Después de un paréntesis sumamente prolongado, la editorial Puro Comic lanzó en 2012 la segunda mitad de esta serie, en un sólo tomo que reúne lo que en Francia (y otros países) se editó como Vol.3 y Vol.4. Está bien, es una buena forma de compensarnos por la eternidad que hubo que esperar para enterarnos cómo corno terminaba la historia.
A mí, estas 180 páginas me hicieron panquequear por completo. Cuando comenté el Vol.2 decía que, si bien Yo, Vampiro me gustaba, me parecía menor comparada con Borderline y Chicanos (las otras obras largas de Carlos Trillo y Eduardo Risso para los semanarios italianos) porque no tenía ni el vuelo poético de una ni la mala leche festiva de la otra. De todas esas deudas, la única que Yo, Vampiro deja impaga es la de lo festivo. En esta segunda mitad levanta mucho la puntería en cuanto al lirismo y sobre todo en cuanto a la mala leche. Por supuesto, sin traicionar su esencia de thriller truculento, sórdido, con machaca, terror y gente con superpoderes muy zarpados. Antes era una excelente historieta para adultos, pero. Ahora es una excelente historieta para adultos, punto.
Y veleteo también en mi apreciación de la villana, la sacerdotisa Ahmasi. Al final del Vol.2, asqueado e indignado por las atrocidades que le vimos cometer en ese tomo, yo deseaba que fuera boleta definitivamente, que Trillo se la sacara de encima de una vez y para siempre. Ahora digo “menos mal que no fue así”. A esta segunda mitad, le sacás la villana y no va a ningún lado. La historia del pibe sin nombre que es faraón-niño-vampiro-inmortal pasa a un segundo plano y Trillo hace girar todo el relato en torno a Ahmasi. El chico protagonista tiene una o dos secuencias importantes. Su protectora, Fever, se recupera rápido y se rodeará de nuevos e interesantes personajes secundarios. Pero ambos serán la presa y a Trillo le interesa más el depredador.
Las primeras 90 páginas de este tomo nos cuentan básicamente cómo hace Ahmasi para volver de la D: la sacerdotisa arranca como un cadáver trozado y termina como una mina viva, entera, con pasaporte, guita y contactos para retomar la cacería de Fever y N.N.. Y sí, de nuevo la vemos comportarse como la más abyecta de las lacras, pero esta vez está todo tan bien narrado y es tan importante para la saga que Ahmasi pueda confrontar con N.N., que ahora sí, uno hincha por la villana. El último tramo es oscuro y vibrante, con mafias, narcos, muchos tiros, mucha sangre... No quiero tirar data de lo que pasa para no spoilear. Digamos que ganan los buenos, aunque nada es tan categórico ni definitivo como uno podría esperar.
Al frente del dibujo vemos a un Risso ya un poquito cansado. Se notan más los dibujos repetidos, la mano de los asistentes, el desgaste que produjo en el león de Leones una serie tan extensa (34 episodios) realizada a un ritmo tan exigente (12 páginas por semana). Aún así, hay composiciones increíbles, un manejo del claroscuro formidable, hermosos trucos narrativos, un equilibrio perfecto entre masas negras y espacios blancos y la típica atención por los detalles que hicieron a Risso el dibujante de thrillers urbanos más completo y uno de los más aplaudidos a nivel mundial.
Los vampiros son un tópico muy gastado y el propio Trillo lo exploró mucho, muchas veces. Esta vez agarró para el lado de la violencia extrema, la crueldad, la desazón, y creó una saga oscura y tremenda, sin margen para su característico humor y su habitual sutileza. Si te bancás sangre, muerte, corrupción y mala leche en dosis pantagruélicas, esto te va a emocionar hasta los colmillos.
viernes, 4 de enero de 2013
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4 comentarios:
Hola Andres, una pregunta, esto es lo mismo que Boy Vampiro pero con otro nombre? o es una continuacion de lo que publico Meridiana hace años?
No te parece demasiado chiquito el tamaño de la edicion?
que yo sepa es lo mismo que boy vampiro, y tambien lo he visto publicado como NN, nada menos que en una revista de columba!
Yo, Vampiro, Boy Vampiro y N.N. son todas la misma historieta.
Y la verdad que no, que no jode el formato chico. Tampoco es mucho más chico que como lo publicó la Eura en Italia. Por ahí se complica un toquecito en las viñetas que tienen mucho texto, en las que la letra está muy chiquita. Pero apenitas... es una molestia muy menor.
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