buen ritmo, buenos diálogos y algunos hallazgos en la caracterización, sobre todo en los secundarios, porque hasta ahora Vicente Lobos mostró pocos rasgos que lo despeguen un poco del molde de este tipo de personajes.
Pará. ¿Cómo que “hasta ahora”? ¿No termina acá la historia? No. En ningún lado dice “Vol.1”, ni nada parecido, pero cuando llegás a la página 66, te está esperando una puñalada artera, una traición digna de Starscream o Julio Cobos en forma de la palabra maldita: “concluirá”. Dentro de lo horrendo que es llegar al final y encontrarse con que no es el final, prefiero el “concluirá” al “continuará”, porque por lo menos me genera la ilusión de que el siguiente tomo será, efectivamente, la conclusión de la saga. Pero el sabor amargo no me lo saca nadie. Creo que tuve la leve sospecha de que el argumento no avanzaba a la velocidad suficiente como para rematar todo en 66 páginas cuando Vicente se escapa del burdel de Wal. Ahí es como que empecé a no creerle a los villanos cuando prometían la confrontación “definitiva” con el héroe. Y bueno, llegó ese final que no es final y ahora a comerla, a esperar a que Nicolini y Bergamin entreguen otras 66 páginas.
Otra cosa: se nota mucho (diría Chiche Niembro) que esto se escribió en tres tandas de 22 páginas, como si fuese a publicarse en tres comic-books. Cada 22 páginas, Nicolini fuerza un cliffhanger arriesgado y Bergamin mete una splash-page impactante… que en el contexto global de las 66 páginas no resultan ni arriesagdos ni impactantes. Son ganchos un poco ramplones, un “ni se te ocurra colgar la serie acá, porque esto se está por poner recontra-heavy”, absolutamente innecesarios, porque finalmente los tres episodios se publicaron juntos y se leen al hilo, sin solución de continuidad. Ahora que saben que esto sale así, ojalá la próxima entrega no tenga esos golpes de efecto baratos cada 22 páginas.
Me falta decir que Enzo Nicolini es ingeniero y que este es su primer trabajo como guionista de historietas, lo cual lo hace muy loable. También es el primer comic de Claudio Bergamin, con la diferencia de que este último tiene una abultada trayectoria en la ilustración publicitaria y en lo que se conoce como “fantasy art”. En general, los ilustradores devenidos historietistas (en especial los que llegan muy cancheros en el tema de la ilustración digital) suelen hacer comics bastante aburridos, con demasiado énfasis en la superficie, en los yeites, y poco en la sustancia y en la narrativa en sí. Bergamin, por suerte, no entra en esa generalización. Su grafismo tiene onda y personalidad, no te mezquina un fondo ni por puta, la narrativa está muy cuidada y después sí, tenemos ese plus que es el festival de efectos digitales (muy a tono con la ambientación futurista de la saga) como complemento a un muy buen trabajo con el color. O sea que visualmente, Tricentenario ofrece un muy buen equilibrio entre un dibujo cuasi-realista tradicional y un despliegue cromático bien “cutting edge”.
Superada la decepción profunda de enterarme en la última página que esto no era una obra completa, ahora sí, recomiendo a los lectores del blog que tienen acceso a publicaciones chilenas que le den una oportunidad a Tricentenario y les pido a Nicolini y Bergamin que le metan pata a la segunda parte, así la tienen editada para Abril, cuando yo vuelva a cruzar la cordillera en busca de nuevas aventuras.

8 comentarios:

Luq dijo...

Ya que estamos con historieta latinoamericana (?), voy a viajar a México, ¿hay alguna comiquería en el DF a la que sea obligatorio ir?
Cualquiera que pueda ayudar, agradecido

gonzalo dijo...

Andres, por favor, modera los comentarios.

Gonzalo (otro) dijo...

Si vas a Mexico traete dulce de cajeta. Es el dulce de leche mexicano y se llama asi.

Anónimo dijo...

jajaja sí. Unas mexicanas que trabajaron con mi novia pidieron el cafe con eso en un starbucks y los vendedores no pudieron contener la risa.

y ojo con el mal de monteczuma (o algo así) que le agarro a un amigo que estuvo viviendo un par de años allá. La paso fulero.

Tornado

Anónimo dijo...

¿Capitalismo ''salvaje'' en Chile? Oye pobre diablo, kirchnerista chupahuevos, socialista de panfleto, de dónde sacas que en Chile se practica el ''capitalismo salvaje''? Revisa sus bajos índices de pobreza y altos índices de desarrollo antes de botar estupideces por el hocico.

El ''capitalismo salvaje'' es un término de la teoría marxista para referirse al capitalismo practicado durante la revolución industrial en países como Inglaterra, cuando había jornadas laborales de 16 horas, no existían derechos ni seguros laborales, la gente se moría en las fábricas, trabajaban niños y ancianos, etc. eso es capitalismo salvaje idiota. Chile tiene actualmente un sistema social-demócrata de libre mercado.

Pero bueno, qué se puede esperar de un tipo que anda leyendo toneladas de MARVEL Y DC a sus 50 años y nunca agarró un libro de historia o economía, y que además debe repetir el rollo kirchnerista de ''viva el ché y viva chávez'' para que te subvencionen tus festivales y te empaques un buen billetito en el bolsillo, señor ''montonero''.

Patético. ''capitalismo salvaje en Chile'' jajajajaja

Anónimo dijo...

Ven todo lo que se perderia si se quitan los comentarios anónimos?

A Accorsi no le calientan estas cosas, así que andate a tener sexo con tu perro, gonzalo pelotudo, estás más al pedo que los trolls vos.

Contratar a Jesica Cirio dijo...

Coincido que ha sido un muy buen comic de Enzo Nicolini y Claudio Bergamin.

Rodrigo Campos dijo...

Me parece mi estimado coterraneo que despotricar toda esa tanda de descalificaciones por la critica realizada por Enzo es demasiado,puedes no estar de acuerdo pero entrar a la descalificacion gratuita hacia el autor demuestra la baja capacidad del control de impulsos, y dejan absolutamente invalidos tus argumentos.
Soy chileno y autor de comics ,tengo 40 años y sigo leyendo comics,que puedes esperar de mi?, enseñarte a ser gente y sobretodo que siempre es facil esconderse en un "anonimo" para lanzar criticas tan poco honerosas como las emitidas por usted.