La verdad que me siento para el orto... Estoy muy congestionado, y eso me da somnolencia y dolor de cabeza. Y además me estoy cagando de frío. Veremos si puedo sintetizar la reseña en un par de párrafos como para cumplir y rajar hacia el sobre, que mañana tengo otro día bravo...
Este es el primer tomo de una serie que el imparable Joann Sfar empezó en 2009... y nunca continuó. Por suerte la primera entrega tiene la brutal cantidad de 140 páginas, o sea que es casi el equivalente a tres álbumes franceses normales. Y lo más importante: este tomo es maravilloso, probablemente el mejor trabajo en la extensa carrera del autor.
Sfar ambienta esta historia de fantasía épica en esos años justo antes del medioevo, en los que la idea de un “Dios único” empieza a ganar terreno mientras empiezan a extinguirse los dragones, los gigantes y los unicornios. Con hechizos, combates, banquetes, intrigas y romances, el autor mantiene nuestro interés siempre al mango a lo largo de todo el tomo, y además mecha un montón de escenas tranqui, en las que los personajes se preguntan por cuestiones trascendentales como la fe, la lealtad, el amor, la vida después de la muerte y los cambios que sufre este mundo fantástico, aunque absolutamente coherente.
El trabajo que hace Sfar con los personajes es formidable: el valiente Cassian, la enigmática Nadége y la cínica serpiente tienen la complejidad y el atractivo de las mejores creaciones del francés y, ya pasadita la mitad del tomo, el personaje que parece confinado a narrar la historia en tercera persona, sin involucrarse, sin mostrar demasiado de sí mismo, también pela y se revela como otra excelente pieza en este atractivo tablero.
El estilo de dibujo es el que nos mostró el ídolo en La Vallée des Merveilles y Chagall en Russie: el plumín suelto, prendido fuego, las viñetas que estallan en texturas, climas y detalles hermosos, algunas páginas con viñetas más grandes, otras con viñetas sin los marquitos (más tipo libro ilustrado), la sospecha de que hay secuencias enteras realizadas directamente en tinta, sin lápiz ni boceto previos, y la convicción de que Brigitte Findakly (la esposa de Lewis Trondheim) es una verdadera superheroína del color, porque realmente debe ser dificilísimo interpretar las arriesgadas y superpobladas composiciones de Sfar en blanco y negro. Y más aún debe ser colorearlas de tal modo que el impacto y la belleza sean aún mayores. Lo cierto es que todo el tomo, de la primera página hasta la última, se ve increíblemente bien.
Si creés que ya leíste todas las historias de hechiceros, princesas, castillos y caballeros, y que ese género ya no esconde secretos para vos, no dejes de leer Los Viejos Tiempos. Te aseguro que vas a sentir una bocanada de aire fresco, la alegría de revisitar un género clásico desde una óptica moderna y la desesperación por saber cuándo carajo sale la segunda parte.
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3 comentarios:
Coincido con vos. Este tomo fue lo primero que leí de Sfar. Apenas lo terminé pensé "quiero ya la segunda parte"...
Me mataste, siempre caigo muerto de amor por estas historias!!
Pobre billetera, me acabo de enterar de otra bella historieta de aventuras medievales/fantásticas con una estética alejada del mainstream... Pobre billetera!
Gracias, Andrés!!
Para ser album tapa dura de 140 pgs bastante barato, como 80 mangos nomas. Me saco el sombrero ante la colorista, sin color no habria dado mucho por el arte. Mas alla que Sfar la tiene re clara narrando es demasiado suelto a veces.
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