Claro, pero no. Me entero de que esto es un Vol.1 y no un tomo autoconclusivo cuando llego al final. Nadie me lo avisa ni en la portada, ni en ningún lado. Por suerte son tres tomos y los otros dos están editados en inglés, francés y hasta en idiomas que no leo ni leeré jamás como el alemán. Pero estaría bueno que avisaran: “Man, acá EMPIEZA una serie, no es un tomo único”, como para que uno decida si se engancha o no.
Hablando de alemanes, Bell´s Theorem es una serie creada en los ´80 por el alemán Matthias Schultheiss, con quien ya nos topamos en los albores de este blog, allá por Febrero de 2010. Si no te dicen que es el mismo autor de aquel tomo de adaptaciones de Bukowski, no tenés forma de darte cuenta. Esto y aquello no se parecen en lo más mínimo: uno es a color y el otro en blanco y negro, el estilo de dibujo y la narrativa cambian radicalmente, Schultheiss pasa de adaptar cuentos a crear una novela y el mundo en el que esta transcurre... y lo más bizarro es que Bell´s Theorem es apenas dos años posterior a las últimas adaptaciones de los cuentos de Bukowski.
Vamos a lo que importa: ¿está buena? Más o menos. Por ahí levanta cuando uno lee la obra completa, pero estas primeras 48 páginas dejan cierto gusto a poco. Las primeras... 32 páginas son un compendio de lugares comunes. En un futuro distópico y cercano, Shalby está encerrado en un presidio, condenado a cadena perpetua y eternamente en la mira de una horda de presos violentos que lo cagan a trompadas y sodomizan sin piedad a la mascota sexual del protagonista. Cuando le ofrecen la libertad a cambio de prestarse como conejito de indias para un proyecto científico, Shalby duda, pero agarra viaje. Eventualmente (y con la ayuda de un personaje que Schultheiss no explica ni desarrolla) logra escapar de sus captores, pero el daño ya está hecho: su cuerpo está lleno de horrendas cicatrices y su mente es un corso a contramano, un kilombo cósmico que sólo se aguanta a fuerza de drogas.
De alguna manera, Shalby gambetea a sus perseguidores y se recluye en las costas de Labrador, en Canadá, donde –último lugar común- se encuentra el cadáver, las anotaciones y una valija con mucha guita que pertenecieron a un científico alemán... que es idéntico a él. Cuando sus perseguidores lo ubican, Shalby adopta la identidad del científico muerto y vuelve a huir, de nuevo con la inexplicable ayuda de un personaje que no se sabe quién es ni de qué juega. Fin.
No pinta muy original, pero tampoco es irredimible. No descarto que Schultheiss se guarde un par de ases bajo la manga para los próximos tomos, que ya veré cómo carajo consigo. Lo que sí se destaca en esta primera entrega son los cambios de ritmo, el equilibrio muy logrado entre las escenas tranqui, pachorras, de descanso y contemplación, y las más trepidantes, en las que se impone el vértigo, la urgencia y una violencia por momentos bastante perturbadora. Lo más choto es que Shalby está solo en la mayoría de las secuencias y entonces habla en voz alta... para sí mismo! En realidad para los lectores, pero ¿y si le ponían globitos de pensamiento? ¿No era más coherente? Podemos zafar diciendo que el experimento lo dejó chapita... y puede ser, algo de eso nos sugiere Schultheiss sobre el final. Pero verlo monologar página tras página me hizo un poco de ruido.
El dibujo, por su parte, no está al nivel de los mejores trabajos del alemán. Probablemente este sea su debut en el manejo del color y eso explique algunas desprolijidades, que obviamente no se ven en sus obras posteriores. Acá hay algunos hallazgos dignos del mejor Schultheiss, pero también titubeos y escenas que parecen coloreadas por el Pepe Moreno de la peor época, el de Gene Kong y Generation Zero. El dibujo está todo resuelto con una línea finita, intencionalmente chunga, y a la vez muy expresiva. Acá el autor encuentra una síntesis con la que ni soñaba en aquellas páginas de Bukowski que explotaban en millones de rayitas y crosshatchings. El balance general de la faz gráfica sin duda es positivo, pero no esperes las maravillas que vimos en su obra en blanco y negro ni las que veremos en futuros trabajos a color.
Veremos si logro leer las secuelas y para dónde va la historia que acá recién empieza. Hasta ahora todo está muy manchado de misterio y de violencia y hay muchísimo por explicar. Como me gusta el clima que logra y la línea que baja (y estoy seguro de que el dibujo mejora grosso), le quiero dar una oportunidad más. Schultheiss se lo merece.
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3 comentarios:
Andres en la pagina del Animate 2012 que se hizo en julio, figura como estrella invitada Brian Azzarello. Esto es verdad? Vino Azzarello a la animate? Gracias
No, ¿cómo va a ser verdad? Es la enésima mentira de Animate.
Azzarello vino una sóla vez, al Crack Bang Boom de 2010.
Pero entonces este album avanza a puros deus ex machina!
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