el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 15 de septiembre de 2010

15/ 09: THE TROUBLEMAKERS


Como era lógico, en algún punto de su carrera el maestro Gilbert “Beto” Hernández iba a querer contar historias que no tuvieran un carajo que ver con Palomar, ni con Luba, ni con nada de lo que venía desarrollando desde principios de los ´80 en Love & Rockets. Lo primero que hizo en ese sentido fue una saga en la revista L&R, también llamada Love & Rockets, que tuvo una recepción tibia, a pesar de su gran calidad. Su historieta recontra-porno, Birdland, también agarra para otro lado, pero las protagonista son Petra y Fritz, las hijas de Luba. Sus dos novelas gráficas en Vertigo combinaron originalidad y repercusión: Grip, y sobre todo Sloth, son dos joyas en la obra de Beto, sin nada que las vincule a su saga troncal. Pero durante su paso por Dark Horse, se le ocurrió una idea brillante: convirtió a Fritz en estrella de cine y ahora (de vuelta en Fantagraphics) nos cuenta historias que “adaptan al comic” las películas berretas en las que actúa Fritz. Esto le permite zarparse con otras temáticas y a la vez contar con los lectores que siguen a Fritz desde su infancia y a los que no les jode ver a la zezeoza de los senos monumentales en otros roles, totalmente distintos al que tenía en las sagas relacionadas con Luba y su familia.
The Troublemakers es una de esas pelis clase B en las que actúa Fritz, por supuesto sin zezear (se le escapa un sólo “yeth”). Es una historia de múltiples traiciones, al estilo Nueve Reinas, donde todos desconfían de todos y todos rosquean con todos, en busca de ese resquicio por donde meter la mano y cagarlos a todos. Fritz actúa en el rol de Nala, una chica que trabaja de ilusionista en un espectáculo de magia, pero que –en un giro típicamente Beto Hernández- por momentos hace magia de verdad. Vive un triángulo amoroso/ comercial/ tramposo con Wes, un chico mucho más joven que ella que quiere ser cantante de rock y supuestamente tiene contactos con mafiosos grossos, y con Dewey, un tipo mayor, otro malviviente que supuestamente se quedó con 200 lucas de un trabajo sucio. En el medio se mete Vincene, una zorrita astuta y sin escrúpulos, que también anda al acecho de una víctima a la que esquilmar.
Pero lo que podría ser una peli de Quentin Tarantino (de hecho, por momentos se le parece mucho), en algún momento derrapa hacia una peli de David Lynch. Aparecen elementos que no tienen ninguna explicación, obsesiones (como la de Wes por el talismán) y bizarreadas muy traídas de los pelos (como el destino de las siete balas perdidas en un tiroteo/ forcejeo). La impronta autoral de Beto le gana la pulseada a las convenciones del género y The Troublemakers termina siendo (como Grip y Sloth) un comic raro, experimental, donde la trama –que hasta cierto punto es vibrante, intensa, atrapante- sobre el final se desdibuja y nos deja con más dudas que certezas acerca de lo que realmente sucedió. Lo cual no está mal, para nada, porque Beto le saca un jugo alucinante a la ambigüedad e incluso a la incertidumbre que producen esos volantazos en el guión.
Del dibujo de Beto no hace falta hablar demasiado. Como siempre, combina personajes simples, casi icónicos, con fondos y paisajes muy trabajados y sorprende con su increíble equilibrio entre masas negras y espacios blancos. Los cortes, las pausas, el ritmo, eso Beto lo maneja de taquito desde siempre, no hay nada nuevo para descubrir. Lo que sí es nuevo es el efecto cine: como lo que estamos leyendo supuestamente es una película, Beto plantea para toda la novela gráfica una grilla de cuatro viñetas horizontales que se repite en las 120 páginas que dura la historia, un auténtico desafío para un genio de la narrativa visual.
Difícilmente The Troublemakers quede en la historia como uno de los trabajos definitivos de Gilbert Hernández. Pero es una muy buena historia de chamuyeros, cafishios, estafadores, traidores y ladrones, salpicada con violencia, sexo, elementos sobrenaturales, excelentes diálogos y los dibujos de un maestro que subió al Olimpo hace casi 30 años y jamás bajó. Si nunca leíste a Beto, la podés disfrutar como una saga 100% autoconclusiva, sin siquiera notar que la tetona de la piel paliducha no es Nala, sino Fritz Herrera, una de las hijas de Luba, haciendo de Nala.

7 comentarios:

Patricio dijo...

Y pinta excelente muy buena reseña, gracias por incluir más comic independiente.

Anónimo dijo...

que tal Andres, te voy a hacer una pregunta medio bizarra.

Hace unos cuantos años (fines de los 90) Trillo habia editado aca, con una editorial de el o algo por el estilo, una linea de comics, recuerdo que habia uno de Sol Rac, uno de el con Zaffino (Hoover) y el que me interesa a mi, MOTOSIERRA, era una historietita chota de 20 pico de paginas, medio Kent willimas pero cabeza ( B y n, solo tinta), lo firmaba un tal Woody Woodpecker, la pregunta es, que onda este ultimo, era un seudonimo de alguien (conocido me refiero) Hay algo mas de este autor? Entenderas que buscando en google, con ese nombre, se hace muy cuesta arriba.

Andres Accorsi dijo...

Si no me equivoco, el editor no fue Trillo, sino Doeyo.
Y -de nuevo, si no me equivoco- Woody Woodpecker era Enrique Santana, por entonces ayudante de Meglia.
Pero no estoy muy seguro, eh?

Anónimo dijo...

Ah, vaya, como decia editorial Meridiana supuse que era Trillo, pero ahora lo estoy viendo y si es de Doeyo, entonces supongo que se podran conseguir, no? En realidad este que te pregunte lo tengo, el de SOL RAC es el que nunca pude conseguir.

Otra cosa, Tigre Hotel ni en pedo se conseguira, no? ni se reeditara ni nada? Me acuerdo de una nota (tuya?) en un numero de perfil.

Andres Accorsi dijo...

No creo, Anónimo...
Tigre Hotel seguro que lo editó Doeyo y tengo entendido que en un momento mandó a destruir todo el saldo.
Me parece que hay uno perdido hace mil años en una batea de Punto de Fuga...

Anónimo dijo...

Hola, soy otro anónimo. Sol Rac era el primer número de esos cuatro y se debe haber agotado hace mil años, para mi el mejor de esos era Red Cartoon, lamentablemente nunca se supo quiénes eran los autores de todos esos comics.

Andres Accorsi dijo...

El de Red Cartoon también, estaba hecho por los ayudantes de Meglia. Creo que era Adriano Giolitti, pero no estoy seguro.