el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 22 de abril de 2011

22/ 04: LA MARQUE DU PECHE Vol.2


Ay, qué mala leche! Justo se viene a fundir la editorial que publicaba esta saga cuando faltaba un tomo para el final. Carlos Trillo pensó La Marque du Peché como una serie de tres álbumes y sólo llegaron a publicarse dos. Lo cual es una triple cagada: primero y principal, porque la historia quedó trunca; segundo porque estábamos frente al mejor trabajo de la larga trayectoria de Horacio Domingues, el dibujante que acompañó a Trillo en esta epopeya; y tercero, porque el segundo tomo me gustó mucho más que el primero, lo cual me permite suponer que un tercero podría ser aún mejor.
Y dicho esto, vamos a relativizar uno de los tres puntos, el de “la historia quedó trunca”. Sí, hay un tercer guión que quedará inédito. Pero el final del segundo tomo es eso: un final. Un final triste, desgarrador, sombrío. Pero un final al fin. No termina con la heroína colgada de un peñasco mientras de abajo la tirotean 50 monos, ni con un cartelito que dice “continuará”. O sea que, si asumimos que los buenos también pierden, o que no todas las historias de amor terminan con el chico y la chica abrazados, La Marque du Peché se puede llegar a digerir como una serie de dos tomos en la que quedan un par de cabos sueltos. Por otro lado, el guión de este segundo tomo es tan intenso, que acá sucede lo que normalmente sucede en dos tomos de cualquier serie pensada para el mercado francés. No sé si Trillo lo pensó así de movida, o si originalmente eran cuatro tomos y le dijeron “acomodá todo en tres”, pero lo cierto es que en estas 48 páginas pasan muchísimas cosas y todas las puntas esbozadas en la primera parte avanzan a full.
Como esto no terminó de editarse en Francia, las chances de que se edite en otro país (por ejemplo, este) son tan pequeñas como las de Lilita Carrió en las elecciones. Lo cual es decididamente choto, porque estamos ante una historieta que transcurre en Buenos Aires, en la época de Rosas. Este es el marco elegido por Trillo para la tormentosa historia de amor entre Angustias, la rica hacendada porteña, y Thomas, el dibujante y caricaturista francés, que llega al Río de la Plata huyendo de la intolerancia dictatorial de Luis Napoleón III y se encuentra con una intolerancia dictatorial un poquito menos civilizada que la de Francia. En el medio tenemos a los indios, a un relojero loco que fabrica réplicas mecánicas de los seres humanos y a un clásico de Trillo: el hermano de la heroína (en este caso Don Leandro Terrero) en el rol del villano más desalmado, lujurioso y perverso que te puedas imaginar.
De a poco, la corrupción, la violencia y la muerte van tiñendo a la historia de rojo sangre y el amor no se va al descenso, pero queda en zona de promoción. Probablemente en el tomo inédito se produjera el reencuentro entre Thomas y Angustias, pero en esta segunda parte, ganan por escándalo la tragedia, las humillaciones, las violaciones y los asesinatos, entre ellos el del villano más heavy. Las desgracias que se abaten sobre la pobre Angustias (y su amiga Ayelén) te parten el alma y en un punto querés que los indios se la morfen al spiedo, para que no sufra más.
Lo que sólo causa infinito placer es el dibujo de Horacio Domingues, que trabaja todo con unas texturas sutiles y de gran belleza. Todo el tiempo se ve el lápiz del maestro, sin entintar, realzado por un color impresionante y totalmente funcional a los climas que propone el guión. Domingues la rompe en las expresiones faciales y el lenguaje corporal de los personajes, sorprende en la recreación de la Buenos Aires de aquella época y le suma dramatismo y desesperación a la trama con esas tormentas que no dejan de azotar los cielos y que tienen casi tanto protagonismo como algunos personajes. Por suerte, acá tiene la posibilidad de dibujar menos cuadros por página que en Boggart (rara vez pasa de los 7) y Domingues aprovecha para lucirse, para que se vea y se disfrute a full esta evolución en su estilo, ya no tan cercano al de Carlos Meglia, con algunas cositas de Bobillo y de Mandrafina, pero con una gran impronta personal.
Autores argentinos, ambientación argentina, problemática argentina y una crisis europea que se encargó de que nunca podamos leer el final que Trillo y Domingues imaginaron para La Marque du Peché. Un bajón. Y más cuando los dos tomos que existen están buenísimos.

1 comentario:

Alfredo Rodríguez dijo...

Andrés:

Mi nombre es Alfredo Rodríguez, soy chileno, trabajo como colorsita de cómic para USA y en mi tiempo libre me dedico a participar de proyectos de cómic en mi país.

Te escribo por tres razones:

1.- Te felicito, siempre leo tu sitio y el trabajo que realizas es excelente! Dan ganas de leer todo lo que comentas, pero el bolsillo no aguanta. También sigo los podcast de Comiqueando y son geniales

2.- Quería recomendarte (humildemente) que leyeras Locke & Key. Es una serie de IDW que dibuja mi hermano (chileno también) y que recibió 4 nominaciones al Eisner. Lamentablemente el ser hermano de mi hermano le quita validez a mi recomendación, pero creo que si la lees no te arrepentirás.

3.- Estoy pronto a publicar una recopilación de mi humilde webcómic y quisiera enviarte una copia de regalo para que puedas verlo, no sé si te interesaría. Si te interesa, me mandas una dirección postal a mi mail y yo te lo hago llegar por correo (absolutamente gratis, por supuesto). Mi mail es alfredodk [arroba]gmail [punto] com.

¡Felicitaciones nuevamente por tu trabajo y por la publicación de tu libro!