Uh, qué jodido reseñar un comic así, en el que no se puede contar NADA del argumento sin spoilear.
Snapshot es una novela gráfica autoconclusiva, obra de los británicos Andy Diggle y Jock. Originalmente se serializó en la Judge Dredd Megazine, después en cuatro comic-books publicados por Image y finalmente salió el TPB. El guionista cuenta en el postfacio que entre que terminó de armar el argumento y que se empezó a publicar en Inglaterra, pasaron ocho años. Felizmente, a lo largo de esos años Diggle y Jock trabajaron juntos en otros proyectos (la gloriosa The Losers y la bastante menos gloriosa Green Arrow: Year One), con lo cual la dupla llegó muy afianzada al momento de iniciar Snapshot. Acá se nota esa onda, esa comunión sagrada entre guionista y dibujante, esa magia presente en las grandes duplas que hace casi inverosímil pensar que esto es obra de dos personas y no de una sola.
La historia está ambientada en el presente, en la ciudad de San Francisco, tiene como protagonista a un pibe común y corriente que labura en una comiquería y que de pronto se ve envuelto en un thriller muy zarpado, a todo o nada, con unos giros argumentales tremendos y un nivel de violencia y mala leche muy al límite. Posta, no puedo contar mucho más sin spoilear.
Lo mejor que tiene Snapshot es que, además de los corchazos, las piñas y las persecuciones, baja una línea muy fuerte acerca de un tema candente: la especulación financiera como “poder detrás del poder”, como verdadero sistema de gobierno global, por encima de los mandatarios a los que eligen los pueblos. Diggle se juega a desentrañar la red de impunidad que encubre a la timba favorita del capitalismo globalizado, y nos cuenta cómo –cuando la timba está claramente amañada- salpica sangre para todos lados. ¿Qué tienen que ver las matufias financieras a nivel global con un pibe común y corriente que labura en una comiquería? No te puedo contar nada más.
Los diálogos están afiladísimos, el ritmo no decae nunca, el verosímil llega intacto hasta el final, y el final… no es para nada el que uno se imagina. Diggle se guarda un último giro argumental para el cierre y es tan coherente que te obliga a repensar todo lo que hicieron los protagonistas hasta ese punto. La verdad que es un gran guión, muy filmable, incluso. Habrá que ver si Hollywood se le anima, porque la temática es heavy.
El dibujo de Jock está perfectamente a la altura del gran guión de Diggle. Y la decisión de no colorear la historieta para la edición yanki fue sin dudas la más acertada que se podía tomar. Me encanta Jock en blanco y negro, se aprecia mucho más su pasión por el claroscuro extremo, su manejo de las tramas mecánicas y sobre todo la que para mí es su principal virtud: la forma tan personal en la que integra la referencia fotográfica a su grafismo. Jock es de esos que no te dibujan un edificio, ni un chumbo, ni un auto, ni aunque lo amenaces con infligirle la discografía completa de Palito Ortega, Raphael y Camilo Sesto. Todos los objetos que aparecen en escena son fotos retocadas y muchas de las poses de los personajes también parecen copiadas de fotos. Sin embargo, el inglés se las ingenia para darle una vuelta más a este recurso del que tanto se abusa en el comic actual, y convertirlo –de algún modo misterioso y genial- en un rasgo identitario, en una marca de su estilo personal. Decía recién que Jock no te dibuja ni en pedo un auto, pero acá hace algo que para la gran mayoría de los historietistas resulta una pesadilla tortuosa e interminable como el gobierno de Menem: una persecución de autos alucinante, con emoción, con vértigo, con recursos gráficos para que el lector realmente sienta las frenadas, los cimbronazos, los saltos, los volantazos y los choques con la misma intensidad con la que los sentimos cuando vemos persecuciones de autos en el cine. Muy notable, de verdad.
Así que recontra-recomiendo Snapshot, sobre todo si te gustan los thrillers espesos, asfixiantes y con mensaje. Con obras como esta, capaz que Andy Diggle logra que nos olvidemos de su pobre performance en Daredevil y que lo recordemos siempre por sus mejores laburos, que por suerte son unos cuantos.
lunes, 24 de noviembre de 2014
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6 comentarios:
Ayer leí que Deux ataca de nuevo
con otro manga que dificilmente sea concluido, pero aliado con Utopia Editorial, ¿qué sabes al respecto?
El nombre le queda al pelo. "Utopía".
No, de mangas no escuché nada.
Sí sé que Deux tenía los derechos para la edición argentina de Saga y de hecho ya la está editando en Perú. Acá, en cambio, se anuncia que a Saga la va a editar Utopía (sello del que no tengo ninguna información), con lo cual no es ilógico suponer que se trate de un socio o un testaferro de Muñones...
Hola Andrés. Te pregunto: sólo respondés en la entrada del día o también de días anteriores? Porque hoy te consulté algo en la entrada del 22/11. Saludos.
los yankis ultimamente se toman muy a pecho eso de que la historieta es "el cine de los pobres". hacen guiones que parecen para cine, dibujos calcados de fotos, paginas widescreen planificadas a lo storyboard....
Dr. Manhattan, sólo cuando estoy MUY al pedo miro los comentarios a las entradas viejas.
Para asegurarte de que te responda algo puntual, preguntá siempre en la entrada más reciente.
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