el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 18 de noviembre de 2010

18/ 11: VALERIAN: LES HEROS DE L’EQUINOXE


Insisto en la gilada de leer en desorden (en realidad, en el orden en que consigo los tomos) la serie que redefinió por completo al comic de ciencia-ficción y a la ciencia-ficción en general. Esta vez me toca entrarle al octavo tomo (que en España se editó como Vol.7, porque Grijalbo le cambió el orden a los tomos de Dargaud), otra aventura prácticamente perfecta. En este álbum, Pierre Christin y Jean-Claude Mézieres se las ingenian para 1) contar una gran epopeya de sci-fi, 2) invitarnos a reflexionar acerca del envejecimiento de las sociedades contemporáneas y sus consecuencias, 3) darle muuuucha chapa a Valérian y 4) mofarse un poquito de los superhéroes norteamericanos.
La historia es sencilla, lineal, casi obvia, pero está llevada con mano maestra por dos narradores increíbles. De la mano de Meziéres, las locaciones de la misteriosa “isla de los niños” cobran vida. De la mano de Christin, estos tres “superhéroes” (clones bien maquillados de Thor, Iron Man y el Dr. Strange) se convierten en personajes muy bien trabajados, a pesar de los rasgos paródicos. Y cuando la aventura se fractura en cuatro para seguir por separado a Valérian y cada uno de sus tres rivales, estalla la magia, la puesta en página muta y vemos en esta historia muchas cosas que para 1978 nadie había intentado hacer en este medio. La alquimia entre los autores (para esta etapa, ya íntimos amigos) es incomparable, es una simbiosis perfecta.
Y lo más loco: en todo momento sabés que Valérian (a priori el más débil de los cuatro héroes) va a ganar la competencia y va a ser el encargado de fecundar a esa especie de diosa-madre-actriz porno para dar vida a una nueva generación de niños en el envejecido mundo de Simlane. Y sin embargo, no sabés cómo va a suceder eso. El desenlace sorprende, la tensión es heavy, la emoción se sostiene hasta el final. Sufrimos junto a Laureline ante la muy palpable posibilidad de que Valérian muera (como tantos) en el intento por alcanzar la meta, o de que llegue y todo resulte una trampa mortal. Y nos cagamos de risa al final, cuando los celos por imaginar a su novio en brazos de la diosa-madre-actriz porno le ganan a las ganas que tenía Laureline de reencontrarlo sano y salvo y en vez de los besos vienen los pases de factura.
Por el lado del guión, hay que destacar cómo Christin les da voces propias y bien diferenciadas a cada uno de los campeones cósmicos, y cómo integra –sin desvirtuar la trama- una dosis de violencia mucho mayor que la que solemos ver en los álbumes de Valérian. Acá hay mucha machaca, y es electrizante. Por el lado del dibujo, hay un tributo a Moebius (el mejor amigo de Mézieres) cuando el falso Dr. Strange monta un pájaro muy parecido al de Arzak. Y hay un laburo infernal, demoledor, en la arquitectura del planeta Simlane. Los palacios, templos y edificios que se ven acá desafían a los más hermosos que te puedas imaginar y les rompen el culo. Realmente cuesta creer la complejidad y la belleza que Mézieres logró plasmar en cada una de esas vistas panorámicas.
Cuando un comic es así, fundamental, cuando sienta las bases de tantos comics (y películas) que vendrán después, suele cosechar una cierta pátina de impunidad, como para poder tener uno o dos episodios chotos sin que los fans los puteen demasiado. Pero a Valérian no le hace falta. No hay forma de que nadie en su sano juicio putee después de leer estas maravillas con las que Christin y Mézieres nos deleitaron durante 40 años.

5 comentarios:

Obi Bujannie dijo...

Genial reseña! Pienso exactamente lo mismo. Tuve la suerte de leerlo de chico y cada tanto releo sus aventuras.

quique alcatena dijo...

La saga de Valerian es imprescindible ( y deliciosa) lectura para cualquiera que disfrute de la ciencia ficción y/o la fantasía. Mezieres es un artista descomunal. Buenísimo, Andrés, haber rescatado esta obra.

Grupo Belerofonte dijo...

Valerian es siempre una maravilla. Recuerdo con mucho cariño "Bienvenidos a Alflolol" uno de los primeros albums en mi vida.

César Da Col dijo...

Comparto lo del maestro Quique! Que buena serie es Valerian! Tenía 10 años cuando leí "El Imperio de los Mil Planetas", y me voló la cabeza. Otro imperdible es "El embajador de las sombras".
Abrazo Andres!

Unknown dijo...

Algo que me encanta de esta historia es la crítica a los intentos de una cultura de imponerle a los demás un estilo de vida. Valerian les da el mejor regalo a los herederos de Simlane, el poder escribir su propia historia. Gran reseña, felicitaciones por el blog!