el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 24 de septiembre de 2010

24/ 09: JUSTICE LEAGUE: CRY FOR JUSTICE


Uh, esto es muy fuerte! Un relanzamiento de la Liga de la Justicia a cargo de James Robinson, el inglés que diera cátedra con su fundamental Starman, responsable además del excelente relanzamiento de la JSA de 1999. Encima con un grupo liderado por Hal Jordan, el personaje más taquillero que tiene DC en este momento (bueno, atrás de Batman, se entiende…). Por si faltara atractivo, el dibujo (en realidad, el arte) corre por cuenta de Mauro Cascioli, aquel pibe que a los 16 años dibujaba Cazador y hacía delirar tanto a fans como a profesionales. Y que, si bien se bajó de la vidriera, nunca dejó de dibujar y llegó a los 32 años con un nivel absolutamente demoledor, un estilo propio y una habilidad como narrador que en sus años mozos ni siquiera se intuía. Agreguemos un par de personajes bizarros pero con onda (Congorilla y el Starman alienígena, Mikaal) y se arma un combo prácticamente irresistible.
Hasta que le entrás al libro en sí. Ahí empiezan los problemas. El primero, y más obvio, es que la historia tarda cuatro números en empezar. Lo que pasa en el quinto episodio tendría que pasar en el primero, todo lo anterior es prólogo, es chamuyo. Los personajes se van juntando de a poco, hablan sin parar, y además hablan para los geeks, para los fans que se saben de memoria 50 o más años de continuidad de DC. Se llaman todo el tiempo por los nombres de pila, tipo -Che, Ray, ¿te contaron lo que le pasó a Jay?, -Sí, me comentó algo Ollie… -Bueno, a mí Donna me batió la posta: resulta que Dick y Wally, bla, bla, bla. Y nombran a villanos y héroes ignotos, y mencionan hechos semi-oscuros de la historia del DCU. O sea que si no tenés un promedio de 8 ó más en la materia Universo DC, esto es más inentendible que el éxito de Brightest Day.
El siguiente problema es la onda excesivamente dark. Okey, Robinson encontró la forma de rehabilitar a Prometheus, un villano de la era Morrison, y upgreadearlo para que sea una amenaza pulenta. Pero para que nos quede claro que es malo, hace la clásica boludez de cancherear y exhibir como trofeos los cadáveres de héroes pedorrísimos a los que nadie en su sano juicio recuerda o extraña, y a los que –no jodamos- el día que hagan faltan, los van a hacer volver. Esta vez el plan del villano está bueno y aunque los héroes se van a esforzar, el muy guacho les va a clavar una puñalada dura y jodida, que les va a doler principalmente a Green Arrow y su ex-sidekick, Red Arrow. Y será el veterano arquero (no, el Loco Gatti no, Ollie Queen), quien cambie justicia por venganza en un final impredecible, bastante traído de los pelos.
Otro detalle menor pero notorio es cómo Robinson tiene que pegar varios volantazos forzados. Se nota claramente que cuando meloneó esta orgía de sangre y destrucción, los protagonistas iban a ser otros, y a último momento se los hicieron cambiar. Mon El y Batwoman son los casos más evidentes, pero probablemente haya habido otros personajes con los que Robinson pensaba contar y en un punto le dijeron “No, flaco, los necesitamos para otra cosa”. Lo cierto es que el guión de Cry for Justice deja gusto a poco, a demasiada grandilocuencia, demasiada planificación, demasiado jugueteo previo para algo que cuando despega, vuela bajo.
Por suerte el dibujo de Mauro garantiza las emociones. Mauro le da a la historia un look fabuloso, pero a la vez muy real. Ves a los héroes y te los creés, no son dibujos ni fotos, son gente! Y el gorila es un gorila, no un chabón disfrazado de gorila! La paleta de colores, las pinceladas, todo se conjuga para crear climas potentes, memorables. La historia fluye con naturalidad a través de viñetas de los más distintos tamaños y formatos, sin dejarte nunca de garpe. Realmente, un trabajo absolutamente consagratorio para Cascioli, y una pena enorme que no haya dibujado la saga hasta el final. En los últimos episodios meten mano unos tercerones que tratan sin el menor éxito de capturar algo de la magia del crack argentino y deslucen mucho el resultado final. Como complemento, hay un unitario (lleno de sangre y tripas) que explica el regreso de Prometheus, muy bien dibujado por otro talento argento, Federico D´Allocchio.
En síntesis, si sos fan de la Liga, lo tenés que tener. Y si te gusta el dibujo realista, acá te espera uno de sus máximos exponentes a nivel mundial, o sea que tampoco lo dudes. En cuanto al guión, y bueno, no descubrimos nada nuevo si decimos que el Robinson de hoy conserva poca de la infinita chapa que cosechó en los ´90…

5 comentarios:

Booster dijo...

Justo lo que necesitaba mi billetera y mi novia, ahora con esta plata la voy a poder llevar a comer un pancho de parado.

Anónimo dijo...

Al editor de esto lo tienen que colgar de las pelotas , si el flaco no llega, LO ESPERAS, no podes ser tan grasa de poner a un pobre ñato a dibujar a los pedos y como el orto para sacarla ya.

Loris Z. dijo...

Este comic representa todo lo que está mal con el genero de superheroes en la actualidad.

Raptor Plateado dijo...

espero pueda con todo el peso...

Andres Accorsi dijo...

Podría ser peor, Loris... Por lo menos no tuvo 136 crossovers!